Miguel ?ngel Mart¨ªn: ¡°Me horroriza dar sermones y a¨²n m¨¢s que me los den¡±
El dibujante leon¨¦s publica ¡®My way¡¯, un c¨®mic en el que rinde cuentas con la Fiscal¨ªa italiana de Cremona, que hace 27 a?os intent¨® secuestrar una de sus obras
Miguel ?ngel Mart¨ªn (Le¨®n, 62 a?os) se inici¨® en 1987 en La Cr¨®nica de Le¨®n, donde puso sus pinceles al servicio de la informaci¨®n de sucesos, pero no tard¨® en idear sus propios cr¨ªmenes en la serie negra Keibol Black (1987), publicada inicialmente en el mismo diario. Luego se convertir¨ªa en autor de referencia de revistas m¨ªticas, como Zona 84, Makoki o El V¨ªbora, para las que cre¨® algunas series tan populares como Brian the Brain (1990-1993), la historia de un ni?o superdotado con el cerebro fuera del cr¨¢neo, en la que desarrollaba con humor y sensibilidad las dificultades que entra?a ser diferente, un asunto que le trae de cabeza. Provocador, extremo y siempre ir¨®nico, Mart¨ªn se las vio con la censura italiana en 1995, cuando la Fiscal¨ªa de Cremona orden¨® el secuestro, por supuesta apolog¨ªa de la violencia, de Psychopatia sexualis, una recopilaci¨®n de los relatos m¨¢s salvajes publicados en la revista T¨®tem. La decisi¨®n fue recurrida y al final qued¨® en nada, pero el episodio ha inspirado 27 a?os m¨¢s tarde My way (Reino de Cordelia), una venganza que el autor ha cocinado a muy baja temperatura. Parece mentira que alguien con ese aspecto de buena persona que gasta Mart¨ªn tenga una mente tan perversa. ¡°Ted Bundy [asesino en serie estadounidense] tambi¨¦n era un poco as¨ª y masacr¨® a casi 30 t¨ªas. No te f¨ªes, ?eh?¡±, bromea.
Pregunta: My way es el t¨ªtulo de su nuevo c¨®mic, pero tambi¨¦n podr¨ªa ser una referencia al conjunto de su carrera.
Respuesta: S¨ª, fue una elecci¨®n consciente. De hecho, es un poco autorreferencial y autopar¨®dico porque estoy haciendo una broma con el secuestro de mi c¨®mic en Italia. De ah¨ª viene toda la historia.
P. ?C¨®mo vivi¨® aquel encontronazo con la censura italiana?
R. Fue una experiencia fant¨¢stica, aunque al principio lo flip¨¦, como mi editor, Jorge Baca, porque jam¨¢s pensamos que nadie se fuera a tomar tan en serio un c¨®mic como Psychopatia sexualis. Lo sorprendente es que mientras la Fiscal¨ªa ve¨ªa en el c¨®mic una apolog¨ªa de la violencia, muchos lectores lo interpretaban como una denuncia de esa violencia. Aunque para m¨ª, era solo humor. Nunca nos lo llegamos a creer. Tambi¨¦n hay que decir que, en el peor de los casos, el c¨®mic hubiera quedado prohibido y como mucho hubiera habido una multa para para el editor. No hubiera acabado nadie en la c¨¢rcel.
P. ?Aquello le marc¨® mucho?
R. En todo caso, me marc¨® para bien. De hecho, quien estuvo procesado fue mi editor, no yo. En todas las entrevistas, sobre todo en Italia, agradezco a la Fiscal¨ªa de Cremona que secuestrara el c¨®mic, porque gracias a eso me convert¨ª en un autor conocido, de culto. Gir¨¦ por toda Italia dando charlas sobre la censura y haciendo exposiciones, sobre todo en centros sociales. Tuvimos mucho apoyo y guardo un gran recuerdo del cari?o de los profesionales en aquel momento. En mi caso la censura fue una consecuencia muy positiva, pero desgraciadamente no siempre es as¨ª.
P. Y casi 30 a?os despu¨¦s, decide que ha llegado el momento de la revancha, con My way, en el que relata una venganza absoluta, contra todos y contra todo.
R. Contra todo, pero obviamente con humor. De hecho, me han preguntado si el personaje principal soy yo, y no es as¨ª, aunque est¨¢ inspirado en mi suceso. Lo que para m¨ª es fundamental es el sentido del humor, no tomarte nada en serio, ni a m¨ª mismo. Yo creo que este c¨®mic es la prueba definitiva de que no me tomo en serio a m¨ª mismo.
P. En una de las escenas del c¨®mic se anticipa en cierta manera la matanza del pasado 24 de mayo en Uvalde, en Texas. ?C¨®mo se le qued¨® el cuerpo cuando vio la noticia?
R. Bueno, en Estados Unidos las matanzas en colegios son algo ya corriente. Pero el c¨®mic es diferente, porque lo m¨ªo es una venganza social. No he tenido como referencia esas matanzas de los adolescentes, sino otro rollo m¨¢s de psic¨®pata, algo m¨¢s pr¨®ximo a Unabomber, por ejemplo. Es solo una coincidencia.
P. Una constante de su obra es la defensa del individuo frente a la sociedad, una sociedad que por lo general suele quedar fatal.
R. S¨ª, bueno, en mis libros est¨¢ exagerado, pero es parte de la naturaleza humana. El grupo es brutal por naturaleza. Su lema es: clavo que destaca, martillazo que recibe. Pero no solo sucede en los seres humanos, es algo que tambi¨¦n est¨¢ en el mundo animal, en las comunidades de gorilas, por ejemplo.
P. Desde que usted empez¨® en el c¨®mic la sociedad ha ido evolucionando hacia lo pol¨ªticamente correcto. ?Esto le afecta?
R. A la hora de escribir mis cosas es obvio que no. Soy impermeable a todo ese rollo. La autocensura es algo que ni me planteo.
P. ?No teme que alguien saque conclusiones pol¨ªticas equivocadas?
R. El discurso pol¨ªtico se puede sacar de lo que te d¨¦ la gana, pero a m¨ª no es algo que me interese demasiado. Puede que tengan raz¨®n quienes creen que en la vida todo es pol¨ªtica pero yo no lo creo. En todo caso, pol¨ªtica es poder y eso para muchos significa mangonear la vida de los dem¨¢s, pero para m¨ª poder es que no me mangoneen.
P. Dice usted que su obra tiene mucho humor, pero ?es usted consciente de que a veces resulta un tanto inc¨®modo?
R. Eso es muy interesante. La primera vez que me lo dijeron fue en la Comicon de N¨¢poles. Un chico vino con todo lo que yo ten¨ªa publicado en ese momento y me dijo: ¡°Gracias por hacerme pensar sin decirme c¨®mo lo tengo que hacer¡±. Flip¨¦. Yo nunca hab¨ªa pensado que mis c¨®mics hac¨ªan pensar a la gente. Empec¨¦ a darme cuenta gracias a este comentario y luego ya a ra¨ªz de las cosas que me dicen los lectores. Me parece todo un halago porque me horroriza dar sermones y a¨²n m¨¢s que me los den. Yo parto de la base, y mi experiencia me lo demuestra, de que los lectores son inteligentes, por lo menos los que yo tengo. No hay que decirles lo que deben hacer o pensar. De lo cual me alegro.
Babelia
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