Panteras negras, afrofeminismo, referentes cercanos: el mercado de los libros sobre antirracismo y afrodescendencia
La aparici¨®n de obras relacionadas con el racismo, la historia y el pensamiento negro o el ¡®black power¡¯ sirve para crear subjetividad afro en Espa?a y para divulgar estas luchas por toda la sociedad
Con sus gafas de sol, sus peinados afro, sus boinas puestas de lado, en fin, su aspecto entre cool y paramilitar, las Panteras Negras, fundadas en California en 1966 por Huey P. Newton y Bobby Seale, protagonizaron la lucha antirracista en Estados Unidos en unos tiempos convulsos, rodeados de controversia, de tensiones con las autoridades, de persecuci¨®n del FBI. Su historia se cuenta en la novela gr¨¢fica ...
Con sus gafas de sol, sus peinados afro, sus boinas puestas de lado, en fin, su aspecto entre cool y paramilitar, las Panteras Negras, fundadas en California en 1966 por Huey P. Newton y Bobby Seale, protagonizaron la lucha antirracista en Estados Unidos en unos tiempos convulsos, rodeados de controversia, de tensiones con las autoridades, de persecuci¨®n del FBI. Su historia se cuenta en la novela gr¨¢fica El Partido de las Panteras Negras (Alianza Editorial), de David F. Walker y Marcus Kwame Anderson. No solo reivindicaron su causa en las calles y los medios, o defendieron de forma pol¨¦mica la violencia como forma de autodefensa, sino que crearon programas sociales, de sanidad o educaci¨®n, para ayudar a la comunidad.
El libro es una muestra reciente de las publicaciones relacionadas con lo afro y el antirracismo que aparecen aqu¨ª y all¨¢ en el panorama editorial espa?ol: no puede decirse que estemos ante un boom, pero s¨ª ante una tendencia creciente y sostenida que responde al inter¨¦s de la comunidad afrodescendiente en Espa?a y al del p¨²blico en general. Con motivo del goteo de abusos policiales en Estados Unidos, o de los casos de racismo en el f¨²tbol espa?ol, como el recientemente sufrido y combatido por el jugador de Real Madrid Vinicius, la sociedad pone el foco en el problema del racismo. Luego, aparece otra pol¨¦mica que copa la atenci¨®n de la prensa y las redes, y vuelve a olvidarse. Pero los libros permanecen.
¡°Ya desde el 15-M hay un creciente inter¨¦s en temas progresistas, y en editoriales que les dan cabida, ofreciendo textos nuevos y recuperando cl¨¢sicos de autores como James Baldwin, Angela Davis o Franz Fanon. Antes todo esto era un rinconcito del Rastro, ahora es un mercado amplio¡±, explica Ladislao Bapory Site, vallecano de origen ecuatoguineano, traductor, entre otros libros relacionados, de la novela gr¨¢fica de las Panteras Negras. Un inter¨¦s y una inclusi¨®n que no solo se ven en el mercado editorial, sino que tambi¨¦n se pueden observar en plataformas como Netflix y en la industria del cine, a veces con notables pol¨¦micas (como la de La sirenita interpretada por una actriz negra). ¡°El progresismo actual es antirracista y multicultural¡±, a?ade Site.
Se detectan diferentes corrientes dentro de los libros afro, seg¨²n observa la periodista Luc¨ªa Mbom¨ªo, autora de Hija del camino (Grijalbo). Por un lado, las personas que nacieron en Espa?a o llegaron muy peque?as, y que suelen escribir autobiograf¨ªa, narrando su peripecia como personas negras en un mundo de blancos, sin que ello sea ¨®bice para ocuparse de los contextos. Son los casos de la propia Mbom¨ªo; de Moha Gereu, con or¨ªgenes en Gambia, autor de Qu¨¦ hace un negro como t¨² en un sitio como este (Pen¨ªnsula), o de Desir¨¦e Bela-Lobedde, de ascendencia ecuatoguineana, autora de Ser mujer negra en Espa?a (Plan B). Las experiencias de eso que alguna vez se ha llamado la afroespa?olidad, y que son importantes en un pa¨ªs donde tradicionalmente han faltado este tipo de referentes.
La literatura afro sirve para que la comunidad cree lazos, se genere a s¨ª misma, para que los lectores puedan verse reflejados en los textos: las personas negras nacidas en Espa?a hab¨ªan crecido sin referentes en el terreno literario. ¡°Yo me he identificado tambi¨¦n con autores blancos durante toda mi vida, a los que he le¨ªdo con gusto, aunque no creo que pase tanto al contrario¡±, dice Mbom¨ªo. Lo com¨²n para los j¨®venes afro espa?oles ha sido tener referentes afroamericanos: pongamos a Will Smith en lo cinematogr¨¢fico, a Michael Jordan en el baloncesto, a todo el conglomerado de las culturas del jazz y del hip hop. Es esa imagen de las personas negras, recubierta de cierta coolness cultural o deportiva por un lado, y tambi¨¦n de cierto brillo delincuencial, de pandilleros de suburbio, por el otro, tal y como se estereotipan en tantas series y pel¨ªculas. Pero si bien esos estereotipos ni siquiera deben servir para los estadounidenses, quedan a¨²n m¨¢s lejos de la realidad espa?ola.
¡°Con la lectura de autores afro se experimenta una especie de abrazo retrospectivo: muchas veces cuando eres peque?a tus seres queridos no entienden que eres v¨ªctima de racismo, sino de casualidades, porque para ellos no eres una persona negra, sino un individuo¡±, explica Mbom¨ªo. En los textos se descubre que el racismo se da en muchos lugares y lo sufren muchas personas, que es algo sist¨¦mico y universal: de repente, se desvanece esa sensaci¨®n de soledad. Si bien en Estados Unidos se ha trabajado m¨¢s sobre la historia de la comunidad negra, en Espa?a no se ha dado ese fen¨®meno, puede que por ciertas razones sociol¨®gicas o hist¨®ricas, como el menor peso porcentual en la poblaci¨®n general o la diversidad de or¨ªgenes.
Lecturas migrantes
Otra corriente tendr¨ªa que ver con esas personas migrantes que han llegado con m¨¢s edad, practican lo que Mbom¨ªo llama ¡°narrativa del tramo¡±, es decir, el relato del viaje hasta Espa?a, con las dram¨¢ticas vicisitudes que suelen acompa?ar las migraciones. Por ejemplo, los libros del camerun¨¦s Sani Ladan, La luna est¨¢ en Duala, o del ghan¨¦s Ousman Umar Viaje al pa¨ªs de los blancos y Desde el pa¨ªs de los blancos, todos ellos publicados por Plaza y Jan¨¦s. Son textos que dan cuenta no solo de un viaje tanto f¨ªsica como mentalmente doloroso y transformador, sino tambi¨¦n de un abrupto choque con una sociedad muy diferente que no suele acogerles como esperaban: la Tierra Prometida no existe, o no es c¨®mo se la hab¨ªan imaginado. Y si la idealizaci¨®n no era tan profunda, descubren, al menos, que es poco probable que cumpla con las expectativas m¨¢s razonables de mejora en el nivel de vida o ampliaci¨®n de derechos. Se?ala tambi¨¦n Mbom¨ªo el fen¨®meno de las traducciones y los pr¨®logos: cuando alg¨²n autor afro extranjero se traduce al espa?ol suele requerir que la traducci¨®n o el pr¨®logo sea hecho por una persona afro. Tambi¨¦n se aplica el mundo del doblaje.
¡°La comunidad afro en Espa?a es muy heterog¨¦nea¡±, dice Yeison F. Garc¨ªa, polit¨®logo, miembro de la asociaci¨®n Conciencia Afro y autor del poemario Derecho de admisi¨®n (La imprenta). El poeta es afrocolombiano y, como ¨¦l, muchas personas negras en Espa?a tienen or¨ªgenes latinoamericanos. Otras provienen de ?frica. De ambos or¨ªgenes, algunas nacieron en Espa?a y otras han migrado, y as¨ª se mezclan varias generaciones. Tal vez eso ha significado un problema para formar comunidad y contarse su propia historia. ¡°La creaci¨®n de un marco est¨¦tico puede servir para que la sociedad empatice con nuestro discurso, pero tambi¨¦n para la creaci¨®n de una subjetividad afro com¨²n en una comunidad tan diversa¡±, dice el poeta. A veces, como se?ala Ladislao Site, lo que crea la subjetividad com¨²n es la mirada exterior, la mirada blanca, su trato y los estereotipos impuestos.
¡°La literatura puede ser fermento de la comunidad¡±, a?ade Garc¨ªa, y menciona el fen¨®meno conocido como Renacimiento de Harlem. Fue en los a?os 20 y 30 del siglo XX, cuando el barrio neoyorquino, tan ic¨®nico para los afroamericanos, sirvi¨® de caldo de cultivo para una eclosi¨®n cultural (en m¨²sica, en literatura, en teatro) que propici¨® una nueva autopercepci¨®n de la comunidad y un impulso para la reivindicaci¨®n de los derechos civiles. Aunque la relaci¨®n de lo negro con la cultura (por ejemplo, el jazz o el hip hop) o con el deporte tambi¨¦n puede resultar problem¨¢tica: ¡°Al fin y al cabo, y reconociendo esas aportaciones, se corre el peligro de caer en una distribuci¨®n racial de los roles sociales, obviando otras complejidades¡±, explica Garc¨ªa.
Historia de la Espa?a negra
¡°Hay un borrado de la presencia de negra en Espa?a¡±, explica Silvia Ayang, m¨¢s conocida como Afropoderossa por su activismo en internet, nacida en Guinea Ecuatorial y criada entre Camer¨²n, Gab¨®n y Espa?a. Ahora saca el libro Espa?a no es solo blanca (Molino), donde ahonda en las grandes figuras olvidadas de la Espa?a negra. ¡°En la historia de Espa?a hay mucha poblaci¨®n negra, porque Espa?a ten¨ªa colonias fuera de Europa, en ?frica y Latinoam¨¦rica. Mi abuelo era espa?ol, pero no era blanco¡±, se?ala. La historia de la colonia de Guinea Ecuatorial suele olvidarse en favor de Cuba y Filipinas. Y a muchos afrodescendientes se les felicita por hablar ¡°tan bien espa?ol¡±, como si fueran ajenos a su historia, recuerda Mbom¨ªo.
Tampoco gusta recordar que Espa?a fue uno de los pa¨ªses que comerciaron con esclavos negros africanos. ¡°De hecho, en Andaluc¨ªa no era un lujo tener esclavizada en casa a una de esas personas que vivieron en una ¨¦poca en la que ser negro era una condena¡±, dice Ayang, ¡°son historias que hay que contar, y que cuento para que mi hija de seis a?os las conozca¡±. Algunas figuras a rescatar: sor Chikaba, la primera mujer negra en escribir en una lengua europea; Juan Latino, la primera persona negra que curs¨® estudios universitarios en Europa; Rosal¨ªa G¨®mez y C¨¢ndida Jimenez, las ¨²ltimas mujeres esclavizadas en territorio espa?ol.
Los cl¨¢sicos del ¡®black power¡¯
La editorial Capit¨¢n Swing lleva desde sus inicios manteniendo una l¨ªnea Black Power, donde rescata grandes autores, ya cl¨¢sicos, de la corriente como Angela Davis, Malcolm X, bell hooks, Assata Shakur, Octavia E. Butler o Audre Lorde. ¡°Estas tem¨¢ticas est¨¢n infrarrepresentadas en cuanto a las traducciones disponibles¡±, explica la editora Blanca Cambronero. Entre los libros m¨¢s recientes publicados por la editorial est¨¢n No me toques el pelo, de Emma Dabiri; Afropean, de Johnny Pitts; Feminismo de barrio, de Mikki Kendall, o Barco de esclavos, de Markus Rediker. En los textos, la cuesti¨®n racial suele entrelazarse con otras: ¡°Muchos de los autores que publicamos saben que no puedes hablar de cuestiones raciales sin integrar cuestiones de clase o de g¨¦nero, por ejemplo, la lucha no puede ser estanca¡±, dice la editora.
Alianza Editorial, adem¨¢s de la novela gr¨¢fica sobre las Panteras Negras, tambi¨¦n ha puesto el foco en el asunto del antirracismo en los ¨²ltimos tiempos, por ejemplo, con Ilegal, la historia de un ni?o migrante por Eoin Colfer y Andrew Donkin; las obras de Richard Wright o Albert Woodfox, o el ensayo Racismo: una breve introducci¨®n, de Ali Rattansi. Otras autoras a tener en cuenta son la anglonigeriana Bernardine Evaristo, con Manifiesto: sobre c¨®mo no rendirse (AdN) o la italosomal¨ª Igiaba Scego, que con Mi casa est¨¢ donde yo estoy (N¨®rdica) investiga la identidad negra europea. Una vez m¨¢s, est¨¢ lejos de los estereotipos estadounidenses y no ha sido suficientemente tratada: ¡°Tengo familiares en Espa?a o en Reino Unido, somos una gran di¨¢spora. Pero no se ha hablado del colonialismo, la gente aqu¨ª no ve¨ªa esa conexi¨®n hist¨®rica de Italia [o de Europa] con ?frica, como si nunca hubiera existido¡±, dijo en abril a este peri¨®dico.