Brian Jones: el ¨¢ngel infernal de The Rolling Stones
El gran pavo real del pop brit¨¢nico fue expulsado por sus amigos de la banda
Por estas fechas, coincidiendo con lo que hubiera sido el cumplea?os de Brian Jones, se reanima el debate sobre el personaje. Para unos, encarna el pecado original de The Rolling Stones, ejemplarizando esa crueldad que les ha permitido resistir durante 60 a?os. Otra opci¨®n: fue el prototipo de rock star malacostumbrada, un lastre del que hicieron bien en desprenderse.
Conviene recordar que Jones (Cheltenham, 1942-Hartfield, 1969) fue el l¨ªder y m¨¢ximo motor de la banda durante los primeros tiempos. De hecho, el management le pagaba secretamente una cantidad extra; cuando se supo, los otros miembros se indignaron. Pod¨ªa haber alegado que usaba esas libras esterlinas para mantener a los hijos que tuvo con diferentes novias pero, la verdad, se desentend¨ªa de su progenie. Ciertamente, no serv¨ªa como modelo ¨¦tico: se supone que maltrataba a la actriz Anita Pallenberg, que termin¨® refugi¨¢ndose en los brazos del otro guitarrista, Keith Richards.
Brian Jones era un peligro andante. Le parec¨ªa divertido fotografiarse con un uniforme de las SS. Imprudente, alardeaba ante desconocidos de su gusto por las drogas, abriendo la veda para el acoso policial contra los Stones (y muchos otros). Un inciso: fabulosa hipocres¨ªa que una de las causas invocadas para echarle de la banda fuera que sus transgresiones dificultaban conseguir el visado necesario para girar por Estados Unidos (el posterior ¡ªy mucho m¨¢s abultado¨D historial policial de Richards no impidi¨® que actuaran por aquel pa¨ªs).
No, Jones fue simplemente la v¨ªctima de una s¨®rdida lucha por el poder dentro de los Stones, ganada por Richards y Mick Jagger. A la vez perdieron, y tal vez no fueran conscientes de ello, una gran baza musical: Brian ampliaba la paleta sonora del grupo con su facilidad para incorporar instrumentos entonces ins¨®litos (sitar, salterio, flauta dulce, melotr¨®n, autoarpa etc). La nunca suficientemente ponderada etapa pop de los Stones es, en buena parte, obra de Brian Jones.
Pero hay m¨²sicos prodigiosos que, al final, carecen de la motivaci¨®n, la imaginaci¨®n, la energ¨ªa necesarias para desarrollar iniciativas propias. El ¨²nico disco con su nombre en portada es Brian Jones Presents the Pipes of Pan at Joujouka, salvajes grabaciones de campo realizadas en las monta?as del Rif y manipuladas en estudio. Nunca se han publicado legalmente la banda sonora que hizo para Mord und Totschlag (1967), segundo largometraje de Volker Schl?ndorff, protagonizado por su querida Anita. Ahora se puede escuchar, de aquella manera, en YouTube.
Hay divergencia de opiniones respecto a ese soundtrack. El director alem¨¢n, nada impresionado por el hecho de que hubiera convocado a pesos pesados como Jimmy Page o Nicky Hopkins, sac¨® una opini¨®n negativa de la forma de trabajar de Jones. Sin embargo, el ingeniero de las sesiones, Glyn Johns, que no siempre se muestra amable con los m¨²sicos que produce, defiende la inventiva del stone.
Ya saben el desenlace de la deriva de Brian Jones. Despedido oficialmente de The Rolling Stones el 8 de junio de 1969, se ahog¨® en su piscina la noche del 2 de julio: se le atribuye la fundaci¨®n del hipot¨¦tico club de los 27. Pero Pallenberg no cre¨ªa en maldiciones o castigos divinos: ¡°Estaba rodeado de gente que no sab¨ªa qu¨¦ hacer con un asm¨¢tico que se hab¨ªa excedido con las drogas¡±. ?Tan sencillo?
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