El Jos¨¦ Tom¨¢s m¨¢s genuino no defrauda en Alicante
El diestro de Galapagar corta tres orejas tras una actuaci¨®n muy completa y disfrutada por la gente
Los aleda?os del coso alicantino, colapsados. Los tendidos de la plaza a rebosar. M¨¢s de cinco minutos de retraso para que la gente se ubicara, con los vomitorios hechos una montonera. Y Jos¨¦ Tom¨¢s, de grana y oro, el vestido dicen que se ponen de los valientes en las tardes de mayor compromiso.
Levant¨® el tel¨®n de la funci¨®n un bonito toro casta?o, un dije dir¨ªan los castizos. Toro noble, despachado con un puyazo rectificado y tomado con cierto inter¨¦s. Tom¨¢s lo hab¨ªa recibido a la ver¨®nica, sin lucir, hasta que en los medios recet¨® tres chicuelinas de mano muy baja que levantaron la primera ovaci¨®n de la tarde. La faena no fue arrebatadora, pero por pasajes dej¨® la impronta de la personalidad de Jos¨¦ Tom¨¢s. Con el toro noble, pero que perdi¨® hasta cinco veces los cuartos delanteros, Tom¨¢s lo cit¨® de largo por norma. Luego, la reuni¨®n toro-torero depend¨ªa de las fuerzas de aquel. Muletazos sueltos, muy ajustados. Para cuando se ech¨® la muleta a la izquierda, al toro ya le faltaba el resuello suficiente para que aquello fuera a m¨¢s. A pesar de ello, hubo tiempo para un par de derechazos de gran ajuste, mezclados con una trincherilla y uno del desprecio de singular belleza. La estocada, trasera, rest¨® en opini¨®n del presidente a pesar de la fuerte petici¨®n.
DOMECQ, GARCIGRANDE, DEL RIO, HERN?NDEZ / JOS? TOM?S -¨²nico espada-
Toros de Juan Pedro Domecq, Garcigrande, Victoriano del Rio y Domingo Hernández, por este orden, de correcta presentación. Destacaron segundo, sobre todo, y tercero. Manejable el primero y sin entrega el último. En varas pasaron con discreción.
José Tomás: estocada trasera (saludos tras fuerte petición); estocada trasera y algo caída (dos orejas); estocada contraria, algo pasada (oreja); dos pinchazos y estocada habilidosa (ovación).
Plaza de Alicante, 7 de agosto, lleno absoluto. El sobresaliente Álvaro de la Calle no intervino.
De segundo salt¨® al ruedo alicantino un toro de Garcigrande alto y largo, digamos que acaballado. Protestado en principio porque no parec¨ªa tener mucha fuerza, se pas¨® por varas y, sobre todo, en banderillas, sin fijeza, muy suelto y echando derrotes. Algo bueno le vio Jos¨¦ Tom¨¢s, que sin pensarlo se fue al platillo para empezar por estatuarios. Un remate del pase del desprecio fue el preludio de una faena muy lograda. Toda ella cargada sobre la mano izquierda. Series de seis o siete naturales, de trazo largo. Un juego de mu?ecas extraordinario, que obligaba al reconvertido toro de Garcigrande a embestir muy fijo en la muleta. Muy responsable Jos¨¦ Tom¨¢s, que exprimi¨® al astado con la mano de la verdad. No import¨® un desarme, pues la faena no decay¨®. Y un postre dulce para rematar obra con unos molinetes tambi¨¦n con la izquierda, rematados con uno de pecho a pies juntos, seguido de una serie sobre las rayas, a dos manos, de mucho sabor y medio genuflexo. Una gran faena. Y un toro que ayud¨®, ovacionado en el arrastre.
El toro de Victoriano del R¨ªo, tercero, tuvo bastante que torear. Tambi¨¦n de alzada considerable, aunque m¨¢s arm¨®nico que el anterior. Se dej¨® en varas, bien picado, y en el quite inmediato, Tom¨¢s se lo llev¨® por ligeras chicuelinas. En banderillas destacaron dos pares de Viotti, llegando y cuadrando en la cara cuando el toro no se ofrec¨ªa tan f¨¢cil. Los doblones de inicio de faena fueron de poder, hab¨ªa que poderle a un toro que estaba pele¨®n. Sin m¨¢s, otra vez la muleta a la izquierda. Consinti¨® Tom¨¢s ante una embestida impetuosa, nada f¨¢cil de atemperar. Puesta la muleta en la derecha, el toro pareci¨® m¨¢s entregado. Ahora los muletazos, de mano baja, aparec¨ªan con mayor cadencia, m¨¢s templados. En uno de ellos, tan ajustado fue, que el toro lo encun¨® y se lo pas¨® de pit¨®n a pit¨®n. Dram¨¢tica voltereta que no tuvo mayores consecuencias. Como si no hubiera pasado nada, Tom¨¢s volvi¨® a la cara del toro para pasarlo al natural, esta vez muy de cerca. Faena de mucho m¨¦rito, ante toro que vendi¨® cara su entrega, con manoletinas de frente para terminar. Y un desplante provocativo: muleta en la mano izquierda y estoque en la derecha. Faena, sobre todo, de mucho m¨¦rito.
El cuarto y ¨²ltimo, de Domingo Hern¨¢ndez, un casta?o cornicorto, aunque abierto de cuerna, no quiso sumarse a la fiesta: el garbanzo negro de un lote m¨¢s que manejable. Tom¨¢s lo salud¨® con la capa a pies juntos, lances lentos y templados, aunque el desaire de un desarme en la revolera del remate. Sin nada notable en varas, Miguel Mart¨ªn le puso dos formidables pares de banderillas. Escarbador y apuntando a ser incierto, el toro nunca tuvo entrega. Tom¨¢s le busc¨® las cosquillas, poniendo la muleta como pantalla. Esta vez, entre serie y serie, los paseos se dejaban ver m¨¢s. Insistente y en continua porf¨ªa, la faena transcurri¨® a golpes. Si por la izquierda no se pon¨ªa f¨¢cil la cosa, por el lado derecho hubo tiempo para ajustarse en una serie que sali¨® mejor de lo que pintaba. No fue faena de lucimiento, pero s¨ª de valor seco. Esta vez se rompi¨® la racha de estocada por toro y pinch¨®. La impresi¨®n final fue la de un torero muy responsable y consciente. Con momentos muy brillantes y de mucha verdad. No defraud¨®. Todo lo contrario. Vivida con pasi¨®n en los tendidos.
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