Los Borgia en Detroit
Pilar fundamental del sonido Motown, Lamont Dozier elabor¨® formidable soul para j¨®venes y mayores
El lunes 8 mor¨ªa en Arizona Lamont Dozier, con 81 a?os. Me temo que solo los estudiosos de la m¨²sica negra podr¨¢n identificarle: saben que era un tercio de Holland-Dozier-Holland, el equipo de compositores-productores que sustent¨® la eclosi¨®n de Motown Records, una de las raras discogr¨¢ficas cuyo nombre bautiz¨® un estilo de m¨²sica.
El sonido Motown representaba la rama del ...
El lunes 8 mor¨ªa en Arizona Lamont Dozier, con 81 a?os. Me temo que solo los estudiosos de la m¨²sica negra podr¨¢n identificarle: saben que era un tercio de Holland-Dozier-Holland, el equipo de compositores-productores que sustent¨® la eclosi¨®n de Motown Records, una de las raras discogr¨¢ficas cuyo nombre bautiz¨® un estilo de m¨²sica.
El sonido Motown representaba la rama del rhythm and blues que aspiraba a cierta sofisticaci¨®n. El hecho de que se elaborara en Detroit (la ciudad del motor de su nombre) ya suger¨ªa su ambici¨®n multirracial, su inclinaci¨®n por la universalidad, su profesionalidad. El t¨®pico insiste en que Motown funcionaba como las cadenas de montaje de la industria automovil¨ªstica, pero la realidad rebaja la met¨¢fora.
Motown pod¨ªa aspirar a imitar los m¨¦todos del fordismo, pero en realidad era un clan familiar, donde la voluntad del fundador, Berry Gordy, era ley. No hab¨ªa una barrera entre la vida privada y la laboral. El mismo Gordy ten¨ªa una abundancia de hijos con diferentes mujeres cuando inici¨® una relaci¨®n clandestina con Diana Ross, cantante principal de las Supremes, que se convirtieron en el principal objetivo de Motown Records. A la inversa, Gordy mandaba en la direcci¨®n musical de Marvin Gaye, tras casarse este con su hermana, Anna Gordy. Como parte de la familia, y sometido a su disciplina, Berry decidi¨® convertirle en la versi¨®n negra de Frank Sinatra, a pesar de la evidencia de que era otro tipo de artista. Los cumplea?os y dem¨¢s celebraciones familiares sol¨ªan terminar en trifulcas.
Y es que Berry ten¨ªa la ¨²ltima palabra en la selecci¨®n de las grabaciones que Motown promocionar¨ªa (con frecuencia, los temas con mayor potencial eran interpretados por diversos artistas, siendo elegidas ¡ªqu¨¦ casualidad¡ª las grabaciones de los que mejor relaci¨®n ten¨ªan con el jefe).
No era una mera cuesti¨®n de capricho o nepotismo. Berry quer¨ªa mantener a raya a los talentos que hab¨ªa contratado. El caso de Holland-Dozier-Holland ten¨ªa complicaciones. Hab¨ªan sido cantantes y eso les hac¨ªa muy eficaces a la hora de ensamblar diferentes voces: los Four Tops, los Elgins, los Isley Brothers, las Marvelettes, Martha and the Vandellas y las citadas Supremes se beneficiaron de su psicolog¨ªa para encontrar el tono emocional en sus canciones.
As¨ª que es cierto: el monumental impacto de Motown en los a?os sesenta se debi¨® en buena parte a Holland-Dozier-Holland. Veteranos de la industria musical, ellos quer¨ªan alg¨²n tipo de reconocimiento: por ejemplo, un sello para editar sus producciones. No era tan raro: la discogr¨¢fica ya contaba con varios sellos subsidiarios. Pero Gordy les cort¨® las alas: nada de masajes para el ego. Fue entonces cuando Holland-Dozier-Holland jugaron su carta m¨¢s letal fuera del paraguas de Motown, crearon en 1968 dos sellos propios.
Gordy aleg¨® que estaban contratados en exclusividad por Motown. ?Ah, s¨ª? El tr¨ªo firm¨® bajo seud¨®nimo los temas que publicaban en Invictus y Hot Wax, con artistas como Freda Payne, Honeycone o los Chaimen of the Board. Nadie se dej¨® enga?ar: las nuevas producciones sonaban muy parecidas a las que hab¨ªan editado en Motown. Aquello se convirti¨® en uno de esos laberintos legales que alimentan a batallones de abogados. Muchos a?os despu¨¦s, le pregunt¨¦ a Elmore Leonard, maestro de la novela negra de Detroit y mel¨®mano, c¨®mo no hab¨ªa situado ninguno de sus argumentos en Motown o sus alrededores. Baj¨® el volumen de su voz: ¡°Tengo mujer e hijos; no me habr¨ªa compensado¡±.
Lamont Dozier fue el primero en abandonar el barco y grabar bajo su nombre. Tuvo un gran acierto con una reivindicaci¨®n de la cultura afroamericana, Going Back to My Roots, a la vez una canci¨®n concienciada y un llenapistas, con el grado de autenticidad garantizado por el sudafricano Hugh Masekela.
En los ochenta, Dozier se instal¨® en el Reino Unido y se benefici¨® de la adoraci¨®n brit¨¢nica por todo lo relacionado con Motown. Compuso ¨¦xitos para Alison Moyet, Phil Collins, Eric Clapton, Simply Red. En total, grab¨® por su cuenta una docena de discos como solista, pero su carrera no lleg¨® a despegar. Como sentenci¨® Berry Gordy, su antiguo enemigo con el que luego se reconcili¨®, ¡°cuando recibes millones de d¨®lares por canciones que escribiste en los sesenta, te falta un incentivo para triunfar.¡± Puede ser.