La belleza de la pintura dentro del bote
A veces hay m¨¢s arte en la basura que en los museos. La exposici¨®n del grafitero Luce en el IVAM es un buen ejemplo
Que la pintura sea m¨¢s interesante fuera del bote que dentro. Esa era la consigna de los expresionistas abstractos americanos y la historia del arte est¨¢ llena de gente que estuvo a la altura. No por fabricar iconos sino por todo lo contrario: por fijar mundos que no caben una postal del museo. El Tiziano viejo retocando con los dedos la carne de una ninfa, el Vel¨¢zquez que sent¨® al dios Marte en una masa de color que parece m¨¢s viva que el melanc¨®lico dios, el Rembrandt que visti¨® a su mujer en el ba?o con un camis¨®n que parece creado en 3D, la Paula Rego que ara?aba la superficie de sus dibujos con la misma rabia con la que los pensaba¡
A veces, sin embargo, la pintura es m¨¢s interesante en el bote. El artista valenciano Luce, que se inici¨® como grafitero y que no ha abandonado la calle, se encontr¨® un d¨ªa en un contenedor una serie de botellas de agua rellenas con las mezclas de color que sobran despu¨¦s de pintar una casa. Lo t¨ªpico que se hace para recordar la proporci¨®n exacta o retocar rozaduras sin necesidad de liarse con todas las paredes. Cada botella estaba identificada con una etiqueta escrita a mano: ¡°Dormitorio matrimonio¡±, ¡°salita¡±, ¡°hab. Alfonso¡±, ¡°Daniela¡±.
Bastaba con mirar como un poeta para darse cuenta de que cada uno de esos nombres tra¨ªa su novela. ?Qu¨¦ habr¨¢ sido de Daniela? ?Y de Alfonso? ?El matrimonio seguir¨¢ si¨¦ndolo? Luce no respondi¨® a esas preguntas, hizo algo mucho mejor: les construy¨® una casa. Una maqueta en la que cada habitaci¨®n est¨¢ pintada con el tono de una botella. La obra se titula Crear un espacio a partir de un color y puede verse este verano en el IVAM. Hasta el 11 de septiembre. Al que tambi¨¦n puede verse es al propio artista en una esquina de la sala en la que expone, trabajando. Todo forma parte de un ¡°estudio abierto¡± en el que el museo valenciano le ha invitado a ¡°dialogar¡± con otra de sus exposiciones, la dedicada a los trabajos callejeros del impresionista Ignacio Pinazo. Luce tiene 33 a?os, Pinazo lleva un siglo muerto, pero el di¨¢logo funciona porque la forma de una ciudad, ya lo sabemos, cambia menos que el coraz¨®n de un mortal. Otro hallazgo: pensar los toldos de las tiendas como relojes de tiempo. ?C¨®mo? En funci¨®n del desgaste provocado por el sol despu¨¦s de a?os de enrollarlos y desenrollarlos. La parte alta siempre se acerca m¨¢s al tinte original. Un ejercicio zen.
En tiempos en los que se oye todo el rato ¡°esto no es m¨²sica, esto no es arte, los tomates no saben a tomate¡±, quedan artistas que siguen mirando el mundo como si acabara de crearse. Tambi¨¦n vale para la literatura: lo importante es que las palabras sean m¨¢s interesantes fuera del diccionario que dentro. Como se lee en la exposici¨®n de Luce, la clave es salir sin prisa, ¡°no hace falta volver con conclusiones¡±.
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