Marta Fern¨¢ndez: ¡°Shakespeare ha sido el escritor m¨¢s mentiroso¡±
La periodista y escritora publica un libro en el que recoge historias reales de grandes embaucadores de la historia
Impostores, embaucadores, troleros¡ El nuevo libro de la periodista y escritora Marta Fern¨¢ndez (Madrid, 49 a?os), titulado La mentira (HarperCollins), es una selecci¨®n de sonados enga?os cometidos por aprovechados en la historia reciente de la humanidad. Como el tipo que le vendi¨® la Torre Eiffel a un empresario de la chatarra reci¨¦n llegado a Par¨ªs, el joven que ...
Impostores, embaucadores, troleros¡ El nuevo libro de la periodista y escritora Marta Fern¨¢ndez (Madrid, 49 a?os), titulado La mentira (HarperCollins), es una selecci¨®n de sonados enga?os cometidos por aprovechados en la historia reciente de la humanidad. Como el tipo que le vendi¨® la Torre Eiffel a un empresario de la chatarra reci¨¦n llegado a Par¨ªs, el joven que dijo haber encontrado una obra perdida de Shakespeare o la publicaci¨®n del diario de Hitler que no era tal. A ninguno de los elegidos por Fern¨¢ndez le creci¨® la nariz por mentir, como al pobre Pinocho, aunque casi nunca sus embustes no tuvieron un final feliz.
Pregunta. ?Por qu¨¦ le ha atra¨ªdo contar estas historias de mentirosos?
Respuesta. Se nos ha dicho mucho que vivimos la ¨¦poca de la posverdad y las fake news, cuando la hemos vivido siempre. Ad¨¢n y Eva con la serpiente o el caballo de Troya eran fake news, as¨ª que creo que era el momento de reivindicar a grandes impostores, que los ha habido muy divertidos.
P. ?Qu¨¦ criterio ha seguido para escogerlos?
R. Casi todos los elegidos me ca¨ªan bien, por ser muy p¨ªcaros o brillantes o malvados, y quer¨ªa tambi¨¦n que no fueran muy modernos.
P. ?Cu¨¢l es su favorito?
R. Me gustan mucho los impostores literarios, como William Henry Ireland, que falsific¨® una obra de Shakespeare para ganarse el amor de su padre. Sin embargo, qued¨® como el mayor fracaso del teatro ingl¨¦s porque no lleg¨® ni a terminarse la primera representaci¨®n en Londres [abril de 1796] de lo mala que era, hasta el actor principal se re¨ªa.
P. ?Por qu¨¦ dice en su libro que la ficci¨®n es la mentira m¨¢s hermosa?
R. Porque es la escapatoria para hacer la mentira respetable, tanto como autores o si somos lectores. Los mitos en los que est¨¢n creadas las sociedades son grandes mentiras fundacionales, aunque seamos conscientes de que nos est¨¢n mintiendo.
P. ?Qu¨¦ escritor ha sido especialmente mentiroso en sus obras?
R. Precisamente, Shakespeare es el mejor mentiroso. Adem¨¢s, era un plagiador consumado de sus contempor¨¢neos, y la mentira est¨¢ en el coraz¨®n de sus obras, con comedias de enga?o, el travestismo¡
P. ?Ha llegado a alguna conclusi¨®n de por qu¨¦ soltamos tantas bolas?
R. Hablando con [el paleont¨®logo] Juan Luis Arsuaga me dijo que sin la mentira no existir¨ªamos como sociedad. Me interesaba saber por qu¨¦ nos creemos historias rocambolescas, pero los mentirosos no existir¨ªan sin los cr¨¦dulos. Creemos tantas cosas porque la vida es as¨ª m¨¢s f¨¢cil, ser¨ªa horrible dudar de todo desde que salimos de casa.
P. ?C¨®mo debe ser una buena mentira?
R. Las que triunfan son las que parten de una semilla de verdad. Victor Lustig es el santo patr¨®n de los estafadores, vendi¨® la Torre Eiffel a un empresario de la chatarra gracias al rumor en el Par¨ªs de los a?os veinte del pasado siglo de que el monumento se iba a desmontar porque era ef¨ªmero.
P. ?Hay muchas no verdades en la prensa?
R. Es la paradoja del periodista. Queremos descubrir d¨®nde est¨¢ la verdad, pero hay mentiras que llegan a los medios por nuestros propios errores. Por ejemplo, la historia de que la retransmisi¨®n de Orson Welles de La guerra de los mundos caus¨® el p¨¢nico en todo EE UU no es verdad. Lo invent¨® la prensa porque quer¨ªa desprestigiar a un medio nuevo y gratuito, la radio.
P. Hasta el c¨¦lebre semanario alem¨¢n Stern public¨® unos supuestos diarios de Hitler que eran falsos.
R. Fue un esc¨¢ndalo que oblig¨® a intervenir al Gobierno alem¨¢n. Document¨¢ndome para ese cap¨ªtulo, vi c¨®mo hab¨ªan sido las reuniones de redacci¨®n y te dabas cuenta de que algunos periodistas no intentaban descubrir la verdad. Quer¨ªan tener la mayor exclusiva del siglo y la verdad no iba a estrope¨¢rselo.
P. ?Y qu¨¦ mentira gorda le han soltado y se la ha cre¨ªdo?
R. Por estar en paz con mi pasado, a veces prefiero olvidar la verdad y quedarme con la mentira que me contaron.
P. ?Puede contar alguna mentirijilla suya?
R. Es habitual que cuando te encuentras con un compa?ero de la facultad que hace mucho que no ves le digas que est¨¢ estupendo y que a ver si nos vemos para tomar unas ca?as.
P. Hay caras de buena persona, ?hay una fisonom¨ªa del embaucador?
R. Lo que es com¨²n a ellos es que saben escuchar muy bien. Son seductores porque conocen lo que quieres o¨ªr. Hay estudios que dicen que los ni?os que m¨¢s mienten tienen de mayores m¨¢s capacidades sociales.
P. La mayor¨ªa de los casos que recoge son de EE UU y el Reino Unido. ?Se enga?a m¨¢s en el mundo anglosaj¨®n?
R. Hab¨ªa que deshacer eso de que los latinos somos especialmente mentirosos. Adem¨¢s, tengo afinidad por el mundo anglosaj¨®n y el acceso a fuentes documentales en bibliotecas p¨²blicas de esos pa¨ªses es m¨¢s f¨¢cil.
P. Cita un estudio de la Universidad de Massachusetts seg¨²n el cual dos extra?os se pueden mentir hasta tres veces en 10 minutos. Nosotros llevamos casi 20 charlando¡
R. [Risas] Ese estudio indicaba adem¨¢s que se ment¨ªa sin ninguna finalidad, aunque no fuera una entrevista de trabajo o una cita para seducir al otro. Basta encontrar a alguien con el que queramos agrandar nuestros logros.