Francia y Espa?a, un viaje musical de ida y vuelta con parada en la OCNE

Del 26 de mayo al 2 de junio se ha celebrado en Madrid el Festival Focus, una propuesta de la Orquesta y Coro Nacionales de Espa?a. Dos conciertos sinf¨®nicos a los que se ha a?adido otro de c¨¢mara en colaboraci¨®n con la Fundaci¨®n March. Los tres conciertos ten¨ªan como tema las relaciones musicales entre Francia y Espa?a, centradas en las d¨¦cadas de los setenta y ochenta, con ampliaciones a inicios del siglo XX y XXI.

El dise?o de las sesiones ha corrido a cargo del music¨®logo Stefano Russomanno y ha tenido sus puntos fuertes en las firmas de compositores como el madrile?o Jos¨¦ Manuel L¨®pez L¨®pez, que estren¨® una obra encargo el pasado d¨ªa 26 de mayo, el donostiarra Ram¨®n Lazkano y el catal¨¢n H¨¦ctor Parra, ambos presentes en el concierto final del d¨ªa 2 de junio. Los tres creadores tienen en com¨²n una larga estancia en Francia que a¨²n perdura tras m¨¢s de dos o tres d¨¦cadas.

El periodo comprendido en las citadas d¨¦cadas ha vivido quiz¨¢s las ¨²ltimas revoluciones art¨ªsticas que ofreci¨® el siglo XX y en ellas se han integrado, de diferentes maneras seg¨²n cada personalidad, los citados creadores espa?oles y muchos otros m¨²sicos hispanos que han vivido el viaje al pa¨ªs vecino como una salida al mar en t¨¦rminos art¨ªsticos y t¨¦cnicos. Entre las citadas aportaciones, destaca el espectralismo, consistente en una renovaci¨®n del tratamiento del timbre musical, como elemento de especulaci¨®n, y como modelo de composici¨®n. Todos ellos han vivido la eclosi¨®n del conocido laboratorio de inform¨¢tica musical IRCAM, el nacimiento de la Cit¨¦ de la Musique, el Conservatorio Superior de Par¨ªs, que forma parte de la Cit¨¦, y la estancia en el mismo complejo del ya m¨ªtico Ensemble Intercontemporain, iniciativas todas lanzadas por un Pierre Boulez en las ¨²ltimas d¨¦cadas de su poderosa influencia.

Este im¨¢n gigantesco convirti¨® a la capital gala en la Meca del viaje de numerosos compositores de nuestro pa¨ªs, y otros tantos, pensemos en la hoy llorada compositora Kaija Saariahoo que ha vivido en Par¨ªs m¨¢s de 40 a?os.

El concierto del viernes 2 de junio, que es el que nos ocupa, ha reunido un estreno en Espa?a de H¨¦ctor Parra y una pieza reciente de Ram¨®n Lazkano. Pero el men¨² se completaba con un cl¨¢sico franc¨¦s de incontestable atractivo, la cantata Le soleil des eaux, de Pierre Boulez, una obra de primera ¨¦poca del genio de Montbrison, y dos tapitas musicales, dos aperitivos brev¨ªsimos de Falla, Homenaje a Dukas, y Fanfarria de ¡°La P¨¦ri¡±, del citado Paul Dukas, piezas ambas de apenas dos minutos, que punteaban los platos de consistencia del concierto. La narrativa de este dise?o ha quedado muy bien explicada por el coordinador de la cita, el citado Stefano Russomanno.

Pero vayamos al meollo de la propuesta. H¨¦ctor Parra (1976) ha presentado una extensa pieza sinf¨®nico vocal, Ans¨ªo los Alpes, a partir de un texto del austriaco H?ndl Klaus. Es una obra que, m¨¢s que ansiar, cruza de lleno los Alpes para imbuirse de aromas germanoaustriacos. Es una pieza en la que la parte vocal ofrece un canto de vena l¨ªrica muy atractiva, en cuanto a la atm¨®sfera que la rodea, la orquesta y un discreto dispositivo electr¨®nico, recuerda a Richard Strauss en su ret¨®rica orquestal y, por qu¨¦ no decirlo al Erwartung de Arnold Schoenberg en lo que toca a la peripecia de la mujer desesperada que describe un camino al infierno por no poder acceder a ese cielo centroeuropeo que son los Alpes. La pieza de Parra era estreno en Espa?a y ha sido tocada con intensidad y excelente comprensi¨®n por la ONE.

Ram¨®n Lazkano (1968) ha ofrecido una pieza de un ciclo m¨¢s extenso dedicado a la figura de Jorge Oteiza y, concretamente, a algunos de los materiales del gran escultor, en este caso la tiza, homenaje a la serie de peque?as figuras que Oteiza realizara desde este modesto material. La pieza, de t¨ªtulo Mugarri, tiene numerosos momentos de delicada sonoridad que, por momentos, estalla en violencia, componiendo un fresco sugestivo sin dejar de ser ¨¢rido, como esa tiza que escribe y se deshace casi a la par. Buena igualmente la versi¨®n de la ONE.

Por ¨²ltimo, Le soleil des eaux, de Pierre Boulez (1925), era una aut¨¦ntica delicatessen. Compuesta en 1948 en su primera versi¨®n, part¨ªa de poemas de Rene Char, poeta al que Boulez se acerc¨® en al menos tres ocasiones; un poeta curtido en la Resistencia y en el rigor y la obstinaci¨®n de una generaci¨®n que constru¨ªa su futuro personal a la vez que una nueva naci¨®n. Boulez se encontr¨® con este texto en una invitaci¨®n a ilustrar una lectura radiof¨®nica, ten¨ªa el compositor entonces 23 a?os. La obra fue empecinadamente rehecha y perfeccionada en diversas ocasiones hasta llegar a la versi¨®n ¨²ltima, la de 1965, que es la que se ha interpretado. Acercarse al Boulez joven es una aut¨¦ntica delicia, y es, adem¨¢s, una sorpresa, escuchar una obra orquestal y coral a nuestra OCNE y ver que las insuperables dificultades de anta?o son hoy casi repertorio. Y es que ese Boulez que todav¨ªa transpira a Schoenberg o a Webern suena casi celestial, como en esa segunda parte, con el coro desafiando lo que hasta hace no tanto eran insuperables desaf¨ªos de afinaci¨®n.

Y es que la gran sorpresa de este concierto es encontrar a la OCNE encomend¨¢ndose al otrora temible repertorio y resolvi¨¦ndolo con facilidad e idiomatismo. Sin duda ha contribuido a ello la batuta del suizo curtido en las lluvias gallegas Baldur Br?nnimann. En cuanto a las dos cantantes invitadas, espl¨¦ndida la soprano alemana Josefin Feiler, que ha lidiado con la partitura de H¨¦ctor Parra, sin problemas en dicci¨®n, ajuste vocal y dem¨¢s, pero que en los momentos de frenes¨ª sonoro que abundan en la pieza, su voz se ha visto tapada m¨¢s de lo recomendable por la potente orquesta propuesta de Parra. Por su parte, la soprano irlandesa Aoife Gibney ha podido cantar sin atosigamiento orquestal esa escritura de orfebre de Boulez, compositor siempre obsesionado por la perfecci¨®n y el equilibrio sonoro. Pero, pese a sus prestaciones, me sigo quedando con el coro en lo que ha sido una versi¨®n antol¨®gica de Le soleil des eaux, obra poqu¨ªsimas veces tocada y que pide una mayor atenci¨®n.