El escritor Terenci Moix, ignorado
El ¡°documental definitivo¡± sobre el personaje es una larga cr¨®nica de sus amores
Filmin, en la careta promocional de Terenci, la fabulaci¨®n infinita, tiene la incomprensible osad¨ªa de decir que se trata del ¡°documental definitivo¡±. Eso no puede decirlo ni Juan Bonilla, premiado en 2012 por una biograf¨ªa de Terenci Moix. Cualquiera dir¨ªa que este documental agota la figura de su poli¨¦drico protagonista. Despu¨¦s de una acertada aproximaci¨®n a la infancia y primera juventud de Terenci, hay muchos silencios y, en cambio, un excesivamente minucioso seguimiento de la vida sentimental del escritor. Las magnitudes de esta cr¨®nica rosa (metraje, testigos¡), con muchos chismes sin el menor inter¨¦s, desdibujan aut¨¦nticos dramas sentimentales como el que elegantemente explica Enric Maj¨® que hace un dibujo aplomado de los claroscuros del personaje.
Un caso. Sobre el a?o 92, el tema central del documental es la existencia de un noviete treinta y dos a?os menor que ¨¦l y con quien tuvieron una larga relaci¨®n. Pero esta biograf¨ªa ¡°definitiva¡± ignora que fue el a?o en que se edit¨® El sexo de los ¨¢ngeles un cr¨ªtico qui¨¦n-es-qui¨¦n de la sopita cultural catalana donde salen el ¡°cantante redencionista¡± Llu¨ªs Nyap, la secretaria del club Decamerone, arquitectos de prestigio o extremistas de la modernidad, etc. De esta obra, el propio Terenci explic¨® que se hab¨ªa cansado de dar guantazos a diestro y siniestro. ¡°A pesar de esto¡±, continuaba, ¡°quien sepa leer ver¨¢ que, b¨¢sicamente, en su dolor y su sinceridad, El sexo de los ¨¢ngeles es un c¨¢ntico de amor desesperado a Catalu?a, a sus hombres, a su cultura ¡°.
Del papel, por ejemplo, de Terenci en la revista Fotogramas durante el franquismo ni se habla y, en cambio, s¨ª se comenta que envi¨® un art¨ªculo a Film Ideal. Y piensas que el documental quiz¨¢s plantear¨¢ por qu¨¦ Terenci lo envi¨® a esta cabecera y no a Nuestro Cine. ?Una opci¨®n ideol¨®gica? ?Quiz¨¢s por amistad con Pere Gimferrer? De qu¨¦ trataba el art¨ªculo? Este asunto no interesa. Simplemente sirve para introducir la relaci¨®n sentimental con Vicente Molina Foix, redactor de la revista, que finalmente se sinti¨® ahogado por el amor de Terenci. ¡°Era posesivo y excluyente. La historia de amor le era m¨¢s importante que el propio amor¡±. Una primera aproximaci¨®n que coincide con la de Maj¨® a quien un Terenci ¡°manipulador¡±, despu¨¦s de una ruptura, fue a M¨¦xico ¡°a joderme la vida¡±.
En la lista de testigos -familiares, amistades, amantes-, los hay de una franqueza contundente (Colita y Ana?s Schaff, demasiado aprovechadas por los autores del documental) y se encuentran an¨¢lisis serenos (la doctora Rosa Sender). Obviamente hay nombres que no est¨¢n y deber¨ªan estar ah¨ª. Sin saber las razones, no podemos escuchar, por ejemplo, a Maruja Torres. Vecina de Terenci y colega de Manolo V¨¢zquez Montalb¨¢n, gan¨® el Premio Nadal con Esperadme en el cielo donde la autora se encuentra, en un M¨¢s All¨¢ sin Dios, a sus dos amigos, fallecidos el mismo a?o y profundamente a?orados.
El 4 de junio de 2000, Terenci public¨® un largo art¨ªculo en EL PA?S diciendo que llevaba 90 d¨ªas sin fumar despu¨¦s, calculaba, de haber consumido diez millones de cigarrillos. No s¨¦ si era verdad. Muri¨® sin dejar los Ducados. Quiz¨¢, como dijo una vez, hab¨ªa llegado ese momento en el que ya se han so?ado todos los sue?os. En todo caso, este Terenci juguet¨®n, persona amiga de las m¨¢scaras -con las que no se escond¨ªa-, generoso, capaz de amar mucho y de mucho rencor se les escapa parcialmente a los autores del documental (Marta Lallana y Alvaro Augusto ). Muy en particular, el Terenci escritor. No aparece.
¡°Cuando todas las realidades se han vaciado, nada pierde el alma habitando una realidad que ni siquiera existe¡±, explicaba una vez en un programa de TVE. Terenci pis¨® m¨¢s de una vez esta realidad postiza, pero cuando visitaba a sus queridos mitos, despu¨¦s los llevaba a pasear por el Raval de Barcelona.
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