Lolita Flores, actriz y cantante: ¡°Ya no soy la mujer fiestera de antes¡±
La actriz estrena en teatro ¡®Poncia¡¯, un mon¨®logo que da voz a la criada de ¡®La casa de Bernarda Alba¡¯, de Federico Garc¨ªa Lorca
¡°Es la pena m¨¢s grande que me he llevado en el fondo de mi alma¡±. Esas fueron las palabras que Lola Flores dijo, en 1984, en un programa de televisi¨®n, al recordar que no hab¨ªa podido hacer el papel de Poncia, la criada de Bernarda en la obra de Lorca La casa de Bernarda Alba, en un espect¨¢culo que le hab¨ªan ofrecido los directores Miguel Narros y...
¡°Es la pena m¨¢s grande que me he llevado en el fondo de mi alma¡±. Esas fueron las palabras que Lola Flores dijo, en 1984, en un programa de televisi¨®n, al recordar que no hab¨ªa podido hacer el papel de Poncia, la criada de Bernarda en la obra de Lorca La casa de Bernarda Alba, en un espect¨¢culo que le hab¨ªan ofrecido los directores Miguel Narros y Jos¨¦ Carlos Plaza. El tambi¨¦n director Luis Luque le oy¨® contar varias veces a Narros este deseo incumplido. Un deseo que cumple ahora la hija de La Faraona, la cantante y actriz Lolita Flores, que protagoniza Poncia, un mon¨®logo escrito y dirigido por Luque a partir de las intervenciones del personaje de la sirvienta de Bernarda en la obra de Lorca. La funci¨®n comienza tras el suicidio de Adela, una de las hijas de Bernarda.
Lolita Flores, 65 a?os, recibe a EL PA?S en su casa de Madrid, en un sal¨®n lleno de fotos y recuerdos familiares y un mont¨®n de juguetes de sus dos nietos en un rinc¨®n. En un momento de la entrevista, Lolita se levanta del sof¨¢ para buscar las Obras completas de Lorca, en una edici¨®n de 1960, que su madre, dice, ten¨ªa en su mesilla de noche. El volumen conserva todav¨ªa unos papelitos de la propia Lola Flores, uno de ellos de una marca de tabaco, que se?alan determinados poemas o distintas obras, uno de ellos en el comienzo de La casa de Bernarda Alba. Poncia se estrena este viernes en Segovia y, tras su paso por Zaragoza, se representar¨¢ en el Teatro Espa?ol de Madrid del 3 de noviembre al 3 de diciembre.
Pregunta. ?Sab¨ªa usted de esta renuncia de su madre?
Respuesta. Lo supe repasando v¨ªdeos de mi madre. Fue en un programa de La clave en Televisi¨®n Espa?ola. A Luis Luque, que fue disc¨ªpulo de Narros, se le encendi¨® la bombilla. No est¨¢ Lola Flores, pero est¨¢ su hija, pens¨®.
P. Luque le mand¨® el v¨ªdeo para proponerle Poncia. ?Cu¨¢l fue su reacci¨®n?
R. Me hizo especial ilusi¨®n. Desde que hicimos Fedra [2018] hemos seguido manteniendo el contacto y yo sab¨ªa del deseo de Luis de hacer algo con Poncia, pero cuando me mand¨® el v¨ªdeo le dije inmediatamente que s¨ª, que juntos nos tir¨¢bamos a la piscina.
P. ?Qu¨¦ hay de homenaje a su madre al hacer este personaje que ella no pudo hacer?
R. Bueno, homenaje a mi madre y a Miguel Narros. En realidad, han sido los ¨¢ngeles quienes le metieron en la cabeza a Luis Luque la idea de que Poncia ten¨ªa que ser yo. Mi madre me ha dado la fuerza para poder hacerlo. Pero soy yo la que hoy salgo al escenario, no Lola Flores.
P. ?Se pregunta alguna vez como lo habr¨ªa hecho ella?
R. Ella lo habr¨ªa hecho estupendamente bien, como todo lo que yo he hecho en teatro. Mis genes son mis genes. Quiz¨¢s ella lo hubiera hecho distinto, pero no lo s¨¦.
P. De nuevo en el teatro y nada menos que con un personaje inspirado en el creado por Lorca. ?Qu¨¦ le sugiere Poncia?
R. Conozco bien La casa de Bernarda Alba. Hoy en d¨ªa, Poncia ser¨ªa una mujer luchadora, abanderada, empoderada y, con perd¨®n de la palabra, con dos cojones para llevar su vida, sus hijos y todo lo que se le pusiera por delante. Poncia es una mujer que podr¨ªa ser de hoy, lo que pasa es que le toc¨® vivir en unos a?os, los a?os 30 del siglo pasado, en los que habr¨ªa una Guerra Civil y las mujeres no ten¨ªan voz ni voto y se dedicaban a coser su ajuar y a hacer las cosas de su casa, porque las criaban para casarse.
P. ?Y el propio Lorca?
R. Conservo las obras completas de Lorca de mi madre, en una edici¨®n de 1960, cuando yo ten¨ªa dos a?os. En el colegio a m¨ª no me ense?aban a Lorca, sino Formaci¨®n del Esp¨ªritu Nacional. Yo conoc¨ª este libro en la mesita de noche de mi madre. Yo he crecido con Lorca y Manuel Ben¨ªtez Carrasco, otro poeta granadino exiliado en M¨¦xico. He crecido con Lorca gracias a mi madre. Fue ella quien me ense?¨® a los m¨¢s grandes, entre ellos a Lorca.
He crecido con Lorca gracias a mi madre¡±
P. Es la segunda vez que se enfrenta a un mon¨®logo en el teatro, tras La plaza del Diamante. ?C¨®mo lo pasa una ah¨ª sola sobre el escenario?
R. Fatal, pero se disfruta mucho. Cuando una sale a un escenario se sufre siempre porque es en directo y todo puede fallar. Lo s¨¦ bien por la m¨²sica, donde yo me he curtido durante tantos a?os. Puede fallar un micro, un acorde, un foco, te puedes resbalar o partirte medio diente como me pas¨® a m¨ª con un micr¨®fono cantando Mediterr¨¢neo, de Serrat. En el teatro, lo mismo. Una funci¨®n es siempre diferente porque es una creaci¨®n en directo d¨ªa a d¨ªa. A m¨ª la m¨²sica en directo, con canciones que hablan del amor y el desamor, me ha ense?ado a interpretar.
P. ?Es su primera vez en el m¨ªtico escenario del Teatro Espa?ol?
R. S¨ª, y me da mucho respeto y orgullo, porque ha sido la cuna de los m¨¢s grandes, pero para m¨ª todos los teatros, incluidos los m¨¢s peque?os de los pueblos m¨¢s remotos, son igual de importantes y tienes la misma responsabilidad. Son todos teatros y a todos hay que tenerles el mismo respeto.
P. La libertad de amar de las mujeres y la fuerza por aprender recorre esta funci¨®n. ?Es algo todav¨ªa algo por lo que luchar?
R. Claro que s¨ª. Y sobre todo, en varias etnias, como la m¨ªa, la gitana. Aunque ya hay muchas mujeres gitanas bi¨®logas, abogadas, enfermeras y arquitectas, creo que como buena gitana que soy, algo que llevo muy a gala, a la mujer gitana le queda todav¨ªa mucho camino por recorrer. Las mujeres gitanas tambi¨¦n tienen que crecer como los ¨¢rboles.
P. ?Se considera un ejemplo ante la mujer gitana?
R. No quiero ser ejemplo de nadie, solo para m¨ª.
A la mujer gitana le queda mucho camino por recorrer¡±
P. Poncia tambi¨¦n habla de los silencios, aquellos que permanecen ocultos y que, a la larga, tanto da?o hacen. No parece usted una mujer de silencios.
R. Pues lo soy. Los silencios, a veces, tambi¨¦n guardan palabras y ruidos. La gente habla demasiado. Muchas veces, un silencio te puede ayudar a pensar y reflexionar. El silencio no solo es admitir, tambi¨¦n puede ser una negaci¨®n o una controversia. Soy una mujer de silencios, sobre todo porque s¨¦ escuchar. Creo que es algo innato en m¨ª. Me interesa lo que piensa y lo que habla la gente. Cuando no me interesa, tambi¨¦n lo mejor es un silencio a tiempo.
P. El texto habla del valor del legado de padres y madres. ?Qu¨¦ legado destacar¨ªa de su madre?
R. Todo. Me ense?¨® a amar la libertad, a saber estar en el sitio que te corresponde, a luchar por tus sue?os, a no dejarte pisotear. Me ense?¨® a amar siempre sin medir como te quieren. Tengo presente dos cosas que me dec¨ªa mi madre, que no tienen nada que ver una con la otra. La primera, que antes de beber un vaso de agua, me cerciorara y preguntara si en verdad era agua. La otra, que amara y nunca pusiera en una balanza si te quieren m¨¢s que t¨² a ellos, que, si era feliz amando, que amara.
P. Lleva toda una vida sobre los escenarios, en cine, televisi¨®n, m¨²sica. Desde hace unos a?os, se la ve m¨¢s en el teatro. ?Qu¨¦ le da el teatro?
R. Sabidur¨ªa y experiencia. Me ense?a a saber salir de un atolladero sin ayuda de nadie, aprender de los cl¨¢sicos, de los nuevos, aprender a decir las palabras, a entender.
P. Tiene 65 a?os y es abuela de dos ni?os. ?Qu¨¦ ofrece la edad?
R. A veces muchos disgustos, tambi¨¦n alegr¨ªas y, sobre todo, mucha libertad y mucho amor. La vida me ha premiado con lo que yo deseaba. Dese¨¦ casarme y tener hijos y los tuve. Dese¨¦ tener nietos y los tengo. Dese¨¦ tener trabajo y la nevera llena y lo tengo. Con eso me vale.
P. ¡°Quiero llorar porque me da la gana¡±, grita Poncia sobre el escenario ?Usted es de las que lloran?
R. S¨ª, mucho, pero ahora lloro menos. Quiz¨¢s he echado tanta l¨¢grima que ya me quedan menos. Puedo llorar menos por cosas importantes, pero, a lo mejor, me pongo a ver una pel¨ªcula de dibujos animados y lloro.
Ya no me llaman del cine¡±.
P. Las actrices de su edad se quejan de la escasez de papeles y personajes. ?A usted le pasa tambi¨¦n?
R. S¨ª, sobre todo en cine. Me sigue pasando, aunque no me puedo quejar. Acabo de rodar una serie, Las invisibles, y ahora estoy en el teatro. Es verdad que del cine ya no me llaman. Ser¨¢ por la edad o porque me llamo Flores. A lo mejor vende una cara m¨¢s joven o bonita y no las mujeres maduras que seguimos mirando de frente.
P. Tantos a?os con la popularidad a cuestas. ?C¨®mo sale a la calle?
R. He salido toda mi vida, siendo Lolita Flores. Antes sal¨ªa m¨¢s en las revistas del coraz¨®n porque pagaban muy bien y aqu¨ª no ten¨ªa trabajo. Ahora, hay otras estrellas de las revistas del coraz¨®n, a las que pagan tambi¨¦n mucho. No tengo nada que contar. Con la edad, se cambia. Antes iba a muchas fiestas y saraos. Sal¨ªa mucho con mis amigos. Ahora por la tarde y la noche me apetece volver a mi casa y tomarme el whisky en mi casa. Ya no soy la mujer fiestera de antes. La vida cambia y tengo otras prioridades. Los fines de semana quiero estar descansada para estar con mis nietos. Soy una mujer m¨¢s tranquila.