Jos¨¦ Luis Turina afronta una residencia de altos vuelos
El compositor madrile?o consigue una depurada escritura musical, limada hasta el ¨²ltimo detalle. No enmascara los destellos de expresi¨®n que son tan gratos de escuchar hasta para el m¨¢s esc¨¦ptico de los oyentes
El CNDM (Centro Nacional de Difusi¨®n Musical) ha elegido este curso al compositor madrile?o Jos¨¦ Luis Turina (1952) como compositor residente en su actual temporada, un reconocimiento que se ha hecho esperar, pero que brinda, en cualquier caso, uno de los recorridos creadores m¨¢s atrayentes y extensos del panorama musical actual en nuestro pa¨ªs.
Es dif¨ªcil resumir a Turina: explosivo y sereno, convencional y experimental, violento y delicado¡, todo a la vez. Quiz¨¢ por ello, esta residencia que ofrece un amplio p...
El CNDM (Centro Nacional de Difusi¨®n Musical) ha elegido este curso al compositor madrile?o Jos¨¦ Luis Turina (1952) como compositor residente en su actual temporada, un reconocimiento que se ha hecho esperar, pero que brinda, en cualquier caso, uno de los recorridos creadores m¨¢s atrayentes y extensos del panorama musical actual en nuestro pa¨ªs.
Es dif¨ªcil resumir a Turina: explosivo y sereno, convencional y experimental, violento y delicado¡, todo a la vez. Quiz¨¢ por ello, esta residencia que ofrece un amplio panorama de su largo trabajo sea la mejor si no la ¨²nica manera de abarcar una trayectoria que se escabulle de las definiciones f¨¢ciles. El concierto que present¨® anoche el Tr¨ªo Arb¨®s consigue, en un ¨¢mbito reducido, ver algunas de esas facetas y esos afectos de Turina. Dos tr¨ªos de amplio contraste, nervioso y virtuos¨ªstico el primero, Tres tercetos (2003), sutil y reflexivo el segundo, Viaggio di Parnaso (2005). Incluso si faltara alg¨²n detalle m¨¢s, la propina que ofreci¨® el Tr¨ªo Arb¨®s, Tango, del propio Turina, a?ad¨ªa datos de sensualidad y juego a lo escuchado.
Y no era f¨¢cil salir bien parado con este semirretrato dentro de un concierto en el que se escuchaban, adem¨¢s, dos cl¨¢sicos de las ¨²ltimas d¨¦cadas, el Tr¨ªo n? 2, del italiano Salvatore Sciarrino (1947), y el Piano trio (2012), del finland¨¦s Magnus Lindberg (1958). Y Turina lo consigue limpiamente, su depurada escritura musical, limada hasta el ¨²ltimo detalle, no enmascara los destellos de expresi¨®n que son tan gratos de escuchar hasta para el m¨¢s esc¨¦ptico de los oyentes, y todo ello sin concesiones. Una obra musical, en suma, que llama a la admiraci¨®n sin dejar de paladearse sin complejos; una suerte de milagro al que le viene bien el paso del tiempo para concederle toda la importancia art¨ªstica que alcanza.
En lo que respecta a las dos obras citadas ajenas al creador madrile?o, es una buena reflexi¨®n volver a escucharlas ahora. Sciarrino ha sido uno de los compositores m¨¢s aclamados de las ¨²ltimas d¨¦cadas. Sus viajes por los subsuelos del sonido musical lo convirtieron en referencia, una suerte de Lachenmann a la italiana, m¨¢s vital y carnoso que el puritano alem¨¢n. Parte de esos valores todav¨ªa tienen vigencia, pero ya no son moda, la construcci¨®n de sonidos instrumentales alternativos va remitiendo. Pese a ello, Sciarrino es aun grato a la escucha, incluso para los no iniciados; pero, la forma violenta en que ha cambiado el mundo, y especialmente el ¨¢rea occidental, nos hace preguntarnos si lo que preocupaba a los compositores de las ¨²ltimas d¨¦cadas del siglo pasado tiene a¨²n vigencia.
En el otro lado de la balanza, est¨¢ el finland¨¦s Magnus Lindberg, un autor fetiche de la principal camada que brind¨® su pa¨ªs, junto a Kaija Saariaho. Lindberg, algo m¨¢s joven que la paradigm¨¢tica creadora recientemente desaparecida, tiene un brillo especial en el ¨¢mbito elegido de su eclecticismo complejo y de eficac¨ªsima sonoridad. Su Piano trio, la pieza m¨¢s actual de las ofrecidas en el concierto, deja un sabor contundente, como una buena comida n¨®rdica. Le funciona muy bien la divisi¨®n cl¨¢sica en tres movimientos y el ¨²ltimo se alza como un trofeo musical sobre lo que le antecede.
En suma, la elecci¨®n del programa, entiendo que, a cargo del Tr¨ªo Arb¨®s, es un aut¨¦ntico men¨² sin desperdicio y, como dec¨ªa al principio, Turina sobrevive con nota alta al desaf¨ªo de confrontarse con dos modelos que son paradigmas de lo que se ha hecho en estas ¨²ltimas d¨¦cadas.
En cuanto al Tr¨ªo Arb¨®s, protagonista instrumental del concierto, es dif¨ªcil no adjudicarle una parte no menor en el ¨¦xito de la sesi¨®n. Esta agrupaci¨®n, formada por el pianista Juan Carlos Garvayo, el violinista Ferdinando Trematore y el violonchelista Jos¨¦ Miguel G¨®mez, alcanza sus mejores a?adas con una madurez admirable. El ¨²nico cambio en sus m¨¢s de 25 a?os de existencia ha sido el del viol¨ªn en un par de ocasiones, y el joven italiano Ferdinando Trematore se comporta como un veterano virtuoso, capaz de las mayores haza?as brindando una compenetraci¨®n ejemplar con los dos m¨²sicos fundadores. No es nada f¨¢cil, cr¨¦anme, convertir m¨²sicas de las ¨²ltimas d¨¦cadas, con po¨¦ticas y t¨¦cnicas distintas, en algo naturalmente idiom¨¢tico en un tr¨ªo de viol¨ªn, violonchelo y piano. Indudablemente, el Tr¨ªo Arb¨®s y su espl¨¦ndida madurez es ya un ¨¦xito colectivo, un logro que nos concierne a todos en un pa¨ªs donde tan costosas resultas estas proezas.
Ficha t¨¦cnica
José Luis Turina, Tres tercetos y Viaggio di Parnaso. Salvatore Sciarrino, Trío nº 2. Magnus Lindberg, Piano trio. Intérpretes: Trío Arbós. CNDM. Ciclo series 20/21. Auditorio 400. MNCARS. Lunes, 15 de enero, 19.30 horas.