Olivia Newton-John: la cantante todoterreno
La fallecida triunf¨® tanto en las emisoras de ¡®country¡¯ como en las pistas de discoteca y prolong¨® hasta el final su actividad creativa
Olivia Newton-John (1948-2022) tuvo una carrera m¨¢s que rotunda, en un tiempo en que el modelo dominante entre sus coet¨¢neas era Carole King, Joni Mitchell y otras cantautoras confesionales. Ella, sin embargo, estaba hecha de una pasta especial: se negaba a hundirse y, despu¨¦s de cada desastre, sal¨ªa a la superficie y lo intentaba de nuevo.
Y algunos de sus pinchazos tuvieron dimensiones ¨¦picas. Fue contratada en 1970 por el empresario neoyorquino Don Kirshner para formar parte de Toomorrow, un grupo prefabricado para el consumo teenager. Kirshner ten¨ªa experiencia en esos productos ¡ªThe Monkees, The Archies¡ª, se conoc¨ªa el pa?o y quer¨ªa una banda tan obediente en el estudio como disciplinada en su vida diaria. Pact¨® filmar tres pel¨ªculas con Harry Saltzman, el productor de la primera tanda de t¨ªtulos protagonizados por James Bond, pero los dos magnates no se entendieron y solo se hizo la primera, Toomorrow, una cinta tan desdichada que apenas se lleg¨® a exhibir.
Mientras que el resto de sus compa?eros se hund¨ªa en el anonimato, Olivia puso en pr¨¢ctica su plan b. Manten¨ªa una s¨®lida amistad con John Farrar, un polivalente m¨²sico australiano que incluso hab¨ªa grabado en Abbey Road con varios de los legendarios The Shadows. Farrar ve¨ªa que Olivia ten¨ªa chispa en sus directos y flexibilidad estil¨ªstica; como su productor, busc¨® material apropiado. Grabaron composiciones accesibles de Bob Dylan y George Harrison, hasta que hallaron el fil¨®n de las baladas pop que se colaron en las radios country y, de rebote, en las emisoras generalistas. En Nashville, capital de la industria de la m¨²sica vaquera, Olivia fue considerada una intrusa pero se llev¨® todos los premios de la industria, ante la indignaci¨®n de Loretta Lynn y otras cantantes hist¨®ricas.
Dolly Parton quiso quitar hierro al conflicto y Olivia intent¨® hacer las paces grabando el ¨¢lbum Don¡¯t Stop Believin¡¯ (1976) en Nashville. Una tempestad en un vaso de agua: su trayectoria profesional dio un giro radical al fichar como estrella de la versi¨®n cinematogr¨¢fica de Grease, exitoso musical de Broadway. Como el gal¨¢n masculino, John Travolta, ten¨ªa 10 a?os m¨¢s que la supuesta edad de Sandy (y en ambos casos ?se notaba!). No import¨®: fue un pelotazo mundial, aparte de un fen¨®meno cultural que ayud¨® a rescatar la moda y la m¨²sica de la d¨¦cada de los cincuenta.
Muy h¨¢bilmente, Farrar y Roger Davies (otro australiano listo, que ejerc¨ªa de manager de Olivia) apostaron por devolverla a su edad real, recurriendo a ropas ajustadas y un repertorio sexy, con Physical como bandera. Hasta entonces, Olivia hab¨ªa estado compitiendo con Helen Reddy o Anne Murray, cantantes modositas que hac¨ªan leves gui?os al feminismo, pero su energ¨ªa australiana barri¨® con la competencia. El v¨ªdeo correspondiente destacaba por su humor y su complicidad con la cultura gay. En algunas latitudes se castigaron algunas de sus audacias: fue censurada en la Sud¨¢frica del apartheid.
En el fondo, parec¨ªa latir un intento de lanzarla tambi¨¦n como una diva de las pistas de baile. Pero en 1980 ya se notaba una saturaci¨®n de disco music y el veh¨ªculo para llegar a ese mercado fue calamitoso: Xanadu part¨ªa de la idea de que la Electric Light Orchestra pod¨ªa reinventarse como los Bee Gees en Fiebre del s¨¢bado noche. Y no. En 1983 hubo otro intento de recrear una probada f¨®rmula de ¨¦xito, al juntarla con John Travolta en Tal para cual. Como en Xanadu, funcion¨® mejor la banda sonora que la pel¨ªcula en s¨ª.
Mujer valiente, llev¨® a los tribunales a su discogr¨¢fica, MCA, todopoderosa multinacional conectada adem¨¢s con la mafia neoyorquina, para escaparse de una cl¨¢usula especialmente onerosa, que exig¨ªa que siguiera entregando nuevos discos en fechas fijas, a pesar de sus compromisos cinematogr¨¢ficos. Con el tiempo, la f¨®rmula propuesta por Olivia se aceptar¨ªa como est¨¢ndar en el mundo discogr¨¢fico.
En 1993, Newton-John anunci¨® que ten¨ªa c¨¢ncer, una enfermedad que combati¨® tenazmente pero reaparecer¨ªa a lo largo de su vida. Dedic¨® buena parte de su tiempo a obras ben¨¦ficas, al mismo tiempo que grababa discos conceptuales, incluyendo los dedicados a la Navidad, las canciones infantiles, las autoras femeninas; todo sin desatender al conservador p¨²blico country. Us¨® su popularidad para implicarse en causas ecol¨®gicas y defender el uso medicinal del cannabis.
Babelia
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