Aburrida previsibilidad
Diego Carretero corta una oreja a una seria, pero mansa, descastada y deslucida corrida de El Montecillo
?C¨®mo no deber¨ªa resultar nunca una corrida de toros? Aburrida y previsible. Pues as¨ª precisamente result¨® la primera de la feria de Albacete. Lo peor es que este no es un caso aislado; en los ¨²ltimos tiempos, abundan m¨¢s las tardes de este tipo que las interesantes y emotivas.
Esta es una de las razones por las que los tendidos de los cosos taurinos cada vez est¨¢n m¨¢s vac¨ªos. O menos llenos. ?Qu¨¦ espectador va a pagar un buen dinero para tirarse dos horas y media -como m¨ªnimo- sentado en una piedra y ver un espect¨¢culo aburrido y eterno? Sin emoci¨®n e imprevisibilidad, la tauromaquia est¨¢ condenada a muerte.
?Y qui¨¦n tiene la culpa? Los toreros por alargar las faenas sin sentido y acumular pases carentes de belleza y pureza (?cansinos!); los ganaderos por criar toros que no molestan a los toreros, pero que tampoco transmiten su intr¨ªnseco riesgo a los aficionados; y las empresas, por supuesto, por elaborar carteles poco originales y sin inter¨¦s.
Porque, ?a alguien medianamente informado le sorprendi¨® el resultado del festejo que abri¨® el ciclo taurino en honor a la Virgen de los Llanos? Muy optimista -o, m¨¢s bien, iluso- hab¨ªa que ser para pensar que la corrida de El Montecillo saldr¨ªa brava y encastada. ?Cu¨¢ndo ha salido as¨ª una corrida de esta ganader¨ªa? Y, es m¨¢s, ?qu¨¦ m¨¦ritos ha hecho esta divisa para lidiar en una feria como la de Albacete, habiendo en el campo infinidad de hierros m¨¢s interesantes y en mejor momento?
Pero, claro, como hab¨ªa que dar una oportunidad a los toreros de la tierra, no se pod¨ªa traer una corrida de las denominadas ¡°duras¡± o de alg¨²n encaste minoritario, porque, ¡°pobrecitos¡±¡ ?Pues toma oportunidad!
Y, hablando de oportunidades, ?cu¨¢ntas m¨¢s van a tener Andr¨¦s Palacios y Miguel Tendero? ?Cu¨¢ndo asumir¨¢n ellos mismos y sus respectivos entornos que hace tiempo que perdieron el tren? Mejor seguir negando la realidad. De la terna, el ¨²nico que s¨ª merec¨ªa un hueco en el abono era Diego Carretero, un joven matador que, como tantos otros, apenas ha toreado desde que tom¨® la alternativa. Y ¨¦l fue el ¨²nico que justific¨® su contrataci¨®n.
Una oreja cort¨® del nobil¨ªsimo tercero, un zapatito que, sin demasiada exigencia ni transmisi¨®n, tuvo calidad y duraci¨®n. Pese a no haberse vestido apenas de luces, a Carretero no le pes¨® el compromiso y demostr¨® firmeza y serenidad, sobre todo en dos buenas tandas en redondo, en las que conjug¨® temple y ajuste. El manso y muy deslucido sexto, que no humill¨® nunca, no le dio opci¨®n alguna y tuvo que abreviar.
El mejor lote le toc¨® a Andr¨¦s Palacios. ?Y qu¨¦ hizo el albacete?o? Componer la figura, meter pico y, eso s¨ª, dejar algunos detalles de su indudable calidad torera. Un par de ver¨®nicas cadenciosas y sentidas, algunas chicuelinas inspiradas y pre?adas de personalidad, y otros tantos remates por bajo, como preciosos trincherazos o pases del desprecio, no son suficientes para justificar esta en¨¦sima oportunidad. Sobre todo, teniendo en cuenta que al primero le deber¨ªa haber cortado las dos orejas con quince muletazos.
Serio, pero estrecho de sienes y arremangado de pitones, el astado que abri¨® plaza luc¨ªa las mismas arm¨®nicas hechuras que sus hermanos. Animales bajos, con cara, pero nada ofensivos, y de gran remate, por delante y por detr¨¢s. Pero ese primero, adem¨¢s de una bonita fachada, s¨ª albergaba algunas dosis de casta brava en sus entra?as. Fijo y muy pronto en el cite, embisti¨® por abajo con transmisi¨®n, pero Palacios no estuvo a la altura. Con el noble, pero blando cuarto, un sobrero de la ganader¨ªa titular, dijo a¨²n menos.
Voluntarioso, pero como a la deriva; afanoso, pero casi siempre mal colocado, Miguel Tendero lo intent¨® sin suerte ante un lote infumable por su falta de casta y clase.
No pas¨® casi nada -rese?able, enti¨¦ndase- y, aun as¨ª, aquello dur¨® dos horas y cuarenta minutos. ?Qu¨¦ sopor!
El Montecillo / Palacios, Tendero, Carretero
Toros de El Montecillo (el 4º como sobrero), bien presentados, serios, con remate y buenas hechuras, pero mansos, descastados y deslucidos en conjunto. Destacó el 1º, de encastada nobleza y transmisión, pero corta duración. 3º y 4º, muy nobles, pero blandos y sosos.
Andrés Palacios: dos pinchazos _aviso_ y estocada muy trasera (saludos con algunas protestas); estocada trasera y desprendida (saludos).
Miguel Tendero: pinchazo hondo y un descabello (saludos con algunas protestas); pinchazo y media estocada (palmas).
Diego Carretero: estocada ligeramente trasera y atravesada (oreja); estocada corta (ovación de despedida).
Plaza de toros de Albacete. 8 de septiembre. Primera de abono de la Feria de la Virgen de los Llanos. Media plaza.
Babelia
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