Muere Miguel Narros, un gran referente para el teatro espa?ol
El director teatral muere a los 84 a?os tras estrenar 'La dama duende'
¡°La verdad asusta porque la verdad es desnuda¡±. Esta frase de Miguel de Unamuno fue una m¨¢xima en la trayectoria vital y profesional del director teatral Miguel Narros, quien precisamente hizo de la verdad una bandera que siempre enarbol¨®. Narros, uno de los referentes m¨¢s importantes del teatro espa?ol contempor¨¢neo, falleci¨® ayer en Madrid, a los 84 a?os, por un fallo cardiaco que tuvo, mientras dorm¨ªa. El director ser¨¢ velado hoy hasta las cuatro de la tarde en el Teatro Espa?ol de Madrid, templo esc¨¦nico madrile?o al que estuvo ligado el director durante muchos a?os.
Nacido en Madrid en 1928, Narros antes que nada fue un gran director de actores, y maestro de numerosos profesionales de la escena espa?ola. Sus montajes se centraban especialmente en una cuidada interpretaci¨®n, gracias a ese don y ese oficio con el que estrujaba a los actores hasta sacarles lo mejor que tuvieran dentro. Montajes que no estaban exentos de una exquisita est¨¦tica, muchas veces aportada por las escenograf¨ªas del italiano Andrea D¡¯Odorico, con quien trabaj¨® en equipo durante d¨¦cadas, y por el impactante vestuario, muchas veces dise?ado por el propio Narros, quien destac¨® como figurinista, como se puede comprobar en sus dibujos expuestos en el Museo Nacional de Teatro de Almagro.
Premios para un director
Miguel Narros obtuvo numerosos premios, entre los que destacan: Medalla de oro de la ciudad de Valladolid (tres ocasiones); Premio Nacional de Teatro (dos ocasiones); Premio El Espectador y la Cr¨ªtica (dos ocasiones); Chevalier de L?Ordre des Arts et des Lettres de Francia; Premio Corral de Comedias de Almagro (junto a Andrea D'Odorico), Premio Max de teatro, mejor direcci¨®n por Panorama desde el puente; Premio de las Artes 2004 de Castilla la Mancha, por su trayectoria profesional y Premio Max de Honor en 2009 y la semana pasada el Premio Fuente de Castalia la noche de su estreno de La dama duende.
Sosten¨ªa que el teatro siempre era pol¨ªtico y al tiempo un espejo. Su izquierdismo y su militancia antifranquista la ejerci¨® tanto en su vida cotidiana como encima del escenario. Con esos autores con los que tanto se sent¨ªa identificado y de cuya mano denunciaba tropel¨ªas y desmanes de los poderosos. Uno al que acud¨ªa a menudo era Pirandello, del que siempre recordaba que dijo 'si al ser humano se le pusiera delante de un espejo y observara como vive ser¨ªa capaz de suicidarse o de morirse de risa'. Narros a?ad¨ªa: ¡°Yo no me miro porque mi vida me podr¨ªa horrorizar; vivir es la cosa m¨¢s absurda del mundo, al menos tal y como lo hacemos, marcados por represiones y tab¨²es, como el rechazo hacia la homosexualidad, que durante largo tiempo era algo prohibido y penado con c¨¢rcel¡, al menos en algo hemos mejorado y ahora soy el respetable marido de un se?or¡±, dec¨ªa de su relaci¨®n con el productor Celestino Aranda.
Para la gente que le trat¨®, Narros adem¨¢s de un excepcional profesional, dotado de una gran intuici¨®n esc¨¦nica, era un hombre de una gran sensibilidad, con un humor con el que arrastraba al desternille a sus amigos, y de una gran atractivo f¨ªsico, algo que siempre se destacaba de ¨¦l, sobre todo en sus primeras etapas como actor.
Curs¨® estudios en el Real Conservatorio de M¨²sica y Declamaci¨®n, tras lo cual se traslad¨® a Francia donde contin¨²a su formaci¨®n con una beca. A su vuelta a Espa?a se lanza con las dos primeras, de sus tres profesiones, la de actor y la de figurinista y escen¨®grafo. Como actor fue descubierto por Luis Escobar quien le incorpora a la compa?¨ªa del Mar¨ªa Guerrero y su nombre empieza a sonar tras el estreno de Don Juan Tenorio, de Zorrilla, con direcci¨®n del propio Escobar y con decorados y vestuario de Salvador de Dal¨ª. Como espl¨¦ndido dibujante y creador de figurines es descubierto por Jos¨¦ Luis Alonso, quien le reclam¨® para varias de sus puestas en escena. Ellos dos, junto a Narros, son de una generaci¨®n en la que ya no quedan m¨¢s referentes importantes y cuyo relevo han tomado otros m¨¢s j¨®venes como Llu¨ªs Pasqual, Mario Gas, Calixto Bieito, Jos¨¦ Carlos Plaza,¡ detr¨¢s de los cuales llegan empujando con firmeza Andr¨¦s Lima, Miguel del Arco, Carol L¨®pez, Blanca Portillo¡., entre otros y todos ellos grandes admiradores del director desaparecido ayer.
Los espect¨¢culos de Narros eran de una gran sencillez y austeridad: ¡°He elegido esa desnudez porque la verdad no est¨¢ disfrazada nunca y, siguiendo con mi tradici¨®n docente, de jugar con la verdad, como les he ense?ado a mis alumnos, tengo que jugar tambi¨¦n yo con esa verdad¡±. Uno de esos alumnos, la actriz y directora Ahinoa Amestoy, prepara la primera tesis doctoral sobre Narros, en la Complutense con direcci¨®n de Javier Huerta a la que han llamado Historia de la direcci¨®n esc¨¦nica en Espa?a: Miguel Narros.
En su ¨²ltima entrevista, concedida la semana pasada a este diario, Narros insist¨ªa en algo que repet¨ªa una y otra vez en los ¨²ltimos tiempos: ¡°Veo el teatro muy muy mal, peor que en esos tiempos tremendos que, los que tenemos una edad, recordamos con horror; la situaci¨®n es desastrosa, entre otras cosas porque es como si los responsables de las pol¨ªticas teatrales hicieran grandes esfuerzos por hacerlo mal; en m¨¢s de 60 a?os nunca hab¨ªa visto una situaci¨®n de penuria y de desgaste tan grande¡±.
Al preguntarle por su capacidad para hacer algo tan fresco y energ¨¦tico como el montaje que ha hecho de La dama duende a los 84 a?os, apunta que son muchos los directores que no s¨®lo tienen una edad ¡°si no dos, como yo¡± que est¨¢n siendo vanguardistas: ¡°Hay algo bonito, fresco, en esta ancianidad que por un lado jode much¨ªsimo, porque hay que enfrentarse a realidades irreversibles, pero por otro est¨¢s activo y creativo¡±.
Narros tambi¨¦n fue descubridor de numerosos actores y directores, que se formaron con ¨¦l, destacando entre ellos la actriz Ana Bel¨¦n, a la que Narros llam¨® una vez m¨¢s ¡®mi ni?a¡± horas antes de fallecer y quien siempre ha reconocido que su carrera hubiera sido otra de no tropezar en su vida con este director. La n¨®mina de actores con los que Narros trabaj¨® en las ¨²ltimas seis d¨¦cadas es muy nutrida, pero en ella est¨¢n los m¨¢s grandes int¨¦rpretes del teatro espa?ol.
Narros, que lleg¨® a convertirse en Catedr¨¢tico de la Real Escuela Superior de Arte Dram¨¢tico, empez¨® de firme con la direcci¨®n esc¨¦nica, donde logr¨® brillar con luz propia y convertirse en un director emblem¨¢tico en la segunda mitad del siglo XX en Espa?a, en los a?os sesenta con puestas en escena con el Teatro Espa?ol Universitario (TEU) y con el Peque?o Teatro, que crea primero en Barcelona y posteriormente en Madrid. Despu¨¦s llegaron otros grandes y prestigiados proyectos impulsados por ¨¦l como el Teatro Estudio de Madrid (TEM) y el Teatro Estable Castellano (TEC), junto a Jos¨¦ Carlos Plaza y William Layton, compa?eros y amigos con quienes tambi¨¦n se involucra en la creaci¨®n del Laboratorio de William Layton, donde se han formado y se forman numerosos actores espa?oles.
Desde sus inicios ha transitado por los mejores textos del teatro contempor¨¢neo y con innumerables obras de teatro cl¨¢sico, y siempre con los mejores actores. La ¨²ltima ha sido una pieza de Calder¨®n, La dama duende, estrenada la semana pasada en la muestra Cl¨¢sicos en Alcal¨¢, con la que hoy est¨¢ en Murcia, la semana que viene en C¨¢ceres, el d¨ªa 11 en Salamanca desde donde viajar¨¢ al Festival de Olmedo (20 de julio), de Olite y clausurar¨¢ el Festival de Almagro, d¨ªas despu¨¦s.
Una obra con la que Narros estuvo obsesionado toda su vida y que por diversas circunstancias no pudo volver a poner en pie hasta ahora que la ha dirigido sin saber que era con la que se desped¨ªa, con producciones Faraute y el productor Celestino Aranda, con quien Narros se cas¨® hace unos a?os. ¡°La mont¨¦ siendo muy joven con mi querida Margarita Lozano, y supongo que no tiene nada que ver con esta, porque no me acuerdo de nada¡±, dijo hace unos d¨ªas mencionando a una de sus actrices fetiche y gran amiga, ¡°pero he querido regresar a este Calder¨®n que es muy interesante y al que se puede tomar a guasa haciendo un realismo fant¨¢stico; adem¨¢s es una autor que me apasiona como Shakespeare, cosa que he demostrado mont¨¢ndoles tantas veces¡±.
A lo largo de su fruct¨ªfera carrera su prestigio le lleva a participar como director en la Feria Mundial de Nueva York (en 1971 dirigi¨® el Auto Sacramental El hospital de los locos de Jos¨¦ de Valdivieso, por invitaci¨®n de Ren¨¦ Buch), en los Festivales de Espa?a y en Europalia 85. Adem¨¢s ha sido director del Teatro Espa?ol de Madrid en dos ocasiones.
Ha dirigido montajes para el Centro Dram¨¢tico Nacional, la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico, el Centro Andaluz de Teatro, el Teatro Nacional de Venezuela, el Ballet de Kumatsubara, el Ballet Nacional de Espa?a y la Expo 92, entre otros.
Recibi¨® numerosos premios por sus montajes.
Los montajes de Narros
El director de teatro Miguel Narros puso en escena, entre otros textos, R¨¦quiem por una mujer, de W. Faulkner; Soledad, de Unamuno; ?Quiere usted jugar conmigo?, de Achard; El triunfo del amor, de Marivaux; Historia de un soldado, de Stravinski-Ramuz; Sabor a miel, de Shelag Delaney (primera versi¨®n); Fedra, de Unamuno; Ant¨ªgona, de Anouilh (primera versi¨®n); La rosa tatuada, de Tennessee Williams; El auto de la pasi¨®n, de Lucas Fern¨¢ndez; La se?orita Julia, de Strindberg; Las tres hermanas, de Ch¨¦jov; Las mujeres sabias, de Moli¨¨re; El caballero de Olmedo, de Lope de Vega (primera versi¨®n); La dama duende, de Calder¨®n; Ant¨ªgona, de Anouilh (primera versi¨®n) y La posadera, de Goldoni.
Dirigi¨® el Teatro Espa?ol, de 1967 a 1971, Numancia, de Cervantes; El burlador de Sevilla, de Tirso de Molina; El rey Lear, de Shakespeare (primera versi¨®n); El rufi¨¢n Castrucho, de Lope de Vega; Las mocedades del Cid, de Guill¨¦n de Castro; El s¨ª de las ni?as, de Morat¨ªn (primera versi¨®n); La paz, de Arist¨®fanes; La marquesa Rosalinda, de Valle-Incl¨¢n, y El condenado por desconfiado, de Tirso de Molina.
Otros trabajos de direcci¨®n: Sabor a miel, de S. Delaney (segunda versi¨®n); Hedda Gabler, de Ibsen; El hospital de los locos, de Valdivielso; La cocina, de Wesker; Ant¨ªgona, de Anouilh (segunda versi¨®n); Los gigantes de la monta?a, de Pirandello; Retrato de dama con perrito, de Luis Riaza; Macbeth, de Shakespeare; Heder¨¢, de Ignacio Amestoy; El rey de Sodoma, de Arrabal; La Chunga, de Vargas Llosa.
En el Teatro Estable Castellano (1978-1980) dirigi¨®: As¨ª que pasen cinco a?os, de Lorca (primera versi¨®n); El t¨ªo Vania, de Ch¨¦jov; La dama boba, de Lope de Vega, y con Teatro del Arte (1981-1083): Danza macabra, de Strindberg; Seis personajes en busca de autor, de Pirandello (primera versi¨®n); El rey Lear, de Shakespeare (segunda versi¨®n); Don Juan Tenorio, de Zorrilla, y Final de partida, de Beckett.
En su segunda etapa como director del Teatro Espa?ol (1984-1989) mont¨®: Bohemios, de Perr¨ªn y Palacios; El castigo sin venganza, de Lope de Vega; El concierto de San Ovidio, de Buero Vallejo; El sue?o de una noche de verano, de Shakespeare; La malquerida, de Benavente; Largo viaje del d¨ªa hacia la noche, de O'Neill; As¨ª que pasen cinco a?os, de Lorca (segunda versi¨®n); Rosa de amor y fuego, conciertos de Ana Bel¨¦n, y Homenajes a Lorca, Yerma.
Otros trabajos de direcci¨®n: Medea para el Ballet Nacional de Espa?a; Don Juan Tenorio, de Zorrilla para el Teatro Nacional de Venezuela; Yo eleg¨ª el flamenco para el Ballet de Yoko Komatsubara; Combate de negro y perros, de Kolt¨¨s (CDN); El caballero de Olmedo, de Lope de Vega (segunda versi¨®n)
(CNTC); Las de Ca¨ªn, de Hnos. ?lvarez Quintero (CAT); La gallarda, de Alberti, Expo 92; Fiesta barroca, Madrid Capital Cultural de Europa 1992; La truhana, de Antonio Gala; Casi una diosa, de Jaime Salom; A puerta cerrada, de Sartre; Marat-Sade, de Peter Weiss (CDN); Los bellos durmientes, de Antonio Gala; La gitanilla, de Cervantes, para el Ballet Nacional de Espa?a; El yermo de las almas, de Valle-Incl¨¢n (CNTC.; Yerma, de F. G. Lorca (CAT); La estrella de Sevilla, de Lope de Vega (CNTC); Jugar con fuego, de Barbieri, Teatro de la Zarzuela; La realidad iluminada, Homenaje Buero Vallejo; La dama no es para la hoguera, de Christopher Fry; Los puentes de Madison, de Robert James Waller; El burlador de Sevilla, de Tirso de Molina, (CNTC); Carmen Carmela, con Antonio Canales; Ay, Carmela, de Jos¨¦ Sanchis Sinisterra; M¨®vil, de Sergi Belbel; El beso de Judas, de David Hare; La cena de los generales, de Jos¨¦ Luis Alonso de Santos; Fedra, ballet flamenco; La abeja reina, de Charlotte Jones, y Los negros, de Jean Genet.
Con Producciones A. D?Odorico-Compa?¨ªa Miguel Narros (1993-2006) ha firmado los siguientes montajes: La doble inconstancia, de Marivaux; Seis personajes en busca de autor, de Pirandello; La discreta enamorada, de Lope de Vega; El s¨ª de las ni?as, de Morat¨ªn (segunda versi¨®n); La vida que te di, de Pirandello; El rey Lear, de Shakespeare (tercera versi¨®n); Los enamorados, de Goldoni; Ma?anas de abril y mayo, de Calder¨®n; Panorama desde el puente, de Arthur Miller; T¨ªo Vania,de A. Ch¨¦jov; El sue?o de una noche de verano, de Shakespeare; Do?a Rosita la soltera, de Lorca, y Salom¨¦, de Oscar Wilde.
En los ¨²ltimos a?os sus montajes eran puestos en pie con producciones Faraute.
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