El caf¨¦ que transform¨® a Turina
Los impresionistas franceses le ense?aron a hacer sinfon¨ªas, y ¨¦l las convirti¨® en farrucas. La Fundaci¨®n Juan March recuerda al compositor con un ciclo de conciertos y una exposici¨®n
Sal¨®n de Oto?o de Par¨ªs, 1907. En el escenario suena una m¨²sica de sal¨®n palaciego, y en el patio de butacas un hombre le pregunta a un chaval: ¡°?Es ingl¨¦s el compositor?¡±. A lo que contesta: ¡°No se?or, es sevillano¡±. El que pregunta es Isaac Alb¨¦niz, el joven, Manuel de Falla, y el compositor, Joaqu¨ªn Turina. Despu¨¦s del estreno de su Quinteto aquella noche, Alb¨¦niz se los lleva a los dos a tomar un caf¨¦, y aquella conversaci¨®n cambia para siempre la vida de Turina. Durante el mes de marzo, la Fundaci¨®n Juan March le dedica al compositor sevillano un ciclo de conciertos y una exposici¨®n de parte de su legado, que la instituci¨®n custodia.
Aquel caf¨¦ en Par¨ªs impuls¨® a Falla y Turina a apostar por composiciones que recalcaran la m¨²sica tradicional espa?ola. Tanto marc¨® al sevillano, que reneg¨® de toda su obra anterior y comenz¨® de nuevo. ¡°Par¨ªs fue un antes y un despu¨¦s. Si no hubiera ido a Par¨ªs la m¨²sica de mi abuelo ser¨ªa algo absolutamente anodino. Mi abuelo es un gran compositor, con algunas obras de una altura similar a la de Falla, pero el planteamiento de mi abuelo era m¨¢s local¡±, explica su nieto y tambi¨¦n compositor Jos¨¦ Luis Turina.
En la Schola Cantorum de Par¨ªs aprendi¨® Turina de D'Indy y Seryeux a componer siguiendo los preceptos de la m¨²sica c¨ªclica de Franck, pero con su toque personal: fugas hechas con farrucas, temas lentos de sinfon¨ªa que son peteneras¡ ¡°Lo que hace es impregnar en las grandes formas musicales europeas el sabor caracter¨ªstico de la m¨²sica espa?ola¡±, explica su nieto.
Un lado desconocido de Turina es su papel como fot¨®grafo. En la Juan March se guardan m¨¢s de 2.000 fotograf¨ªas realizadas por ¨¦l en sus viajes y una colecci¨®n de otras 2.000 postales, de las que se exhibe una muestra en la fundaci¨®n. ¡°Era met¨®dico y minucioso. Hay hasta libros de balance en los que hay signos que no hemos conseguido descifrar¡±, explica Jos¨¦ Luis Turina.
Cuatro conciertos para rememorar el Par¨ªs de Turina
- 7 de marzo. Jordi Mas¨® toca al Turina de las influencias con obras de Franck, Falla y Alb¨¦niz.
- 14 de marzo. Sus estudios en la Schola Cantorum reflejados en obras de D'Indy, Nin y Turina.
- 21 de marzo. Las relaciones con Europa a trav¨¦s de Brahms y su 'Quinteto'.
- 28 de marzo. Par¨ªs en la voz de Mar¨ªa Jos¨¦ Montiel, con obras de Faur¨¦ a Satie.
La guerra oblig¨® al compositor sevillano a salir de Par¨ªs en 1914. Desde entonces y hasta su muerte, Madrid ser¨ªa su casa. En la capital fue concertador del Teatro Real, catedr¨¢tico de Composici¨®n en el Real Conservatorio y compositor por encargo. ¡°Mi abuelo se vi¨® obligado a componer mucho por necesidad. Ten¨ªa una familia enorme a la que mantener¡±, comenta su nieto. Algo que le impidi¨® sacar el m¨¢ximo partido a su madurez, en la que compuso La oraci¨®n del torero, La procesi¨®n del Roc¨ªo y las Danzas Fant¨¢sticas, ¡°aut¨¦nticas obras maestras¡±.
Esa ¨¦poca de madurez se vio cercenada para siempre por el comienzo de la Guerra Civil. ¡°Turina sufri¨® mucho y estuvo calladito. Esper¨® a que escampara¡±, explica el music¨®logo Jos¨¦ Luis Garc¨ªa del Busto. No se movi¨® de Madrid durante toda la contienda, con la angustia de saber que dos de sus hijos estaban en el frente y que no ten¨ªa para comer ¡ªel c¨®nsul brit¨¢nico lo acogi¨® y le mandaba comida a su casa para que sobreviviera su familia¡ª. En esos tres a?os no fue capaz de escribir una nota y una enfermedad cr¨®nica y el hambre lo fueron mermando. ¡°Dej¨® empezada una obra que se llama En el cortijo y que no termin¨® hasta el 39¡±, comenta su nieto.
Tras el fin de la contienda, Turina pesaba 44 kilos y sab¨ªa que pocas obras saldr¨ªan ya de sus manos: viv¨ªa a base de morfina para aplacar los dolores, y estuvo ingresado en la L¨®pez Ibor, a cargo de Gregorio Mara?¨®n. Franco lo nombr¨® Comisario de la M¨²sica y ¨¦l acept¨® ¡°como experto, no con ninguna intenci¨®n pol¨ªtica¡±, explica su nieto. Desde ese puesto cre¨® la Orquesta Nacional de Espa?a. ¡°Han tenido que pasar muchas d¨¦cadas y que llegara gente desprovista de prejuicios para valorar su obra. La m¨²sica de mi abuelo fue igual durante la monarqu¨ªa, la rep¨²blica y la posguerra¡±.
Cuando Turina muri¨® en 1949, dej¨® su rico legado lleno de historia a su familia y su m¨²sica a la Humanidad. En este ciclo estar¨¢n algunas de sus obras como el tr¨ªptico Sevilla, la Sonata espa?ola para viol¨ªn y piano, aquel primer Quinteto del Sal¨®n de Oto?o y la Saeta en forma de Salve a la Virgen de la Esperanza, que se subir¨¢n a las tablas de la fundaci¨®n del 7 al 28 de marzo.
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