El Juli, vergonzosa Puerta Grande en su despedida de Madrid
El madrile?o corta dos orejas de ¨ªnfimo peso ante una birriosa mansada de Puerto de San Lorenzo
Las dos orejas que cort¨® El Juli al toro de su despedida de Madrid resumen perfectamente, no solo la carrera del madrile?o, sino el estado actual de la fiesta de los toros. Un espect¨¢culo que ha perdido, casi por completo, su raz¨®n de ser. Una fiesta, convertida en la de los toreros, donde la exigencia y la verdad ya no tienen cabida.
La faena y triunfo de Juli¨¢n fueron un fiel reflejo de su trayectoria: muletazos perfileros, sin gracia ni hondura alguna, ejecutados a un torito de escaso trap¨ªo, tan noble como blando, y rematados con un eficaz julipi¨¦. Para los que no lo sepan, por julipi¨¦ se conoce popularmente a la peculiar forma de entrar a matar de El Juli. Peculiar e infame, cabr¨ªa a?adir.
Una vez m¨¢s, en ambos turnos, Juli¨¢n le tap¨® la vista al toro con la muleta a modo de pantalla, se sali¨® de la suerte, peg¨® un salto y meti¨® la espada en los blandos. Si no sabe qu¨¦ hacer en esta su nueva vida alejado de los ruedos, bien podr¨ªa ponerse a competir en la disciplina ol¨ªmpica de salto de p¨¦rtiga. Ah¨ª tambi¨¦n podr¨ªa ocupar un sitio de honor.
No import¨® esta cuestionable forma de ejecutar la suerte suprema; tampoco la m¨¢s que dudosa colocaci¨®n de la espada; ni, por supuesto, el que la suya fuera una faena de lo m¨¢s ordinaria; era su ¨²ltima tarde en Madrid y hab¨ªa que sacarlo a hombros, s¨ª o s¨ª.
Pese a que nunca fue ¡°torero de Madrid¡± -m¨¢s bien, lo contrario-, la plaza se llen¨® de ese nuevo p¨²blico desconocedor y triunfalista que acude en masa a aplaudirlo todo, celebrar las estocadas como si de goles de su equipo se trataran y a pedir las orejas a la m¨ªnima ocasi¨®n.
Se quedaron con las ganas de regalarle una en el segundo, un toro tan noble, mansito y blando como los dem¨¢s, frente al que Juli¨¢n anduvo bullidor y perfilero, incapaz de lograr la ligaz¨®n; pero se desquitaron en el quinto, igualmente noble y deseoso de marcharse a tablas.
Fue esa una labor de tono medio en la que destac¨® un largo y profundo cambio de mano, jaleado de forma sobrehumana. Como en el otro, El Juli s¨®lo se cruz¨® t¨ªmidamente y se puso de frente al final, cuando su oponente ya llevaba un rato pidiendo la muerte.
Tom¨¢s Rufo tambi¨¦n rasc¨® premio en la rifa que abri¨® la Feria de Oto?o. Una orejita pase¨® tras pasaportar al sexto, que se movi¨® siempre acusando la querencia. Lo mejor del trasteo del toledano fue el inicio de rodillas. A partir de ah¨ª, se perdi¨® Rufo en muletazos mec¨¢nicos y muy despegados. Tambi¨¦n le recriminaron algunos la colocaci¨®n ante el nobil¨ªsimo tercero, de gran fijeza, pero igualmente blando y justo de casta. Muy templado, dej¨® un par de notables lances a la ver¨®nica.
Otro buen ejemplo de la decadente situaci¨®n que vive la fiesta fue el hecho de que El Juli, con veinticinco a?os de alternativa, no abriera cartel en su despedida de Madrid. Otro torero a¨²n m¨¢s antiguo, Uceda Leal, fue el encargado de hacer de telonero. Y, al final, c¨®mo son las cosas, el telonero firm¨® los mejores pasajes de la tarde.
Aunque el de Usera tampoco se ci?¨® en exceso, dej¨® un pu?ado de naturales que nos recordaron, algo, lo que es el toreo. Fue en el primero, un astado que ya adelant¨® lo que ser¨ªa despu¨¦s el comportamiento general de la corrida. Con el huidizo cuarto, un manso de libro, absolutamente deslucido y descastado, no tuvo opci¨®n.
Pero, al fin y al cabo, Uceda s¨®lo era el telonero. El verdadero protagonista de la tarde hab¨ªa logrado lo que (casi) todos esperaban y deseaban. Ni la birriosa mansada del Puerto lo pudo evitar. Con la desaprobaci¨®n de los contados aficionados exigentes que quedan en esta plaza, El Juli se march¨® a hombros de una euf¨®rica multitud por la puerta grande de Madrid. Y al cruzar ese umbral reafirm¨® la clase de figura del toreo que ha sido.
Puerto de San Lorenzo / Uceda Leal, El Juli, Rufo
Toros de Puerto de San Lorenzo, desiguales de presentación (con más cara que trapío y remate), mansos, nobles y muy blandos.
Uceda Leal: estocada trasera y caída (saludos); estocada y un descabello (silencio).
El Juli: estocada trasera, caída y atravesada (saludos tras petición minoritaria); estocada desprendida (dos orejas con protestas).
Tomás Rufo: estocada caída, cuatro descabellos _aviso_ y otro descabello (silencio); estocada desprendida (oreja).
Plaza de toros de Las Ventas. 30 de septiembre. Primera corrida de la Feria de Otoño. Lleno de "no hay billetes".
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