Pablo Andr¨¦s Escapa: ¡°El consumo crea clientes, no personas¡±
El cuentista y bibliotecario del Palacio Real defiende el valor de la Navidad m¨¢s all¨¢ de su sentido religioso
Pablo Andr¨¦s Escapa vive entre legajos de cartas y libros antiguos en la Biblioteca del Palacio Real, donde investiga el rastro epistolar de personajes legendarios como el conde de Godomar o el cardenal Granvela. Pero tambi¨¦n es un cuentista de largo aliento. Este leon¨¦s de 58 a?os aprendi¨® escuchando los cuentos que inventaba su padre y ahora acaba de reunir los suyos de toda una vida en ...
Pablo Andr¨¦s Escapa vive entre legajos de cartas y libros antiguos en la Biblioteca del Palacio Real, donde investiga el rastro epistolar de personajes legendarios como el conde de Godomar o el cardenal Granvela. Pero tambi¨¦n es un cuentista de largo aliento. Este leon¨¦s de 58 a?os aprendi¨® escuchando los cuentos que inventaba su padre y ahora acaba de reunir los suyos de toda una vida en Herencias del invierno. Cuentos de Navidad (P¨¢ginas de Espuma). ?l es creyente, pero defiende el valor de esta ¨¦poca para todos.
Pregunta. ?Qu¨¦ le dice la Navidad?
Respuesta. Para m¨ª es un estado de ¨¢nimo, tengo recuerdos de infancia muy buenos que le debo a mi padre, que nos hac¨ªa vivir unas navidades de cuento. Crecimos creyendo que el valle de Laciana [Le¨®n] era el territorio al que llegaban los Reyes Magos despu¨¦s de burlar al fara¨®n de Egipto, que intentaba imped¨ªrselo. Por eso la Navidad es un estado de ¨¢nimo predispuesto a la credibilidad, a leer y a la magia.
P. ?Tiene sentido la Navidad en un mundo laico?
R. Para m¨ª s¨ª, porque es creer en el misterio, que est¨¢ por encima de nosotros. Es trascender la realidad, no quedarse solo en la cuesti¨®n de las luces, sino saber que tiene un trasfondo que nos apela. Y no hablo de valores religiosos, sino human¨ªsticos. Entre lo mejor que tiene el esp¨ªritu humano est¨¢ la inocencia, la credulidad, el candor. A veces pasa desapercibido entre tanta luz y tanto aparato, pero est¨¢n ah¨ª. Siempre me ha interesado la imaginaci¨®n, el misterio y el prodigio como parte de lo cotidiano y eso es lo que aporta la Navidad. Despegarse de la realidad mostrenca es importante y contribuye a la edificaci¨®n del alma.
Importa que se conozca el emisor, pero el contenido del mensaje importa cada vez menos. Demasiado mensaje, demasiado superficial y demasiado r¨¢pido¡±
P. ?Hasta qu¨¦ punto hay fantas¨ªa o realidad en esos Reyes Magos, en la Virgen o San Jos¨¦?
R. Hay una verdad hist¨®rica que es el nacimiento de Jes¨²s y, a partir de ah¨ª, un relato magn¨ªfico que me ha influido como escritor. Hay elementos que considero propios de la narrativa. El estado de ilusi¨®n e inocencia me parece un valor humano todo el a?o y nos ayudar¨ªa bastante desde febrero hasta diciembre tambi¨¦n.
P. ?No hay m¨¢s consumo que candor?
R. Claro, el candor cuesta m¨¢s trabajo porque lo que se nos presenta es el embalaje. El consumo crea clientes, no personas. Deslumbra, aunque te est¨¦ vendiendo humo.
P. ?Pero hay espacio para las personas en un mundo de clientes?
R. Deber¨ªa haberlo. Cada vez es m¨¢s dif¨ªcil, es un trabajo personal de b¨²squeda y de conciencia cr¨ªtica. Lo f¨¢cil, lo iluminado y lo que se invita a seguir es el otro camino, el del consumo, con la idea falsa de que est¨¢s ejerciendo una libertad que en realidad es muy dirigida.
P. ?Qu¨¦ cuento de su padre le dej¨® m¨¢s huella?
R. Mi padre siempre nos llevaba en su relato a un castillo con siete puertas, cada una de un color. All¨ª solo pod¨ªamos elegir una y los tres hermanos ten¨ªamos que ponernos de acuerdo. Era una elipsis fabulosa, te dejaba siempre con las ganas de abrir las dem¨¢s. Nunca cedi¨®, solo pod¨ªamos elegir una por cuento, un cuento por d¨ªa. Era capaz de fabular con cualquier situaci¨®n, por ejemplo, la nieve. Todo siempre entreverado con elementos m¨¢gicos.
P. ?Tambi¨¦n les le¨ªa cuentos cl¨¢sicos?
R. Mi madre lo hac¨ªa, que era maestra, pero mi padre los inventaba. ?l ten¨ªa una tienda en el pueblo donde vend¨ªa relojes porque mi abuelo era relojero de los de antes. Hac¨ªa traer una pieza de Suiza, por ejemplo, y nunca entendi¨® que se tiraran cuando se estropeaban en lugar de sustituir la pieza rota. Su concepto era otro, la garant¨ªa era de por vida.
P. ?Qu¨¦ significa ser bibliotecario del Palacio Real?
R. Para m¨ª es estar en contacto con una tradici¨®n, la del libro antiguo y la posibilidad de conocer a fondo la historia de la lectura y la imprenta.
Hay una verdad hist¨®rica que es el nacimiento de Jes¨²s y, a partir de ah¨ª, un relato magn¨ªfico que me ha influido como escritor¡±
P. ?Qu¨¦ ha sido lo m¨¢s sorprendente que ha encontrado en su trabajo?
R. Conocer la vida cotidiana de principios del siglo XVII, por ejemplo, a trav¨¦s de estos epistolarios. Gondomar naci¨® en Astorga, era gallego de formaci¨®n, viene a la corte y acaba siendo embajador de Felipe III en Londres y un diplom¨¢tico excepcional, de primer orden. He ido conociendo su personalidad a trav¨¦s de su correspondencia. Y Granvela era un representante de la gran pol¨ªtica europea: primer ministro de Carlos V y tambi¨¦n con Felipe II, por lo que sus correspondientes fueron los grandes nobles italianos, franceses, espa?oles, ingleses. A trav¨¦s de las cartas ves c¨®mo se gestiona la batalla de San Quint¨ªn o el Concilio de Trento. De primera mano.
P. ?Y c¨®mo siente el mundo actual en que las decisiones se toman por WhatsApp y se anuncian por Twitter? ?C¨®mo se estudiar¨¢ en el futuro?
R. Se estudiar¨¢ como una ¨¦poca con demasiadas palabras y escasa profundidad. Estamos rodeados de ruido, pero no se profundiza. Importa que se conozca el emisor, pero el contenido del mensaje importa cada vez menos. Demasiado mensaje, demasiado superficial y demasiado r¨¢pido.