Muere Pablo Herrero, compositor de ¡®Un beso y una flor¡¯ y ¡®Libre¡¯
El letrista escribi¨® otras canciones como ¡®Como una ola¡¯, ¡®Eva Mar¨ªa¡¯ y ¡®Libertad sin ira¡¯. Ten¨ªa registradas casi 800 obras en la SGAE, de la que fue vicepresidente
El compositor madrile?o Pablo Herrero falleci¨® este martes en Madrid, a los 81 a?os, despu¨¦s de varios d¨ªas en una unidad hospitalaria de cuidados paliativos. Puede que su nombre no le resulte especialmente familiar a muchos aficionados, pero es imposible haber vivido en la Espa?a de estas seis ¨²ltimas d¨¦cadas y no conocer unas cuantas docenas de sus composiciones. Paradigma del autor a la sombra, una categor¨ªa en la que solo pueden hacerle competencia en Espa?a Manuel Alejandro o el ya desaparecido Augusto Alguer¨®, contaba con cerca de 800 canciones registradas a su nombre en la SGAE, muchas de ellas escritas junto a su inseparable Jos¨¦ Luis Armenteros. De su pluma nacieron Como un beso y una flor, Libre o Am¨¦rica, para su adorado Nino Bravo; Como una ola, de Roc¨ªo Jurado; Latino, de Francisco, o el himno por antonomasia de la Transici¨®n, Libertad sin ira (Jarcha).
Lamentamos comunicaros que ha fallecido nuestro querido Pablo Herrero. Socio de esta entidad como compositor y letrista, donde ten¨ªa registradas casi 800 obras, fue vicepresidente de SGAE. Paradigma del autor, tras formar parte de Los Rel¨¢mpagos, junto a su inseparable Jos¨¦ Luis¡ pic.twitter.com/FJ0TJtapYa
— SGAE (@sgaeactualidad) December 5, 2023
Herrero era un hombre exquisito, afable y muy generoso, en opini¨®n un¨¢nime de quienes le conoc¨ªan. Al¨¦rgico a los focos y a la fama, se sinti¨® c¨®modo siempre en su papel de pieza indispensable en el engranaje de la m¨²sica, pero desconocido para el gran p¨²blico. Despunt¨® en los a?os sesenta como integrante de Los Rel¨¢mpagos, un grupo de rock instrumental en la estela de los brit¨¢nicos The Shadows o The Hurricanes, donde ya coincidi¨® con Armenteros. En aquella ¨¦poca comenzaron a comprender la importancia de los papeles gregarios tras erigirse en banda de acompa?amiento de un jovenc¨ªsimo chaval de Granada que acababa de desembarcar en la capital y entonces a¨²n se hac¨ªa llamar Mike R¨ªos. Herrero le compuso una canci¨®n tan tierna como hoy olvidada, Un oc¨¦ano nos separa. Pero, sobre todo, le introdujo en los circuitos mel¨®manos de la gran ciudad, una oportunidad por la que el luego firmante del Himno a la alegr¨ªa le ha guardado siempre devoci¨®n.
¡°A Pablo le reconozco como una de mis buenas influencias, un chaval estupendo y generoso que contribuy¨® much¨ªsimo al desarrollo de mi carrera¡±, se sinceraba este martes un Miguel R¨ªos cariacontecido. Se hab¨ªan conocido por los m¨¢s puros designios del azar: coincidieron el d¨ªa que Miguel se examinaba para obtener el carnet del Sindicato Vertical en la categor¨ªa de ¡°teatro, circo y variedades¡±, una prueba, por cierto, en la que le suspendieron. ¡°Pero nos pusimos a hablar, comprendimos que est¨¢bamos en la misma onda e hicimos buenas migas¡±. Pocas semanas despu¨¦s, R¨ªos ya estaba ensayando con ¨¦l y el resto de Los Rel¨¢mpagos en la casa de Pablo (calle de La Palma, en el coraz¨®n del barrio madrile?o de Malasa?a). ¡°Era una vivienda m¨¢s bien peque?a, pero con un piano en mitad del sal¨®n, y eso era un signo de distinci¨®n insuperable¡±, se sonr¨ªe R¨ªos. El roquero granadino se mud¨® todo lo cerca que pudo, a la Plaza de Espa?a. ¡°Eran una buena influencia. Yo era un pegote provinciano y ellos me sacud¨ªan el polvo de las dehesas¡±.
El beneficio acab¨® siendo rec¨ªproco. La poderosa Philips, que hab¨ªa confiado en Mike como estrella emergente, tambi¨¦n fich¨® a Los Rel¨¢mpagos y propici¨® la grabaci¨®n de media docena de ep¨¦s conjuntos. El conjunto de Pablo Herrero y Jos¨¦ Luis Armenteros tambi¨¦n dispon¨ªa de un local alternativo de ensayo en la calle Juan Mart¨ªn El Empecinado, muy cerca de Atocha, donde la familia de uno de ellos regentaba una fruter¨ªa. Desde una manzana contigua les observaba todas las tardes un ni?o de apenas nueve a?os llamado Ram¨®n Julio M¨¢rquez, con el tiempo c¨¦lebre como Ramonc¨ªn. ¡°Pablo era muy alto, muy guapo y fumaba en pipa, as¨ª que su sola presencia me parec¨ªa muy flipante¡±, rememoraba el autor de Hormig¨®n, mujeres y alcohol.
En realidad, a Herrero le quedaban muy lejos todos los arquetipos del rock, las sustancias poco saludables, el v¨¦rtigo urbano y la vida en el filo. Siempre fue ¡°m¨¢s de corbatita que de chupa de cuero¡±, en definici¨®n de Miguel R¨ªos, y le atra¨ªa mucho m¨¢s la buena m¨²sica mel¨®dica que el guitarreo el¨¦ctrico. Por eso, tras finalizar la aventura de Los Rel¨¢mpagos, el pop afable y risue?o de F¨®rmula V se convirti¨® en su cauce ideal de expresi¨®n. Armenteros ya hab¨ªa escrito en solitario Cu¨¦ntame y el t¨¢ndem agreg¨® a la interminable lista de ¨¦xitos Eva Mar¨ªa, Tengo tu amor o Cenicienta. Pero el gran punto de inflexi¨®n art¨ªstico de Herrero/Armenteros se fragu¨® en torno a la voz colosal de Nino Bravo, para el que escribieron el grueso de su repertorio. Sobre todo la incomparable Libre (1972), para cuyo desarrollo arm¨®nico y estructural Herrero se inspir¨® en el Concierto de viol¨ªn de Chaikovski y en la Obertura Coriolano de Beethoven. Ante todo, profesionalidad.
El gusto por las voces masculinas robustas llev¨® a Herrero y a su alter ego creativo a trabajar para Juan Bau (La estrella de David) o, m¨¢s adelante, el alicantino Francisco y su racial Latino. No todo fueron triunfos arrolladores: a veces se interpon¨ªan circunstancias tan pintorescas como el veto de la censura a su canci¨®n Sof¨ªa, que crearon a mayor gloria de unos ¨¦mulos de F¨®rmula V llamados Doctor Pop. Los guardianes de la moral consideraron que la historia de aquella jovencita algo casquivana pod¨ªa molestar a la esposa de Juan Carlos de Borb¨®n. Para cuando el tema se regrab¨® con el nuevo t¨ªtulo de Luc¨ªa, el inter¨¦s ya se hab¨ªa disipado.
Todo lo contrario sucedi¨® con Libertad sin ira (1976), una creaci¨®n por encargo para el lanzamiento publicitario de Diario 16 que, en unas circunstancias pol¨ªticas muy singulares, se erigi¨® en involuntario himno de la Transici¨®n gracias a las voces andaluzas de Jarcha. Y con remitente sure?o llegar¨ªa el ¨²ltimo triunfo descomunal como autor de Herrero, aquel Como una ola que la chipionera Roc¨ªo Jurado elev¨® en 1982 a lo m¨¢s granado de su repertorio.
A partir de aquella d¨¦cada, Pablo Herrero prefiri¨® enfocarse en tareas m¨¢s administrativas y asumi¨® durante veinte a?os largos la vicepresidencia de la SGAE, siempre con Teddy Bautista como presidente del Consejo de Direcci¨®n. ¡°Pablo no solo fue un excelente compositor¡±, subrayaba Bautista, ¡°sino un luchador incansable de los derechos morales y patrimoniales de los creadores, que celebr¨® como propia la victoria de una Ley de Propiedad Intelectual [1987] moderna y ejemplar¡±. Desolado, el anta?o fundador de Canarios agreg¨®: ¡°Todos deber¨ªamos inclinarnos ante su memoria y darle las gracias por haber luchado por los m¨¢s d¨¦biles, siendo ¨¦l mismo uno de los grandes. Pero Madrid no le dedicar¨¢ una calle¡¡±.
Ramonc¨ªn tambi¨¦n resalta la ¡°calidad humana extraordinaria¡± del compositor ahora desaparecido, que dedic¨® sus ¨²ltimos a?os a trabajar por los autores en situaci¨®n de precariedad a trav¨¦s de la mutualidad de la Fundaci¨®n SGAE. Francis Cervera, ¨²ltimo integrante de Los Brincos, ahonda en esa misma dimensi¨®n humana: ¡°Era entra?able en el trato, humilde y prudente, y siempre hac¨ªa alarde de un gran sentido del humor. Su saludo favorito era ¡®?Hola, majo!¡¯, seguido de una amplia sonrisa. As¨ª era Pablo¡±.
Babelia
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