Joaqu¨ªn Sabina culmina la gira en la que revent¨® todos los pron¨®sticos, incluido el suyo

Entre el si del riff de piano con el que el 25 de febrero empez¨® Cuando era m¨¢s joven en el Estadio Nacional de San Jos¨¦ (Costa Rica) y el mi menor de la banda al completo que cerr¨® el mi¨¦rcoles Pastillas para no so?ar en el Wizink Center de Madrid, sucedieron muchas cosas. 56 conciertos en 34 escenarios de 12 pa¨ªses. Medio mill¨®n de espectadores. 22 canciones ¡ªcon alg¨²n a?adido puntual en funci¨®n de la audiencia¡ª. Y emoci¨®n. Mucha emoci¨®n. Tambi¨¦n incertidumbre, reflejada con iron¨ªa en el nombre de la gira: Contra todo pron¨®stico. Se iba a llamar Sinti¨¦ndolo mucho, pero un intercambio de pareceres con su manager, Jos¨¦ Navarro, Berry, inspir¨® al cantante un nuevo nombre.

A sus 74 a?os, Joaqu¨ªn Sabina enfoc¨® el mes de ensayos previo con el respeto que daban tres a?os lejos de los directos. El 12 de febrero de 2020 se cay¨® del escenario del multiusos madrile?o durante un concierto con Joan Manuel Serrat. ¡°Lleg¨® asustado a las pruebas. Y ese susto nos lo transmit¨ªa. Pero la sabidur¨ªa la lleva dentro, solo hab¨ªa que engrasar la m¨¢quina¡±, explica Antonio Garc¨ªa de Diego, m¨²sico y compositor con m¨¢s de 40 a?os al lado del cantante. ¡°Ten¨ªamos miedo de verlo a ¨¦l teniendo miedo, pero es que no se perdi¨® ni un ensayo y eso nos tranquilizaba mucho¡±, a?ade el guitarrista Jaime As¨²a. ¡°A m¨ª me contagi¨® alegr¨ªa y energ¨ªa por saber que quer¨ªa volver a girar, puede que sea la juventud¡­¡±, dice Mara Barros, corista de la banda.

Se decidi¨® el repertorio ¡ª¡±no impone, pero decide. Cuando quita y pone, sabe lo que hace¡±¡ª para un espect¨¢culo de una hora y 50 minutos. Con una mezcla de cl¨¢sicos ¡ªContigo, 19 d¨ªas y 500 noches o Por el boulevard de los sue?os rotos¡ª, temas relativamente nuevos ¡ªLo niego todo o L¨¢grimas de m¨¢rmol¡ª y algunas de las que la banda considera ¡°joyas antiguas¡± que Sabina ten¨ªa ganas de interpretar ¡ªCuando aprieta el fr¨ªo o Mentiras piadosas¡ª. Trabajaron los cambios de tonos y de ritmos, repartiendo la confianza en la banda para los temas en los que el jienense se encontraba menos c¨®modo. Y una advertencia: no ser¨ªa una gira habitual, pasar¨ªa m¨¢s tiempo sentado.

Tres ensayos generales con luz, sonido y decorado y comenzaba un tour que hab¨ªa planteado originalmente 18 fechas en Espa?a y que se tuvo que ir a las 34 ante la alta demanda de entradas. Los primeros boletos se agotaron en 12 horas. La gente que acudi¨® al concierto final los hab¨ªa adquirido 10 meses antes. ¡°Ha sido una gira en la que hemos cuidado especialmente a Joaqu¨ªn. Todos est¨¢bamos muy sensibilizados¡±, explica Berry. Dejaron m¨¢s distancia entre conciertos, hubo un mes y medio de vacaciones en el ecuador y el cantante puso mucho de su parte. ¡°Ha dado una lecci¨®n de profesionalidad. No ha salido ni a comer ni a cenar, entre concierto y concierto se encerraba. Incluso ha habido d¨ªas en los que se ha comunicado a trav¨¦s de una pizarra¡±.

El resultado ha sido una gira en la que Sabina ha ido creciendo en seguridad y en la que ¡°contra todo pron¨®stico¡± ¡ªcoletilla utilizada por casi todas las personas que participan en esta cr¨®nica¡ª el cantante ha sacado adelante todas las citas, a excepci¨®n de Puebla, en donde una infecci¨®n estomacal le impidi¨® actuar. Para Garc¨ªa de Diego, Sabina ¡°ha ido ganando confianza desde el principio¡±. Cuenta: ¡°Cuando llegamos a Argentina [quinta parada de la gira, donde se toc¨® Con la frente marchita y se hicieron ocho conciertos en 17 d¨ªas] ya se hab¨ªa asentado todo y son¨¢bamos mucho m¨¢s hechos¡±.

Tanto, que hubo momentos en los que la propia banda, completada por Borja Montenegro, Josemi Sagaste, Laura G¨®mez, Pedro Barcel¨® y Paco Beneyto como sustituto puntual de Barcel¨®, fue arrastrada por las sensaciones. ¡°Suelo llevar una toalla para limpiarme el sudor¡­ en esta gira la he utilizado para los rastros de la emoci¨®n¡±, dice Garc¨ªa de Diego. A As¨²a le lleg¨® a suceder que, en alg¨²n concierto, se sorprendi¨® a s¨ª mismo escuchando las canciones como un espectador m¨¢s: ¡°Pensaba: ¡®Joder, qu¨¦ cabr¨®n, c¨®mo la est¨¢ cantando¡±. Y Barros ha llorado en el ¨²ltimo de M¨¦xico, en el ¨²ltimo de Buenos Aires¡­ ¡°Es que nunca hab¨ªa visto a la gente tan entregada. El p¨²blico se ha volcado. Creo que estaban muy agradecidos porque cre¨ªan que no volver¨ªamos. Ha sido una energ¨ªa incre¨ªble e impagable¡±.

Para la banda, el p¨²blico ha jugado un papel fundamental en el ¨¦xito de las actuaciones. ¡°En los d¨ªas en los que pod¨ªa haber dudas, la gente lo ha levantado a las cuatro canciones. Eso hac¨ªa que saliera fortalecido emocionalmente. Creo que Joaqu¨ªn ha vivido cosas en estos meses que nunca hab¨ªa vivido¡±, dice Garc¨ªa de Diego. ¡°En todas las giras hay uno o dos conciertos que se te quedan marcados, pero es que en esta ha habido 10 o 12¡±, a?ade As¨²a.

¡°Contra todo pron¨®stico¡±, dijo Sabina el mi¨¦rcoles en Madrid, ¡°hemos llegado vivitos y coleando a este ¨²ltimo concierto. Ha sido la gira m¨¢s m¨¢gica, m¨¢s emocionante y tumultuosa de nuestra vida. Despu¨¦s de tocar en los escenarios m¨¢s m¨ªticos ¡ªLondres, Par¨ªs o Nueva York¡ª puedo decir que en ning¨²n otro lugar me dan los saltos del coraz¨®n, me tiemblan las piernas como aqu¨ª¡±. Y empez¨® un concierto en el que altern¨® el taburete con la silla. En el que acompa?¨® cada verso con un movimiento de la mano en la que no sujetaba el micr¨®fono. En el que el p¨²blico grit¨® tres veces con fuerza ¡°?Superviviente, s¨ª, maldita sea!¡±, y en el que Princesa son¨® como uno de esos himnos que el respetable entona mir¨¢ndose a s¨ª mismo.

En un espect¨¢culo compensado, con movimiento al inicio, que transitaba despu¨¦s por una parte m¨¢s ac¨²stica y volv¨ªa a subir los decibelios en la parte final, el p¨²blico decidi¨® incorporar un nuevo punto en la escaleta. En todos los conciertos, al terminar Tan joven y tan viejo, empezaba un aplauso en pie que duraba minutos. Quiz¨¢ influyera el nivel de detalle que proporcionaban las pantallas, en las que se pod¨ªa ver a un Sabina emocionado, plenamente consciente de la letra que estaba cantando. En esas mismas pantallas se pudo apreciar su cara de felicidad sorprendida ¡ªy sorprendente¡ª cuando escuchaba a la gente corear sus canciones. O los momentos en que se encog¨ªa de hombros ante los aplausos, a medio camino entre ?qu¨¦ hecho yo para merecer esto? y ?qu¨¦ quer¨¦is que le haga? Como si tuviera raz¨®n cuando dice que no concibe que la gente pague una entrada por esa voz rota o que el p¨²blico no viene por ¨¦l, sino por sus canciones. ¡°Tiene otros recursos para emocionar. Es una voz contundente, sabia y reconocible. A ver si se lo empieza a creer ya¡­¡± concluye con iron¨ªa Barros.

Durante toda la gira, las gradas han estado impregnadas de cierto aroma de despedida. De fiesta con gotas de melancol¨ªa. Con la pregunta en el aire de si no habr¨¢ m¨¢s conciertos de Sabina. ¡°Mucha gente ha acudido como si fuera la liturgia de la ¨²ltima misa¡±, define Garc¨ªa de Diego. Berry piensa que no, que ¡°en 2025 podr¨ªa hacer algunas actuaciones¡±. Sus compa?eros de banda creen que ni el propio Sabina lo sabe. Y que tampoco lo quiere saber.