Alambre de espino, 20 metros del muro de Berl¨ªn y una torre de vigilancia: el icono de la Guerra Fr¨ªa reaparece en una exposici¨®n en Madrid
Viaje al coraz¨®n de la antigua frontera entre el comunismo y el capitalismo, donde un espacio conmemorativo recoge las huellas y testimonios de la divisi¨®n entre las dos Alemanias. Preludio de una muestra que itinerar¨¢ siete a?os por Europa y re¨²ne en la capital 300 objetos relacionados con la frontera m¨¢s simb¨®lica del siglo XX
Hay una zona de este parque del centro de Berl¨ªn que no tiene ¨¢rboles, lo que facilita que el viento fr¨ªo azote a los grupos de escolares, j¨®venes, curiosos y turistas que caminan por su c¨¦sped. Lo que hay son paneles con fotograf¨ªas, v¨ªdeos y grabaciones sonoras que explican que est¨¢s en el Sitio conmemorativo del Muro de Berl¨ªn, en la Bernauer Strasse, que separaba las dos Alemanias, la comunista y la occidental. El parque se extiende a lo largo de 1,4 kil¨®metros y conserva 220 metros de la antigua frontera (que fue en total de 155 kil¨®metros de larga) para recordar que ah¨ª estuvo la divisi¨®n del mundo entre comunismo y el capitalismo. La plasmaci¨®n m¨¢s palmaria de lo que hab¨ªa anunciado Winston Churchill tras el final de la II Guerra Mundial y el inicio de la Guerra Fr¨ªa: ¡°Ha ca¨ªdo sobre el continente un tel¨®n de acero¡±.
Cruzando la Bernauer Strasse se encuentra la sede principal de los cinco espacios de la Fundaci¨®n Muro de Berl¨ªn, creada en 2009 por iniciativa ciudadana que, como explica su director, Axel Klausmeier, ¡°investiga, documenta e interpreta la historia de esta divisi¨®n y del posterior proceso de unificaci¨®n¡± a partir de la ca¨ªda del muro el 9 de noviembre de 1989. ¡°En los meses siguientes, artistas de ambos lados pintaron las paredes de hormig¨®n de esta construcci¨®n y defendieron que era un legado que no deb¨ªa destruirse¡±, a?ade. De ah¨ª naci¨® la que se conoce como East Side Gallery, 1,3 kil¨®metros de obras. ¡°El memorial sirve para conmemorar a las v¨ªctimas de la dictadura comunista¡±, en especial, los 141 muertos del muro. Tambi¨¦n para concienciar, sobre todo a los j¨®venes, ¡°de lo importantes que son los valores de la democracia y que hay que luchar por mantenerla¡±.
La historia del muro, incluidos 20 de sus metros, acaban de llegar a Madrid para la exposici¨®n que abrir¨¢ al p¨²blico el 9 de noviembre. Es la primera sede de una itinerancia europea de siete a?os, que terminar¨¢ en 2029, a los 40 a?os del inicio de lo que tambi¨¦n fue conocido como ¡°muro de la verg¨¹enza¡±.
La muestra, organizada por la empresa Musealia y la fundaci¨®n (entidad que se financia por el Gobierno federal, el 52%, y el Estado de la ciudad de Berl¨ªn, el 48%) estar¨¢ en Madrid al menos cuatro meses; cu¨¢nto se alargue depender¨¢ del p¨²blico que acuda. Con el t¨ªtulo de El Muro de Berl¨ªn. Un mundo dividido, en la Sala Castellana 214 de la Fundaci¨®n Canal, re¨²ne unos 300 objetos. Adem¨¢s de los metros de muro, hay alambre de espino colocado en la etapa inicial, que arranca el 13 de agosto de 1961; un carrito de beb¨¦ usado para contrabando, la parte superior de una de las torres de vigilancia que ocupaban parejas de soldados: es un mamotreto de nueve toneladas, 3,3 metros de alto y 4,3 de di¨¢metro; los uniformes grises de soldados de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA); una canoa que permiti¨® escapar a trav¨¦s del r¨ªo Spree, que en una parte de la ciudad era la frontera.
M¨¢s: fotograf¨ªas, documentaci¨®n, cartas... los martillos y cinceles con los que los berlineses y for¨¢neos arrancaron peque?os trozos del muro cuando el r¨¦gimen comunista se desplom¨® como un castillo de naipes. Y una pieza de lo que se llam¨® con sarcasmo ¡°el c¨¦sped de Stalin¡±, que fue una gran alfombra de p¨²as de acero colocada a los pies del muro para que los que quer¨ªan dar el salto a la libertad se lo pensaran.
M¨¢s all¨¢ de este legado material, Klausmeier se?ala que el muro ¡°es una imagen poderosa de la ausencia de comunicaci¨®n¡±. ¡°Cuando en una zona no hay paz, hay un muro. Es un fen¨®meno que se ha repetido en otras partes del mundo, hoy hay m¨¢s muros que cuando este cay¨®¡±. El jefe del departamento de Investigaci¨®n y Documentaci¨®n de la fundaci¨®n, Gerhard S?lter, comisario de la exposici¨®n, subraya que ¡°el muro cay¨® de forma pac¨ªfica, adem¨¢s hab¨ªa una necesidad global de libertad, por eso simboliz¨® el fin de la Guerra Fr¨ªa¡±. ¡°Tambi¨¦n fue el final, con las excepciones que hoy pueda haber, del experimento de la sociedad socialista¡±.
?Qu¨¦ recuerdan de aquella pesadilla orwelliana los ciudadanos del Berl¨ªn actual? ¡°Menos del 40% de los berlineses viv¨ªan aqu¨ª en la ¨¦poca del muro, algo que se debe sobre todo por la inmigraci¨®n. Muchos de nuestros visitantes tienen menos de 35 a?os, con lo que no tienen recuerdos, pero cuando vienen y acuden a conferencias se conectan con la historia porque tienen parientes que s¨ª lo vivieron¡±, a?ade Klausmeier.
Sobre los que lograron escapar a la Alemania occidental, ¡°una cifra imposible de calcular¡±, Klausmeier recuerda los casos m¨¢s ingeniosos: ¡°Una familia se fug¨® en un globo aerost¨¢tico, otra us¨® una cuerda lanzada con un arco, que se convirti¨® en una especie de tirolina¡±. Una que le gusta mucho es la del grupo que contrat¨® un peque?o barco tur¨ªstico, emborracharon al capit¨¢n, le dejaron dormir la mona en un bote y pusieron rumbo al Oeste. Luego est¨¢ el hombre que se escondi¨® en el interior de una bobina gigante de cable el¨¦ctrico o la mujer oculta en los bajos de un coche... Aunque la m¨¢s estramb¨®tica es la de la familia que se escondi¨® dentro de una vaca de pega que hab¨ªan construido. Klausmeier ense?a un libro con la foto del falso b¨®vido, en el que parece que se hubieran inspirado los guionistas de la pel¨ªcula Top Secret para una de las escenas m¨¢s desternillantes del filme.
Por seguir con pel¨ªculas, la favorita de Klausmeier sobre lo que fue aquello es, ¡°sin duda, Uno, dos, tres¡±, la genial comedia de Billy Wilder, protagonizada por James Cagney. ¡°Esta pel¨ªcula tiene una particularidad. Empezaron a rodarla en el verano de 1961, poco antes de que comenzara a levantarse el muro pero tuvieron que rodar una parte con una r¨¦plica de la Puerta de Brandeburgo en M¨²nich porque ya no pod¨ªan rodar en el Este¡±.
Su compa?ero prefiere Funeral en Berl¨ªn (1966), con Michael Caine, en la que el jefe del servicio de espionaje sovi¨¦tico proyecta huir a Occidente. Mientras que la canci¨®n m¨¢s representativa, en opini¨®n de Klausmeier, es de David Bowie: Heroes, que la escribi¨® y grab¨® en un estudio a pocos metros del muro. El tema cuenta la historia de dos enamorados que se conocen junto al muro.
?Qu¨¦ sucedi¨® con las vidas de las familias o amigos separados por esta frontera? ¡°Durante los dos primeros a?os era imposible cualquier comunicaci¨®n. Luego se permitieron cartas y algunas llamadas telef¨®nicas. M¨¢s adelante, hubo un acuerdo para que personas del Oeste pudieran visitar en Navidades a su familia del otro lado. Al rev¨¦s, no¡±. La excepci¨®n en el para¨ªso comunista eran los jubilados. ¡°Como consum¨ªan, pero ya no pod¨ªan producir, entonces les permit¨ªan pasar a Occidente. Lo que dice algo de lo que era aquel sistema¡±, apunta S?lter.
De paseo por el parque que acoge el memorial, S?lter escoge los puntos informativos m¨¢s destacados, como una fotograf¨ªa de un hombre que espera sentado tranquilamente en la parada del autob¨²s mientras a su espalda un grupo de soldados trabajan levantando una parte del muro. Un espacio que sobrecoge es el panel con las fotos de los muertos. Hay que tragar saliva para ver las de los ni?os ahogados al cruzar el r¨ªo.
En el suelo hay restos de los cimientos de las casas que estaban pegadas a la frontera. ¡°Fueron expulsadas unas 1.200 personas en octubre de 1961¡å, agrega S?lter, que se?ala una foto de dos hombres asomados a una ventana de un edificio junto al muro: ¡°Sus cabezas estaba en el Oeste pero sus cuerpos en el Este¡±. Es el preludio de varios v¨ªdeos en los que se ve a gente saltando desde las ventanas de sus casas y arrojando sus bultos para huir del comunismo. En algunos casos les esperaban bomberos del Oeste para recogerlos.
Un audio explica c¨®mo los familiares de fallecidos en la zona los enterraban en el cementerio aleda?o al muro porque era una forma de ver a sus amigos o familiares del otro lado. En el recorrido por el parque el terreno se eleva ligeramente, unas placas en el suelo recuerdan que ah¨ª se construyeron t¨²neles para huidas. ¡°Ten¨ªan entre 80 y 100 metros de largo y sus ocupantes no pod¨ªan ponerse de pie. Hubo un grupo de unas 20 personas que pasaron ah¨ª seis meses metidos, cavando¡±.
De vuelta a la exposici¨®n en Madrid, ?con qu¨¦ idea le gustar¨ªa a Klausmeier que se queden los visitantes? ¡°Que fue un tiempo y un lugar en el que la gente pod¨ªa juzgarte por tus decisiones personales y tu vida privada porque todo era pol¨ªtica, y que fue m¨¢s complejo que una historia del bien y el mal¡±.
Babelia
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