Volvi¨® Jos¨¦ Tom¨¢s, faltaron los toros

S¨ª, volvi¨® Jos¨¦ Tom¨¢s a los ruedos ¡ªtres a?os despu¨¦s de su ¨²ltima corrida¡ª pero su regreso en nada cumpli¨® con las enormes expectativas que hab¨ªa levantado su encerrona con cuatro toros en el coso de La Alameda de Ja¨¦n, que se llev¨® el premio gordo en el ep¨ªlogo de su feria chica de junio. Es verdad que Jos¨¦ Tom¨¢s se fue con dos orejas cortadas, pero las sensaciones que dej¨® el festejo es que, de haber acompa?ado los toros, el bot¨ªn podr¨ªa haberse aproximado a la excelencia a la que nos tiene acostumbrados el torero de Galapagar.

La faena de Jos¨¦ Tom¨¢s fue de menos a m¨¢s. Su actitud fue intachable durante toda la tarde y en nada pareci¨® afectarle la inactividad de tres a?os sin saltar al ruedo. Mucho m¨¢s delgado aunque en aparente buena forma f¨ªsica, Jos¨¦ Tom¨¢s se busc¨® una y otra vez, pero nunca hall¨® la complicidad de los toros que, aunque nobles, siempre estuvieron faltos de fiereza.

Parad¨®jicamente, los momentos m¨¢s sublimes se vivieron en el primero de la tarde, un toro de Victoriano del R¨ªo que no hizo honor a su nombre, Malicioso. Jos¨¦ Tom¨¢s se llev¨® el toro a los medios y lig¨® una serie de ver¨®nicas con una lentitud pasmosa, como parando el tiempo. La faena la complet¨® con unas chicuelinas, una tanda de estatutarios que y una serie de muletazos con la derecha mientras sonaban los compases de Suspiros de Espa?a de la Banda Municipal de M¨²sica de Ja¨¦n. Jos¨¦ Tom¨¢s se gan¨® muy pronto al p¨²blico, pero su impericia con la espada ech¨® por tierra los mejores momentos de esta reaparici¨®n.

Al segundo, de ?lvaro N¨²?ez, un toro sin recorrido ni ritmo alguno, lo recibi¨® lance¨¢ndolo y con varias medias ver¨®nicas llenas de est¨¦tica. Luego lo intent¨® con una serie de naturales y pases de pecho, pero por m¨¢s que se esforzaba, el toro ten¨ªa enormes dificultades para su lidia y nunca lleg¨® a acompa?ar. De nuevo, silencio en los tendidos.

Jos¨¦ Tom¨¢s fue meti¨¦ndose poco a poco en la corrida hasta el punto de que en el tercero y el cuarto llegaron los premios. Al de Victoriano del R¨ªo, de nuevo con poco recorrido, logr¨® sacarle una serie de bellas ver¨®nicas y de naturales que hicieron vibrar al p¨²blico. Tampoco faltaron los uys en los tendidos cada vez que Jos¨¦ Tom¨¢s se quedaba a escasos cent¨ªmetros del toro, sobre todo con una serie de pases de pecho y semicirculares detr¨¢s de la cadera. Se le premi¨® con una oreja, aunque parte del grader¨ªo pidi¨® m¨¢s.

En el cuarto, Piripi, de la ganader¨ªa de Juan Pedro Domecq, no tard¨® en levantar las palmas en los tendidos con sus revoleras y manoletinas con el capote. Y lo mejor, lo dej¨® para el final: hasta tres estatutarios que dejaron sin aliento al p¨²blico. Otra oreja.

En definitiva, una corrida que dej¨® un sabor agridulce. Los miles de incondicionales del torero de Galapagar ¡ªmuchos de ellos llegados de otros pa¨ªses europeos y de Sudam¨¦rica¡ª, probablemente habr¨ªan esperado algo m¨¢s de su ¨ªdolo, pero nunca lleg¨® a alcanzarse una tarde redonda. Y el p¨²blico se sinti¨® m¨¢s defraudado al no atenderse su petici¨®n generalizada para que la presidencia les obsequiara con un toro m¨¢s, con un sobrero. No lleg¨® ese regalo y Jos¨¦ Tom¨¢s, tras saludar a los tendidos, se march¨® sigilosamente pensando ya en su pr¨®ximo reto: el 7 de agosto en Alicante, de nuevo con una encerrona en solitario. Tambi¨¦n aqu¨ª, las m¨¢s de 15.000 entradas volaron en apenas unas horas.

Eso s¨ª, el p¨²blico de Ja¨¦n agradeci¨® a Jos¨¦ Tom¨¢s que eligiera a esta ciudad para su reaparici¨®n (aqu¨ª nunca lleg¨® a hacer el pase¨ªllo como matador, aunque s¨ª como novillero), un acontecimiento taurino que ha generado un enorme impacto econ¨®mico en la capital jiennense y su ¨¢rea metropolitana, con hoteles y restaurantes al completo y, sobre todo, con una estampa, la del coso de La Alameda que lleg¨® recordar tiempos gloriosos pasados.