?Qu¨¦ m¨¦rito¡­!

Si es verdad que torear es un milagro, que lo es, lo sucedido en La Maestranza es la prueba irrefutable de la veracidad de la afirmaci¨®n. Los tres toreros del cartel torean muy poco (Lama, seis corridas en 2023, y Calerito y Ruiz Mu?oz, tres cada uno), y los dos primeros han hecho realidad parte de esos sue?os que tantas noches de duermevela habr¨¢n dibujado en su pel¨ªcula personal de triunfos.

Calerito ha tenido buen cartel desde sus inicios como novillero, pero las circunstancias no le han permitido romper como torero de ferias. Hoy, sin embargo, ha demostrado que ese milagro es posible porque tiene valor, entrega, pundonor y ganas de comerse el mundo.

Se le nota, y es normal, que no ha lidiado treinta corridas la temporada pasada, pero esta tarde ha paseado dos orejas que, sin duda, le servir¨¢n para usar en m¨¢s ocasiones el traje de luces. No han sido faenas rotundas, cada uno de los trofeos lleva el a?adido del cari?o del p¨²blico, pero hay que admitir y valorar el esfuerzo de estos toreros nuevos con capacidad para pensar delante de los toros la tarde de su cara y cruz, la tarde definitiva de su temporada.

Y Calerito comenz¨® con un bonito quite por chicuelinas en el primer toro de Ruiz Mu?oz, y destac¨® en otro quite en el sexto del mismo palo que cerr¨® con una excelsa y larga media ver¨®nica. Brind¨® su primero al padre de Espartaco, su maestro desde que era un ni?o, e inici¨® la faena de muleta de rodillas, aguant¨® la codicia del toro y encendi¨® la tarde. Dur¨® poco el animal, como toda la corrida, pero a Calerito se le vio asentado y firme en una labor corta y presidida por la intensidad de un hombre que buscaba el triunfo con admirable ah¨ªnco. Sali¨® en el sexto a darlo todo ante un toro con movilidad al que fragu¨® una faena irregular, presidida por el tes¨®n y cuajada de detalles. A pesar de que mat¨® mal, los tendidos pidieron mayoritariamente la oreja que pase¨®.

Arrebatado se le vio a Lama de G¨®ngora cuando sonaron los clarines que anunciaban la salida del cuarto. Antes, hab¨ªa veroniqueado primorosamente a un toro nobil¨ªsimo, el que abri¨® plaza, que acudi¨® con presteza al caballo, y derroch¨® nobleza en el tercio final, pero muy pronto se qued¨® sin vida. Los intentos del torero resultaron bald¨ªos.

Quiz¨¢ por eso, y por la oreja que hab¨ªa cortado Calerito en el tercero, Lama cruz¨® el ruedo y se plant¨® de rodillas frente a la puerta de toriles a la salida del cuarto. El toro casi lo arrolla al ejecutar la larga cambiada, capotazo que repiti¨® dos veces m¨¢s en el tercio. No pudo centrarse ante un animal de comportamiento irregular hasta que cit¨® por naturales y dibuj¨® de uno en uno, en tres tandas, muletazos de mucha enjundia que fueron justamente jaleados por los tendidos. Es decir, que dijo en voz alta que tambi¨¦n merece mejor trato de las empresas.

Y Ruiz Mu?oz tuvo peor suerte. Se luci¨® a la ver¨®nica en un quite al que abri¨® plaza, pero su lote fue el menos propicio para el triunfo. Cansino, soso y deslucido fue el primero, y muy complicado el quinto, con el que se mostr¨® desconfiado en exceso.

Calerito llor¨® como un ni?o cuando lo alzaron en hombros para disfrutar del triunfo. Cualquiera sabe las l¨¢grimas que llevar¨¢ derramadas a causa del olvido. ?Qu¨¦ m¨¦rito¡­!