Los taurinos, personajes desorientados en la oscuridad (o las contradicciones de Sim¨®n Casas y Garrido)
El empresariado no goza, con raz¨®n, de buena imagen y contin¨²a adosado al conservadurismo m¨¢s recalcitrante
A Sim¨®n Casas se le podr¨¢n atribuir muchos defectos como l¨ªder entre los taurinos ¡ªes presidente de la Asociaci¨®n Nacional de Empresarios Taurinos (Anoet), gestor de la plaza de Las Ventas y apoderado de toreros¡ª, pero es de los pocos que dan la cara, se atreve a ser incorrecto, no esquiva las preguntas inc¨®modas y aguanta la cr¨ªtica con temple y aparente buen semblante.
Es deslenguado y luce una incontenible verborrea que lo aboca con frecuencia a caer en flagrantes contradicciones, porque lanza denuncias como si ¨¦l fuera un espectador que observa la tauromaquia desde la lejan¨ªa en lugar de uno de los grandes responsables, para bien y mal, de la situaci¨®n actual.
Casas se lamentaba la semana pasada de la mala imagen del colectivo empresarial, ¡°cuando es el que sostiene la fiesta con el dinero que sale de su bolsillo¡±, dec¨ªa, y ped¨ªa a los periodistas que hablen bien de los toros para evitar que ¡°los mensajes negativos sobre el arte del toreo intoxiquen a gran parte de la sociedad¡±. Y a?ad¨ªa un corolario final: ¡°La tauromaquia no es obsoleta; puede serlo la producci¨®n del toro, pero la fiesta tiene futuro si es capaz de adaptarse a la modernidad¡±.
Es verdad que el empresariado taurino no goza de buena imagen, y con raz¨®n. Se gana a pulso cada d¨ªa la desconfianza de sus clientes por motivos diversos. El primero y principal radica en la ausencia total de transparencia, en el protagonismo de la oscuridad m¨¢s absoluta, en la sensaci¨®n permanente de que ning¨²n taurino es amigo de la verdad.
El empresariado taurino es, adem¨¢s, un sector adosado al conservadurismo m¨¢s recalcitrante, de modo que la producci¨®n del espect¨¢culo sigue anclada en el pasado, al margen de los cambios sociales y alejada de los planteamientos de la empresa moderna.
?Ganan dinero los empresarios? Se quejan de los alquileres y del negocio ruinoso, pero se ara?an para conseguir la gesti¨®n de una plaza
Da la impresi¨®n, adem¨¢s, de que los empresarios est¨¢n al servicio de las figuras y no de los clientes. Son los apoderados de casas influyentes los que deciden ganader¨ªas, compa?eros, d¨ªas y horas de los festejos de las ferias.
El empresariado taurino no conoce el significado del concepto innovaci¨®n ¡ªsu labor huele a rancio¡ª, ni promueve la competencia entre los toreros, ni premia con justicia a los triunfadores. Todo el entramado suena a un enjuague de intereses ego¨ªstas ¡ªentre ellos, el famoso reparto de cromos entre empresarios / apoderados que distribuyen los huecos de los carteles entre sus toreros¡ª, al margen de la necesaria limpieza y promoci¨®n de la fiesta de los toros.
?Ganan dinero o no los empresarios? Se quejan continuamente del alto precio de los alquileres p¨²blicos y privados, y de la ruina del negocio, pero se ara?an unos a otros por conseguir la gesti¨®n de una plaza. ?D¨®nde est¨¢ el truco? ?Alg¨²n interviniente en el espect¨¢culo no cobra o percibe emolumentos por debajo de lo estipulado?
Casas y Rafael Garc¨ªa Garrido, su socio en Las Ventas, insisten en que a¨²n no est¨¢n cerradas las cuentas de su etapa anterior al frente de Las Ventas ¡ªalgo extra?o, por otra parte¡ª, pero reconocen que no deben de ser deficitarias cuando se han vuelto a presentar al concurso de la plaza.
Pero, hay m¨¢s: ?qu¨¦ hace Anoet para modificar la imagen del sector? ?Ha liderado, acaso, un proyecto de unidad? ?Ha propiciado la elaboraci¨®n de un libro blanco sobre la situaci¨®n del espect¨¢culo taurino que contenga medidas para su actualizaci¨®n? ?Ha denunciado a los empresarios golfos, que los habr¨¢, como reconoce el propio Casas?
Argumenta el productor franc¨¦s que los empresarios ¡°sostienen la fiesta con el dinero que sale de su bolsillo¡±; y as¨ª ser¨¢, pero lo hacen muy mal porque cada vez hay m¨¢s tendidos vac¨ªos en todas las plazas, y se desconoce si existe un plan para revertir la situaci¨®n. ?Se ha preguntado Anoet por qu¨¦ el p¨²blico acude menos a las taquillas?
Pide Casas a los periodistas que hablen bien de los toros, aunque respeta, dice, la libertad de expresi¨®n.
?Qu¨¦ significa hablar bien? ?Acaso, ocultar los pecados y las muchas miserias que tanto abundan en el negocio taurino? Para hablar bien hay que dar motivos, y ni los empresarios, ni los toreros, ni los ganaderos ofrecen opciones para la confianza. En todos palpita la sospecha de que no est¨¢n diciendo la verdad. Unos por miedo al destierro; otros, por alejarse de la temida venganza, y los m¨¢s, por puro ego¨ªsmo.
Comenta Garc¨ªa Garrido que ¡°es un error pensar que los toros debe ser baratos porque su producci¨®n es muy cara¡±, y Casas a?ade que ¡°la tauromaquia es un producto de lujo¡±.
Si es as¨ª, si la producci¨®n es cara y el producto es de lujo, hay que ofrecer un espect¨¢culo al nivel de su precio. No vale dejarlo todo al albur de lo imprevisible. No se trata solo de que el edificio est¨¦ limpio ¡ªque no lo est¨¢ en el caso de Las Ventas¡ª, sino que el cartel de toros y toreros responda al precio de las entradas y a los gustos de los clientes.
Nadie discute que asistir a una ¨®pera en el Teatro Real de Madrid no est¨¢ al alcance de todos, pero existen plenas garant¨ªas sobre la calidad del producto que se anuncia.
El espect¨¢culo taurino es imprevisible por naturaleza, y as¨ª debe ser, pero hay elementos a tener en cuenta para despertar el inter¨¦s de los espectadores m¨¢s all¨¢ del leg¨ªtimo beneficio empresarial.
Si la producci¨®n de un festejo es cara y el producto es de lujo, hay que ofrecer un espect¨¢culo al nivel de su precio
?Por qu¨¦ no se ha vuelto a repetir el bombo de toros y toreros que decidi¨® la Feria de Oto?o de 2018 y parte de la de San Isidro de 2019?
?Por qu¨¦ la ganader¨ªa de Fuente Ymbro ha lidiado este a?o en Madrid 50 reses en detrimento de otros hierros a los que se les ha negado esa posibilidad?
?Por qu¨¦ permiten los empresarios la permanencia de un espect¨¢culo cada vez m¨¢s largo y aburrido sin que se levanten en armas contra una normativa obsoleta?
?C¨®mo, por ejemplo, no se van a quejar los espectadores del aumento de precio de las entradas sueltas en Las Ventas?
La queja est¨¢ justificada porque el espect¨¢culo que se anuncia carece, por lo general, del atractivo suficiente. La prueba es que la reciente corrida del pasado 12 de octubre en Madrid, fuera de abono, ¡ªmuy interesante sobre el papel¡ª colg¨® el cartel de ¡°No hay billetes¡±.
C¨®mo no va a arrastrar mala imagen el colectivo empresarial taurino si act¨²a de espaldas a los intereses de sus clientes, y guarda como oro en pa?o el truco de una fiesta enferma a la que no se le busca remedio¡ C¨®mo se va a hablar bien si no hay motivo m¨¢s que para el desencanto¡
?D¨®nde, reside, pues, el misterio?
?No ser¨¢n ellos, los empresarios, los primeros convencidos de que la fiesta de los toros acabar¨¢ indefectiblemente por evaporarse, por lo que, desorientados en la oscuridad, vencidos y acobardados, intentan hacer caja con los ¨²ltimos coletazos de un negocio que est¨¢ de verdad en ruinas?
Hacen bien Casas y Garc¨ªa Garrido en denunciar lo que, a su juicio, merezca salir a la luz, pero debieran, al mismo tiempo aplicarse su propia medicina: ¡°La fiesta de los toros tendr¨¢ futuro si es capaz de adaptarse a la modernidad¡±, dicen. Manos a la obra: transparencia, limpieza, justicia, competencia, inter¨¦s¡ Para eso son los gestores de la plaza m¨¢s importante.
S¨ªguenos en Twitter
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.