Liza Ambrossio: ¡°No puedes dedicarte al arte si no tienes un instinto suicida¡±
La artista mexicana, que ha desarrollado su obra entre Francia y Espa?a, expone en Logro?o una muestra, ¡®Toda devoci¨®n causa ira¡¯, en la que revisa su trabajo hasta ahora
Liza Ambrossio es intensa, lo es su obra, lo es su discurso, lo es su manera de estar en el mundo. ¡°No veo Netflix, vivo¡±, resume. Le gusta el trato con la gente, lo busca, lo exprime, de eso se nutre. Ella usa el adjetivo intenso para describir M¨¦xico, su pa¨ªs, naci¨® en la capital hace 30 a?os: ¡°Todo es muy intenso all¨ª. La comida, el picante, los amores, las madres, la religi¨®n. Nada es plano. Y eso me ha hecho ser quien soy¡±. Una muestra de qui¨¦n es esta artista, que no diferencia entre su vida y su trabajo, se puede ver en la sala Am¨®s Salvador de Logro?o hasta el 19 de noviembre. Toda devoci¨®n causa ira es una revisi¨®n de su carrera hasta ahora, sus obras pl¨¢sticas siempre est¨¢n vinculadas a la palabra, a los libros, en este caso tambi¨¦n. Califica sus piezas de ¡°liberadoras y en un sentido afrancesadas: son decapitantes. Es la construcci¨®n del mundo para volverlo a destruir y comenzar de nuevo¡±
Pregunta. ?No quiere asentarse, prefiere estar siempre empezando?
Respuesta. No tengo miedo a comenzar constantemente porque aprendes. Tengo un hondo deseo de aprendizaje. Me gusta decir que mi trabajo es profundamente feminista, pero no en el sentido del feminismo estructurado eurocentrista, en el de la valent¨ªa de las mujeres que siempre sabemos enfrentarnos a los conflictos que se nos presentan.
Por M¨¦xico soy quien soy. Espa?a me ha hecho una profesional y Francia me ha convertido en adulta. Estos pa¨ªses son hogares para m¨ª. Pero, a fin de cuentas, mi hogar m¨¢s ¨ªntimo es mi mente. Creo que voy a ser una feliz espora toda la vida, una que pueda levitar en diferentes culturas y asumirlas como propias. La idea de nacionalismo representa una especie de enfermedad mental.
P. Huy¨® de su pa¨ªs tras una asfixiante infancia y adolescencia. Su padre se suicid¨®; m¨¢s tarde, un buen amigo de juventud, tambi¨¦n; la relaci¨®n con su madre era muy dura. ?Qu¨¦ es M¨¦xico para usted?
R. Es un trauma que no se acaba, pero al que no guardo rencor. Si hubiera nacido hombre, mi vida ser¨ªa diferente. Sigue siendo la capital mundial de los machos. M¨¦xico se ha convertido en un cementerio de mujeres. Y esto tambi¨¦n es objeto de mi creaci¨®n.
P. ?C¨®mo es su proceso de trabajo? ?Por qu¨¦ no quiere que la clasifiquen como fot¨®grafa?
R. La fotograf¨ªa es un medio para un fin. Comparo mi obra con la de la artista cubana Ana Mendieta [1948-1985], ella tampoco se consideraba fot¨®grafa y casi todos los registros de su obra que existen son fotogr¨¢ficos. Mi trabajo tiene un cuerpo que comienza con la fotograf¨ªa y el v¨ªdeo, pero la ¨²nica motivaci¨®n es que yo era una n¨®mada, lo sigo siendo, y este era un formato portable y econ¨®mico. Nunca he sido leal a ese universo. Todos somos poliamorosos en el mundo del arte. Mi poliamor tiene que ver con desarrollar todas las ideas y sentimientos posibles en el formato que requieran. Estoy en un momento de construcci¨®n. Le pasa a cualquiera, tambi¨¦n a los empresarios; en sus 20, 30 o 40 [a?os] viven un periodo de construcci¨®n. El arte tambi¨¦n es empresa.
M¨¦xico se ha convertido en un cementerio de mujeres.
P. ?Se puede vivir del arte?
R. Claro. Pero has de tener una red de gente que trabaje contigo, que te apoye en todo lo que el artista no necesariamente debe saber: leyes, contabilidad¡ y eso cuesta dinero. Tienes que generar un respeto, sobre todo por la obra. Sin ella y sin el artista nada de esto existir¨ªa y los autores son los m¨¢s desprotegidos. Hay que exigir y controlar contratos, que se entienda nuestra disciplina, no hay horarios de salida o de entrada. Es un trabajo por el que das la vida. No puedes dedicarte al arte si no tienes un instinto profundamente suicida.
P. Eso es poco alentador.
R. Bueno, las posibilidades de fracasar son alt¨ªsimas. Sin embargo, el arte es el ¨²ltimo espacio de libertad, donde no deber¨ªamos doblegarnos a lo institucional. Si lo logras, sobrevives.
P. A veces no se puede dar la espalda a lo institucional.
R. ?Claro! Es un doble juego (r¨ªe). Al final, lo m¨¢s importante para m¨ª es que la obra tenga un espacio, que llegue al p¨²blico, que transcienda. Mi obra es m¨¢s importante que yo.
Babelia
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