10 grandes pel¨ªculas de Navidad para ver en plataformas que no son las de siempre
Una lista alternativa de t¨ªtulos que formaron parte del canon navide?o de anta?o, habituales en las televisiones de los a?os setenta y principios de los ochenta
Cada a?o por estas fechas los medios se llenan de recomendaciones cinematogr¨¢ficas con las que so?ar un tiempo de amor y ternura y quiz¨¢ tambi¨¦n de dolor o a?oranza. Sin embargo, acudimos (casi) siempre a los mismos t¨ªtulos, los mejores o simplemente los m¨¢s populares, instalados de momento en el podio navide?o contempor¨¢neo. Historias que la inmensa mayor¨ªa del p¨²blico ya conoce y ha disfrutado con puntualidad y constancia hasta la saciedad: ?Qu¨¦ bello es vivir!, Pl¨¢cido, La gran familia, Pesadilla antes de Navidad, La jungla de cristal, Gremlins, Love actually, The holiday (Vacaciones), Solo en casa, Los amigos de Peter y unos cuantos m¨¢s. Ahora bien, junto a ellos, no pocas pel¨ªculas reivindicables como inmejorables para fin de a?o suelen quedar fuera de las selecciones, al menos de las antolog¨ªas no demasiado amplias.
Por eso nos hemos propuesto esta otra lista alternativa, compuesta por maravillosos t¨ªtulos que formaron parte del canon navide?o de anta?o, habituales en las televisiones de los a?os setenta y principios de los ochenta, pero que con el tiempo han quedado apartados y pueden resultar desconocidos para las nuevas generaciones; por relatos de g¨¦nero que, en principio, no encajar¨ªan con los valores navide?os m¨¢s tradicionales; y por obras maestras del cine (a secas, sin necesidad de fiesta alguna), ambientadas a finales de a?o alrededor de las pascuas y con alguna implicaci¨®n en sus tramas, pero que no suelen ser consideradas como pel¨ªculas navide?as. Todas est¨¢n en plataformas.
Cuento de Navidad (1951), de Brian Desmond Hurst
Hasta finales de los a?os ochenta era la versi¨®n del relato de Charles Dickens que sol¨ªan emitir en la tele al llegar las fiestas. Sin embargo, la aparici¨®n de otras notables relecturas, como Los tele?ecos en Cuento de Navidad (1992) o la animada hom¨®nima de Robert Zemeckis con Jim Carrey, de 2009, releg¨® a la obra de Hurst, la mejor visi¨®n de siempre de Mister Scrooge, al ba¨²l de los cl¨¢sicos ocultos. Su retrato del avaro, de la pasi¨®n por el dinero por encima incluso del amor, y c¨®mo determinadas circunstancias vitales ennegrecen el alma humana, es feroz. Con una majestuosa expresividad en su puesta en escena y en el tratamiento de la luz, este Cuento de Navidad apela, naturalmente, a algo tan b¨¢sico, pero a veces tan pasado de moda, como que seamos buena gente. La conversi¨®n gestual del actor Alastair Sim en el tramo de la redenci¨®n final, desde el drama casi de terror hasta la comedia, es prodigiosa. Disponible en Amazon y Filmin.
Escondidos en Brujas (2008), de Martin McDonagh
Confesonario. Sacerdote: ¡°?Asesinaste por dinero?¡±. Feligr¨¦s: ¡°S¨ª, padre, no por ira ni por nada. Por dinero¡±. Las implicaciones religiosas aparecen en todo momento en la historia creada por el dramaturgo y cineasta McDonagh. Dos asesinos a sueldo varados durante una Navidad en Brujas, huyendo de un crimen horrendo. Pero, sobre todo, aguardando la llegada de una personalidad, como una moderna versi¨®n de Esperando a Godot, incluido el absurdo de algunos di¨¢logos, en la que esta vez el aludido s¨ª que acaba apareciendo. Y en la base, el remordimiento, ese que nos llega a final de a?o por lo mal hecho, y que nos puede llevar a una cierta reconstrucci¨®n; en este caso, antes del d¨ªa del Juicio Final, en el museo Groeninge de la ciudad belga, frente al cuadro de El Bosco, espejo moral de los asesinos que lo observan. Comedia negra, intriga criminal, drama existencial. ?Es Brujas, o el mism¨ªsimo Purgatorio? Disponible en Movistar.
De ilusi¨®n tambi¨¦n se vive (1947), de George Seaton
Seaton se adelant¨® con su pel¨ªcula a una dicotom¨ªa casi actual: el doble camino para los ni?os entre la racionalizaci¨®n adulta de la Navidad, de los regalos y de las relaciones personales, o el mantenimiento de la magia y el anhelo. Planteada tambi¨¦n como una estruendosa apoteosis del consumismo, a tal nivel que la producci¨®n parece financiada por los grandes almacenes de regalos Macy y Gimbel (aunque no lo estuviera), De ilusi¨®n tambi¨¦n se vive cuenta la llegada a nuestro mundo de Santa Claus, contratado para hacer de s¨ª mismo en una cabalgata y en una gran tienda de Nueva York. Lo que lleva a un hombre bueno y siempre sincero a un juicio en el que debe demostrar que es el verdadero mito de la Navidad. Cuidado, porque los ni?os que a¨²n no conozcan el secreto del pastel en torno a los regalos pueden empezar a disparar a sus padres inconvenientes preguntas. Y una frase para los adictos a la esperanza: ¡°La fe es creer en cosas que el sentido com¨²n te dice que no creas¡±. Disponible en Disney+.
Navidades negras (1974), de Bob Clark
Antes de pasar a la historia del cine juvenil con la desbocada testosterona de Porky¡¯s, Clark era un especialista en el terror que, junto a Tobe Hooper y La matanza de Texas, hab¨ªa dado carta de legitimidad en el a?o 1974 al subg¨¦nero del slasher (matanzas sucesivas de j¨®venes por obra de un psic¨®pata). Con la estupenda Navidades negras comenz¨® tambi¨¦n el mito de la final girl, o la chica valiente y juiciosa que suele sobrevivir a las matanzas en este tipo de cintas. Clark, armado de una c¨¢mara en mano con objetivos en gran angular, y conformando continuos planos subjetivos desde el punto de vista del asesino, ofrece tambi¨¦n una lecci¨®n maestra de la utilizaci¨®n del color rojo como elemento de desasosiego. Una pel¨ªcula de atronador feminismo, que aboga por la liberaci¨®n sexual de las chicas frente a las reticencias del poder masculino (padres, polic¨ªas¡), que adem¨¢s queda ridiculizado, y que se atreve con una asombrosa defensa del aborto y de la decisi¨®n individual de la mujer. Disponible en Filmin.
La mujer del obispo (1947), de Henry Koster
Al igual que Cuento de Navidad y De ilusi¨®n tambi¨¦n se vive, otra con la que hace d¨¦cadas era habitual toparse en estas fechas y ahora, en cambio, es necesario rebuscarla. El protagonista es un pastor anglicano que pretende construir una catedral, pero el conflicto es trasladable a cualquier ¨¢mbito laboral, social y pol¨ªtico: o c¨®mo rebajarse ante el poder que puede hacer que se cumplan nuestros prop¨®sitos, por muy loables que sean, aun a costa de la humillaci¨®n personal constante. El mangoneoy un ¨¢ngel de la guarda que viene del cielo para dar sentido com¨²n a las intenciones del obispo y, de paso, enamorar sin remedio a su esposa y a cualquier mujer u hombre con el que se cruza en la Tierra. Pero es que nunca hubo un ¨¢ngel m¨¢s atractivo: Cary Grant. La naturalidad y el sentido del divertimento como camino para vivir y para gozar. Disponible en Amazon y Filmin.
Tangerine (2015), de Sean Baker
La primera frase de la pel¨ªcula ya marca el tono navide?o a contracorriente: ¡°?Feliz Nochebuena, zorra!¡±. Se lo dice una prostituta a una amiga transg¨¦nero, que se pasa todo el relato buscando a su novio (o algo parecido a un novio). Con estilo casi documental, Baker, uno de los adalides del mejor cine social americano contempor¨¢neo, con magn¨ªficas pel¨ªculas posteriores como The Florida Project y Red Rocket, muestra su colorido habitual: gamas de azules y rosas para ilustrar una historia de tristeza, de soledad, de genio, de garra, de dulzura y de sororidad sobre seres humanos con ganas de vivir y de mejorar. Se cantan villancicos, como en cualquier pel¨ªcula cl¨¢sica de Navidad, pero aqu¨ª ni los personajes ni los ambientes son los habituales. De hecho, se desarrolla en Hollywood (Tinseltown, en jerga), con clima veraniego incluso en diciembre. Disponible en Filmin y Mubi.
Fanny y Alexander (1982), de Ingmar Bergman
Tres horas y cuarto de im¨¢genes imborrables con la infancia del propio Bergman como semilla: hijo de un r¨ªgido pastor luterano, y amante desde ni?o del teatro y de la creaci¨®n de historias. ¡°Todo puede suceder. Todo es posible y veros¨ªmil. El tiempo y el espacio no existen. Sobre una insignificante base de realidad, la imaginaci¨®n hila y teje nuevos dibujos¡±, se dice en la pel¨ªcula, citando a Strindberg. As¨ª, el contraste entre una primera familia delirante, libertina, teatrera y borracha de vida, y una segunda, violenta, austera, l¨²gubre y cruel, es experimentado siempre desde los ojos de Alexander, con sus tentaciones y, sobre todo, con sus fantasmas. O c¨®mo el brillo navide?o de la primera parte de la historia se apaga en pos de una rectitud dolorosa y sufriente. Ganadora de cuatro Oscar. Disponible en Movistar +, HBO y Filmin.
Metropolitan (1990), de Whit Stillman
Impertinentes snobs teorizando sobre el socialismo durante una fiesta de Navidad. Pijos de Nueva York espetando al nuevo de la pandilla, un humilde universitario, que por qu¨¦ no se compra un abrigo de calidad en lugar de llevar esa gabardina con la que suele amargarles la vista cada noche. Relaciones sociales y sentimentales de finales del siglo XX que parecen de principios del XIX. Si hasta Jane Austen y su Mansfield Park es el motor que los mueve, incluso explicit¨¢ndolo en uno de los di¨¢logos. Stillman, uno de los m¨¢s famosos directores indies de los noventa, nominado al Oscar al mejor guion original, se present¨® en sociedad con una pel¨ªcula c¨¢lida, c¨ªnica y sofisticada que, como tambi¨¦n se verbaliza en el texto, puede llegar a parecer El discreto encanto de la burgues¨ªa en versi¨®n navide?a y juvenil. Disponible en Mubi.
Eyes Wide Shut (1999), de Stanley Kubrick
La infidelidad en fechas de concordia, fidelidad, ternura y amor, ?es una doble infidelidad? El adulterio de pensamiento, o de ganas, que a veces puede resultar peor que el de obra (y olvido), est¨¢ invitando a la pareja perfecta a un tentador desliz. ¡°Si no te follaste a esas modelos fue por consideraci¨®n hacia m¨ª, y no porque no quisieras realmente¡±, dice al personaje de Tom Cruise el de Nicole Kidman, matrimonio adem¨¢s en la vida real, en uno de esos perversos juegos de casting que tanto le gustaban a Kubrick. Quiz¨¢ sea eso la fidelidad, o definitivamente, la necesidad de practicar eso que explicita la ¨²ltima (e hist¨®rica) palabra de la pel¨ªcula, y de la filmograf¨ªa del maestro de todos los g¨¦neros. Mientras, en el deambular de Cruise por un infierno de depravaci¨®n, humillaci¨®n y bacanales varias, Kubrick coloca decenas de ¨¢rboles de Navidad en interiores y exteriores, como recuerdo del tiempo de esperanza y gloria en que se desarrolla su fantas¨ªa sexual. Disponible en HBO.
Un cuento de Navidad (2008), de Arnaud Desplechin
La pel¨ªcula definitiva en torno a las familias disfuncionales que deben pasar la Navidad juntas en una casa, pese al disgusto. Una abuela con una rara forma de leucemia; un nieto esquizofr¨¦nico; un hijo tarambana que no ha podido ver a su propia familia durante los ¨²ltimos cinco a?os, como una forma de destierro impuesto por la hermana que pag¨® sus millonarias deudas a cambio de no tener que verlo ni soportarlo nunca m¨¢s. Y todo ello, en forma de comedia. Negra, por supuesto, con di¨¢logos brillantes y oscuros como el carb¨®n. Desplechin aborda la ternura y la ruindad familiar desde las m¨¢s desastrosas afinidades, no precisamente electivas. Y la b¨²squeda entre la familia de un donante de m¨¦dula para la matriarca que interpreta Catherine Deneuve desemboca en una extra?a forma de delicadeza dentro de un microcosmos delirante, cautivador y desvergonzado. Disponible en Filmin.
Babelia
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