¡®Te estoy amando locamente¡¯: emocionante melodrama sobre los inicios del movimiento LGTBI en Andaluc¨ªa
La especial transversalidad de la reivindicaci¨®n es otra de las virtudes de esta pel¨ªcula, que muestra la uni¨®n del feminismo y las reivindicaciones sindicales con la ayuda de los ¡°curas rojos¡±
En un momento de Te estoy amando locamente, conmovedor debut en el largometraje de Alejandro Mar¨ªn, joven director malague?o formado en la ESCAC de Barcelona, su protagonista, un chaval de 17 a?os que acaba de terminar el bachillerato y que ans¨ªa participar en el m¨ªtico programa Gente joven, env¨ªa el formulario de inscripci¨®n al concurso de TVE (una especie de Operaci¨®n Triunfo orquestal y en blanco y negro) introduciendo la carta de sus ambiciones personales en un buz¨®n de correos. Es en ese momento cuando Mar¨ªn, maravillosamente simb¨®lico, decide introducir un plano detalle del sobre, con dos sellos que marcan una ¨¦poca: uno de Franco, muerto dos a?os antes, pues estamos en 1977, pero a¨²n presente en la legalidad postal, en una parte de la sociedad y de la gente, y en unas leyes dictatoriales que a¨²n pervivieron durante demasiados a?os; y otro sello del nuevo rey, joven emblema de un pa¨ªs que pretend¨ªa empezar a circular por el camino de la modernidad.
Ese chaval, pendiente a¨²n de la selectividad y a un paso de la carrera de Derecho, ser humano con las hormonas desbocadas, como todos a esa edad, sabe, sin embargo, lo que tiene por dentro y lo que desea. Y poco tiene que ver con estudiar leyes, sino con cambiarlas. Con poder desarrollar su homosexualidad en libertad. As¨ª, la pel¨ªcula se convierte en la historia de unos or¨ªgenes, los del movimiento homosexual y transexual en la Sevilla de la Transici¨®n, a¨²n sin la Constituci¨®n de 1978, y la de una madre, la suya, que al fin ya al cabo es la propia Espa?a del momento: descre¨ªda, pacata, pendiente de los vecinos, del qu¨¦ dir¨¢n y de las represalias del poder, del rancio y fascista poder del que ven¨ªamos, pero luchadora hasta el fin.
Es Te estoy amando locamente una pel¨ªcula inspiradora, muy bien producida y a¨²n mejor interpretada, en la que apenas hay borr¨®n. Un trabajo de una emoci¨®n desbordante que explota hasta la l¨¢grima cuando surgen las primeras estrofas de la canci¨®n de Rigoberta Bandini Yo solo quiero amor junto a unas emblem¨¢ticas fotograf¨ªas. All¨ª culminan los excelentes trabajos de vestuario y direcci¨®n art¨ªstica, de banda sonora y de puesta en escena; el perfecto tono, entre el drama social, la comedia petarda y el melodrama testimonial; y un conjunto de magn¨ªficas interpretaciones: de la madre, Ana Wagener; del hijo, Omar Banana; y del fant¨¢stico grupo que los acompa?an, sin fisuras, con especial menci¨®n para el debut de La Dani, carisma por arrobas, y para ?lex de la Croix. Las nominaciones a los Goya est¨¢n esper¨¢ndoles.
La especial transversalidad del movimiento, tan bien conseguida, es otra de sus virtudes. All¨ª donde la lucha del movimiento homosexual (que entonces a¨²n no se llamaba LGTBI+) converg¨ªa con el feminismo, y las reivindicaciones sindicales y obreras con la ayuda de cierto clero de corte activista, en busca de la mejora de los derechos sociales, cualquiera de ellos. As¨ª, los entonces llamados ¡°curas rojos¡± est¨¢n representados por el precioso personaje que interpreta Jes¨²s Carroza con su espontaneidad habitual.
Por ¨²ltimo, hay un aspecto que es necesario tratar en una cr¨ªtica, porque en principio puede sorprender en una pel¨ªcula con un tema como este: la ausencia total de sexo. La amistad, las demandas sociales, la solidaridad, la dignidad y la nobleza est¨¢n ah¨ª. Tambi¨¦n el amor, aunque casi de soslayo y en torno a dos personajes secundarios, en una historia en la que todo se entiende (su pasado y su futuro), pero con poco desarrollo. Y, por supuesto, el amor fraternal entre una madre y un hijo. Sin embargo, nunca aparece el sexo. Ante esto, hay dos posibles explicaciones.
Un abogado del diablo podr¨ªa acusar a los autores de Te estoy amando locamente ¡ªMar¨ªn y su coguionista, Carmen Garrido Vacas, adem¨¢s de los productores¡ª de querer hacer una pel¨ªcula para todos, popular en el m¨¢s amplio (y peor) sentido de la palabra; de aligerar el lado m¨¢s salvaje, procaz y lujurioso del movimiento, en pos del agrado de todo tipo de audiencias; de no querer ser una pel¨ªcula nicho ¨²nicamente para radicalmente convencidos. Este cr¨ªtico, en cambio, se apunta a una segunda opci¨®n, bastante m¨¢s extraordinaria. La rabiosa libertad de haber hecho una pel¨ªcula sin sexo cuando se est¨¢ tratando un tema en el que el sexo resulta fundamental. E igual que aquellos seres humanos de mediados de los a?os setenta reivindicaban una existencia libre y desprejuiciada para poder desplegar su autonom¨ªa sexual en forma de liberaci¨®n p¨²blica, pero tambi¨¦n de un modo en el que nadie era qui¨¦n para meterse en su vida privada, Te estoy amando locamente es la orgullosa muestra de que el cine tambi¨¦n puede ser atrevido yendo a la contra.
Tan osado como para que apenas haya un beso entre un rosario de emociones solidarias, en un grupo de ciudadanos valientes hasta el hero¨ªsmo, que entonces (y, por desgracia, a¨²n ahora en ciertos reductos a desterrar) eran calificados por demasiada gente como poco menos que alima?as enfermas sujetas a una Ley de Peligrosidad Social.
TE ESTOY AMANDO LOCAMENTE
Dirección: Alejandro Marín.
Intérpretes: Ana Wagener, Omar Banana, Alba Flores, La Dani, Jesús Carroza.
Género: melodrama. España, 2023.
Duración: 106 minutos.
Estreno: 6 de julio.
Babelia
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