Y entre tanto se?or con bigote, emerge Midori Takada, reina de la m¨²sica ¡®ambient¡¯
Se estrena en Espa?a el nuevo espect¨¢culo de la leyenda de un g¨¦nero que ha cobrado impulso desde la pandemia. ¡°Las personas necesitan cada vez m¨¢s huir de una realidad incierta¡±, asegura
Midori Takada (Tokio, 71 a?os) vive con algo de indiferencia la segunda ¨¦poca de esplendor que vive la m¨²sica ambient, g¨¦nero que se hizo s¨®lido en la industria musical a primeros de los ochenta y, una d¨¦cada despu¨¦s, empez¨® un proceso nuevo de evoluci¨®n con los softwares de producci¨®n digital y siendo germen del IDM, electr¨®nica vanguardista de car¨¢cter introspectivo. Para muchos, a¨²n hoy, el ambient es como amputarle el ritmo al house y al tecno.
Hace 40 a?os, ...
Midori Takada (Tokio, 71 a?os) vive con algo de indiferencia la segunda ¨¦poca de esplendor que vive la m¨²sica ambient, g¨¦nero que se hizo s¨®lido en la industria musical a primeros de los ochenta y, una d¨¦cada despu¨¦s, empez¨® un proceso nuevo de evoluci¨®n con los softwares de producci¨®n digital y siendo germen del IDM, electr¨®nica vanguardista de car¨¢cter introspectivo. Para muchos, a¨²n hoy, el ambient es como amputarle el ritmo al house y al tecno.
Hace 40 a?os, la compositora y percusionista japonesa Midori Takada public¨® un disco inspirado en el segundo viaje de Alicia al Pa¨ªs de las Maravillas, Through the Looking Glass (1983). Solo se hicieron 2.000 ejemplares en vinilo de aquel artefacto sonoro, que hoy se cotizan entre coleccionistas a 900 euros. En unos d¨ªas (17 de septiembre), Takada visitar¨¢ Santiago de Compostela con su nuevo proyecto, Japan On Film, donde pone m¨²sica en directo a viejas pel¨ªculas japonesas restauradas para la ocasi¨®n.
Lo cierto es que, durante y despu¨¦s de la pandemia, han sido muchos los que se han animado a escuchar una m¨²sica inmersiva que sustituye estribillos por impactos directos y sutiles sobre la mente y el cuerpo, gracias a cambios en la intensidad y las frecuencias y al uso de sonidos de diferente timbre que, podr¨ªa decirse, ayudan a mediar con lo invisible y a conectar con la naturaleza. Festivales, revistas hechas por y para la generaci¨®n Z, podcast, adem¨¢s de nuevos sellos discogr¨¢ficos y plataformas como Bandcamp, marcan el contorno de una escena que ha revitalizado el g¨¦nero y, por extensi¨®n, el legado de Debussy, John Cage, Robert Fripp, Steve Reich y, sobre todo, Brian Eno. Entre tanto se?or con bigote, el ambient, en su vertiente m¨¢s ac¨²stica, le debe mucho a Midori Takada, la mujer que se asoma t¨ªmida al otro lado de la pantalla del ordenador para conversar con EL PA?S.
Encantadoramente demasiado pegada a la c¨¢mara, con el pelo cort¨ªsimo, gafas de pasta oscuras y dos peque?os pendientes negros que parecen granos de arroz salvaje, Takada cree que el efecto ac¨²stico de las percusiones sobre el ser humano es, en general, intenso e inquietante. ¡°Las personas necesitan cada vez m¨¢s huir de una realidad incierta. La m¨²sica ambient proporciona emociones reales y tangibles, un espacio para evadirte y originalidad¡±, dice, tras haber pasado primero sus ideas por un traductor en l¨ªnea de japon¨¦s a ingl¨¦s.
Tras estudiar m¨²sica y pasar un tiempo tocando de joven en Alemania, regres¨® a Jap¨®n para estudiar m¨²sica africana y asi¨¢tica. Mont¨® un grupo a primeros de los 80, Mkwaju Ensemble. Autora de dos discos en solitario y otros tres m¨¢s en colaboraci¨®n, adem¨¢s de uno en compa?¨ªa de unos monjes budistas, podr¨ªa decirse que sus composiciones tienen un pie en el mundo f¨ªsico y otro en el oculto. Especialmente Through the Looking Glass (1983) y Tree of Life (1999), que descansan sobre percusiones que conectan la materia con el vac¨ªo, conceptos tan japoneses como las cortinas neutras y depuradas que decoran el apartamento que intuimos de fondo. La recomendaci¨®n ser¨ªa darle al play en este preciso momento a la canci¨®n Mr. Henri Rousseau¡¯s Dream para una lectura plena de este texto.
Con un ritmo pausado, Takada va intercalando marimba, gongs, cascabeles y una ocarina que imita el canto de los p¨¢jaros. ¡°No. Yo no me siento embajadora de Jap¨®n por el mundo ni siento que mi m¨²sica sea japonesa¡±, dice Takada, rotundamente. En los ochenta, en Jap¨®n, pa¨ªs conocido por su machismo estructural, ser mujer y hacer m¨²sica minimalista no tuvo que ser tarea f¨¢cil. ¡°Todos los candados tradicionalmente cerrados pueden abrirse y esa es la misi¨®n del arte¡±, se?ala. A pesar de ese contexto, Takada consigui¨® tener una voz y llevar su m¨²sica por todo el mundo.
¡°Hoy en d¨ªa es igual, no ha cambiado nada¡±, expresa ri¨¦ndose, porque cada vez que dice algo importante y severo, r¨ªe despu¨¦s, como si estuviera rompiendo una prohibici¨®n al tener opini¨®n. ¡°M¨²sicos como yo, que tocan percusiones y bater¨ªas, no consiguen vivir profesionalmente de ello. Si tocas el piano o el viol¨ªn, tienes m¨¢s reconocimientos. De cualquier manera, siento gratitud porque me dieron la oportunidad de hacer un disco, mi debut, y aquellas canciones pudieron registrarse (recuerdo que los propios productores no entend¨ªan bien lo que estaba haciendo) y, hoy, inspirar a otros. Pero todav¨ªa en Jap¨®n no obtengo reconocimiento. Mucha gente pensar¨¢ que tengo dinero, pero no es as¨ª. No estoy triste, tengo 71 a?os, vivo aqu¨ª y seguir¨¦ luchando por la situaci¨®n de las mujeres. Algunas veces lo pienso, pero en lugar de venirme abajo, hago m¨¢s m¨²sica. Adem¨¢s, ya no tengo tiempo para pensar en todo eso¡¡±, reflexiona.
La plataforma YouTube fue, durante algunos a?os, el ¨²nico lugar donde disfrutar del debut de Midori Takada, Through the Looking Glass (1983), que ya acumula 260.000 escuchas, adem¨¢s de comentarios bastante conmovedores. Una cantidad rese?able, especialmente los m¨¢s recientes, conectan la audici¨®n del disco con la ingesta de sustancias psicod¨¦licas. Originalmente publicado en los ochenta por RCA, fue reeditado gloriosamente en 2017 por el sello suizo WRWTFWW Records. Los vinilos originales se venden en la web especializada Discogs (tambi¨¦n la mayor base de datos de m¨²sica en vinilo) por hasta 900 euros. ¡°No s¨¦ cu¨¢ntos se han vendido de la reedici¨®n, pero yo no tengo los derechos y no recibo ni un solo d¨®lar¡±, cuenta, a?adiendo que cuando lo grab¨® le dieron un dinero y nadie pens¨® que esas cuatro canciones extra?as fueran a tener valor en el futuro. Takada ha intentado encontrar el archivo original, pero, al parecer, se perdi¨® cuando Sony Jap¨®n absorbi¨® RCA.
Recientemente, ha colaborado con la firma de moda Bottega Veneta y publicado tres canciones para poner m¨²sica a una sala dise?ada por el arquitecto Kengo Kuma en el museo V&A Dundee de Escocia. Y ahora estrena un espect¨¢culo cuyo estreno mundial ser¨¢ el domingo 17 de septiembre en Santiago de Compostela, dentro del programa del festival WOS Festival X SON Estrella Galicia, y que ha contado con el apoyo del British Film Institute (BFI) y la Fundaci¨®n Jap¨®n. Un espect¨¢culo donde Takada pone m¨²sica a viejas pel¨ªculas japonesas y con el que viajar¨¢ por toda Europa. ¡°Me preguntaba cu¨¢l es la diferencia entre la gente que vivi¨® hace cien a?os y hoy en d¨ªa. Y creo que nada. Hay ciertas evidencias, podemos verlo en estas pel¨ªculas. Me interesa reflexionar sobre c¨®mo el pasado y el futuro siempre conviven¡±, cuenta.
Preguntada sobre c¨®mo es su presente, dice que ¡°hacer m¨²sica y salir a pasear con su madre de 100 a?os¡±. ¡°No vemos a mucha gente mayor en la m¨²sica porque olvidamos que el cerebro es profundo y siempre hay nuevas posibilidades. Eso es lo mejor de hacerse mayor, nuevos descubrimientos. ?Lo peor? La memoria, que se vuelve fr¨¢gil¡±. M¨¢s profundidad, pero menos resistencia¡ como en el mundo a otro lado del espejo donde Alicia descubri¨® que todo pasa al rev¨¦s.