¡®Conspiraci¨®n en El Cairo¡¯: mon¨®tono misterio en la universidad isl¨¢mica

Es sueco el director de Conspiraci¨®n en El Cairo, aunque su nombre, Tarik Saleh, no deje dudas sobre sus ancestros familiares. Tambi¨¦n goza de apreciaci¨®n cr¨ªtica, que encuentro excesiva. Admito que busca antecedentes ilustres al concebir sus historias. Debi¨® de inspirarse en la magn¨ªfica Los ?ngeles Confidencial al realizar El Cairo Confidencial, pero la comparaci¨®n empieza y acaba en el t¨ªtulo, aunque ambas se centren en la corrupci¨®n policial. Y est¨¢ claro que Tarik Saleh tambi¨¦n ha le¨ªdo la obra maestra de Umberto Eco El nombre de la rosa y que vio la muy estimable adaptaci¨®n al cine que hizo Jean Jacques Annaud. Hab¨ªa misterio, tensi¨®n, violencia y atm¨®sfera en la indagaci¨®n que hac¨ªa el monje franciscano Guillermo de Baskerville, memorablemente encarnado por el irrepetible Sean Connery, de los cr¨ªmenes que se hab¨ªan cometido en una abad¨ªa durante el Medievo. Y consecuentemente, traslada ese modelo a la suprema universidad de estudios isl¨¢micos, situada en El Cairo, donde el Gran Im¨¢n ha sufrido una muerte llena de sorpresas y hay poderes pol¨ªticos y religiosos que desean colocar un sucesor a la medida de sus intereses.

Admito que las tramas policiacas y los retratos de la corrupci¨®n en un pa¨ªs como Egipto pueden albergar un punto ex¨®tico para los espectadores occidentales y tambi¨¦n me informan de que las pel¨ªculas de este director reciben premios en los festivales, lo cual no supone forzosamente un aval de calidad para mis simplistas criterios. Veo y escucho Conspiraci¨®n en El Cairo sin excesivos problemas, pero tambi¨¦n sin despertarme ninguna pasi¨®n e inmediatamente se me borra su recuerdo. Es mon¨®tona, aunque no irritante. El tema daba para mucho m¨¢s, pero la narrativa no tiene fuerza. Busca in¨²tilmente el suspense. Es muy poquita cosa aunque le lluevan los halagos.

Y es muy deprimente la duradera certeza al repasar la cartelera en los ¨²ltimos a?os de no encontrar casi nada atractivo, no reconocer las maravillosas sensaciones que te regalaba siempre el gran cine. Un amigo de cuyos criterios me f¨ªo desde hace infinitos a?os, aunque tambi¨¦n hayamos tenido algunas discrepancias feroces, me recomienda que vea con imperdonable retraso la ¨²ltima pel¨ªcula de la directora Mia Hansen-L?ve, cuya muy promocionada obra se me atraganta frecuentemente. Se titula Una bonita ma?ana. Hay mucha tristeza en su argumento, pero tambi¨¦n es bonita. Consigue el milagro de introducirme en ella, la sensaci¨®n de verdad que desprende la historia, las situaciones, los personajes. No es una pel¨ªcula excepcional, pero me hace sentir, comprender a la protagonista y las cosas que le ocurren, quererla. Se gana la vida como traductora en eventos p¨²blicos, tiene una hija a punto de adolescencia, cuida de su anciano padre, aquejado de una tenebrosa enfermedad degenerativa. Esta mujer compagina la desesperada b¨²squeda de una residencia que haga menos tr¨¢gico y doloroso el derrumbe f¨ªsico y mental de su padre con el arranque de una historia de amor, algo a lo que hab¨ªa renunciado desde hac¨ªa mucho tiempo. Y no ser¨¢ f¨¢cil. Habr¨¢ rupturas y retornos, bastante caos, tambi¨¦n ilusi¨®n duradera. Interpreta maravillosamente a esta superviviente que intenta indesmayablemente ponerse de acuerdo con la vida de esa actriz en posesi¨®n de m¨²ltiples registros llamada L¨¦a Seydoux. Tambi¨¦n es una mujer muy atractiva. Y descubro media hora despu¨¦s de que acabe Una bonita ma?ana que sigo pensando en la historia que me han contado. Porque me ha hecho sentir, porque me la he cre¨ªdo. Siempre le he pedido eso al cine.