C¨®mo rodar una secuencia de cama en Jap¨®n, un pa¨ªs donde la distancia f¨ªsica es la norma
Momo Nishiyama, ¡°coordinadora de intimidad¡± en Jap¨®n, relata el reto de convertir las secuencias ¨ªntimas de pel¨ªculas y series en una coreograf¨ªa consensuada en un lugar donde la vida diaria no prev¨¦ besos y abrazos
Convertir besos, caricias y actos sexuales en una coreograf¨ªa sencilla que actrices y actores ejecutan c¨®modamente frente a las c¨¢maras es el trabajo de Momo Nishiyama, licenciada en Pedagog¨ªa de la Danza que se presenta como ¡°coordinadora de la intimidad¡± (Intimacy coordinator). El suyo est¨¢ considerado uno de los oficios m¨¢s novedosos del mundo audiovisual y, explica, algunos cineastas e int¨¦rpretes lo rechazan por considerar que arruina la espontaneidad. Otros temen que se convierta en una auditor¨ªa moral en secuencias consideradas cruciales para consolidar un romance o para aumentar la taquilla.
¡°A los directores les explico que mi papel no es juzgar, m¨¢s que decidir qu¨¦ pueden o no pueden hacer, mi trabajo es apoyar su visi¨®n creativa¡±, dice Nishiyama. Cada proyecto se inicia calibrando el contenido emocional de las secuencias rom¨¢nticas que impliquen contacto f¨ªsico. Tras consultar con el director el tipo de sexo que quiere retratar, se re¨²ne con los actores para, sin entrar en el terreno psicoanal¨ªtico ¡ª¡°Yo no hago terapia¡±, advierte¡ª hacer una lista de sus ¡°zonas l¨ªmite¡±.
¡°Si una actriz no quiere que le besen cierta parte del cuerpo, buscamos otra para ofrecerle al director una opci¨®n¡±. Ah¨ª entran en juego unos parches de color carne conocidos en ingl¨¦s con el eufemismo de modesty garment (prendas de la modestia), cuya funci¨®n es camuflar pechos y genitales para asegurarse de que nunca se vean en las pantallas. Despu¨¦s de la anatom¨ªa, llega la coreograf¨ªa. Nishiyama hace un desglose de cada movimiento, muy similar a los golpes de una pelea o los pasos de un baile, que los actores memorizan con el cuerpo hasta que cada acci¨®n se vuelve autom¨¢tica.
A diferencia de los momentos de luchas cinematogr¨¢ficas, que emplean dobles o entrenan a los actores para evitar las lesiones, muchos rodajes con sexo simulado han dependido de factores impredecibles, como la intuici¨®n del director o la qu¨ªmica entre los actores. En la filmaci¨®n de secuencias ¨ªntimas muchos actores principiantes temen perder su trabajo o ser estigmatizados como problem¨¢ticos si se niegan a satisfacer las peticiones ¡ªa veces caprichosas¡ª del cineasta o el productor.
El movimiento MeToo ha sido el detonante que permiti¨® la profesionalizaci¨®n de una serie de iniciativas en Jap¨®n para proteger a los actores, que ya exist¨ªan en las industrias cinematogr¨¢ficas de Estados Unidos, Australia y el Reino Unido. Nishiyama, cuyo trabajo como productora sobre el terreno para rodajes en pa¨ªses africanos se vio afectado por la pandemia, se form¨® como coordinadora de la intimidad para buscar una nueva salida profesional.
Una amiga la anim¨® a tomar un curso por internet con la IPA (Intimacy Professionals Association), fundada en Los ?ngeles por Amanda Blumenthal, considerada la pionera de este oficio en Hollywood. Entonces empez¨® a aplicar en Jap¨®n lo aprendido, pero se dio cuenta de que las exigencias difer¨ªan por la actitud frente al sexo de cada cultura. Aunque las estad¨ªsticas revelan que los j¨®venes japoneses tienen cada vez menos inter¨¦s en el sexo, Nishiyama explica que, en promedio, las pel¨ªculas niponas incluyen m¨¢s secuencias de intimidad que las occidentales: ¡°Y el sexo cinematogr¨¢fico asi¨¢tico es m¨¢s sutil, hay m¨¢s caricias, detalles de manos y cierta distancia. En Occidente se presenta como un deporte¡±.
Ella destaca la fascinaci¨®n de la cultura japonesa con las representaciones del sexo y atribuye al largo cierre de fronteras, decretado entre los siglos XVII y XIX, el nacimiento de una cultura hedonista, cuyo paradigma son las famosas estampas er¨®ticas (shunga). En el cine, Nishiyama menciona g¨¦neros de la segunda mitad del siglo XX, como el roman porno y el pink film, cuyo requisito era incluir gran n¨²mero de secuencias de sexo sin mostrar genitales o vello p¨²bico.
Otro factor diferenciador es la distancia f¨ªsica en la vida diaria de los japoneses. La ausencia de saludos con besos y abrazos, o la rareza del apret¨®n de manos, ayudaron, sin embargo, a reducir contagios en los inicios de la pandemia. Pero, por eso mismo, los actores j¨®venes est¨¢n menos preparados para la cercan¨ªa y agradecen la presencia de las coordinadoras de la intimidad.
Por el momento, solo hay dos trabajadoras en el pa¨ªs, Momo Nishiyama y otra colega, contratada en exclusiva por Netflix. Nishiyama imparte cursillos gratuitos para actores en los que les ense?a su derecho al consentimiento y, sobre todo, c¨®mo decir no. ¡°Les se?alo una por una las partes de su cuerpo y se sorprenden de la cantidad de lugares donde no quieren ser tocados. Yo les explico que tienen derecho a decir no y que, en la mayor¨ªa de los casos, los directores est¨¢n dispuestos a aceptar esa opci¨®n. Al final, lo m¨¢s importante para todos es que la secuencia se ruede¡±.
Babelia
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