Sobresaliente Diego Ventura
El caballero portugu¨¦s cort¨® dos orejas a un bravo toro de San Pelayo, y Sergio Gal¨¢n y Guillermo Hermoso de Mendoza fueron ovacionados
Diego Ventura rompi¨® a llorar cuando su segundo toro se desplom¨® tras un certero rej¨®n en todo lo alto y los tendidos se poblaron de pa?uelos. Exig¨ªan las dos orejas para un rejoneador que no cede el primer puesto del escalaf¨®n por su conocimiento, su alto sentido del toreo a caballo y una cuadra renovada pero tan sobresaliente como en las temporadas precedentes.
La Puerta del Pr¨ªncipe se le cerr¨® al pinchar dos veces en su primero y el trofeo que ten¨ªa cortado qued¨® en una merecida ovaci¨®n, pero toda la tarde del caballero ha sido de una torer¨ªa extraordinaria, con una capacidad innata para llegar al p¨²blico y un desmedido inter¨¦s por realizar las suertes con la m¨¢xima pureza.
Si bien dej¨® constancia de su torer¨ªa en el primero galopando con el caballo Fabuloso a dos pistas y burlando al toro por los adentros, y luciendo a Nivaldo que desaf¨ªa a su oponente a escasa distancia, Ventura destac¨® sobremanera en el quinto. Esa actuaci¨®n fue casi perfecta de principio a fin, con una cuadrilla equina sencillamente espectacular: Guadalquivir, para parar al toro de salida en un palmo de terreno; N¨®mada, templando a dos pistas y realizando piruetas en la cara del toro que calentaron los tendidos; L¨ªo, torer¨ªsimo, que acude a galope a los terrenos del animal y quiebra en su cara en el tercio de banderillas; Bronce, que dobla las manos en una singular reverencia, y sin cabezada permite que el jinete clave un emocionante par de banderillas a dos manos, y Guadiana, la mejor pareja para las cortas y las rosas finales. Dos orejas merecidas, l¨¢grimas de emoci¨®n y un triunfo m¨¢s de un torero a caballo de ¨¦poca.
Sus compa?eros no desentonaron. Por Sergio Gal¨¢n no pasan los a?os, pero sigue siendo el mismo y su toreo provoca pocas pasiones. Ejecuta un rejoneo cl¨¢sico, t¨¦cnico y fr¨ªo, y le cuesta enardecer a los espectadores. Lo hace todo bien, pero transmite poco, circunstancia que le ha acompa?ado a lo largo de su carrera.
Y Guillermo Hermoso sigue escalando puestos, aunque hoy no ha dado muestras de ese ¨ªmpetu juvenil del que ha hecho gala en anteriores comparecencias. Cuenta con una cuadra excepcional, destac¨® en todos los tercios ante dos toros muy nobles, y fall¨® en la suerte suprema: un metisaca en su primero y un rejonazo muy trasero que dilat¨® la muerte del sexto. Los ¨¢nimos se enfriaron y no pudo pasear los trofeos que a buen seguro merec¨ªa. Su buen concepto destac¨®, sobre todo, a lomos de Berl¨ªn en el tercio de banderillas y en las espectaculares hermosinas en ambos toros.
Por cierto, alg¨²n premio merecen los toros de San Pelayo, propiedad de El Capea. Parecen criados por la inteligencia artificial para el lucimiento de los caballeros. Nobil¨ªsimos hasta la santidad, con templada movilidad y de una clase sin igual. Si algunos se pararon fue por agotamiento. Los toros son atletas, pero algunos rejoneadores, como es el caso de Sergio Gal¨¢n, los someten a excesivas y prescindibles carreras.
Esa suprema nobleza de los animales repercute negativamente en la emoci¨®n de las suertes porque el peligro desaparece en apariencia. Lo curioso y llamativo es que la plaza estaba llena. Mejor as¨ª.
San Pelayo/Gal¨¢n, Ventura, Hermoso
Toros despuntados para rejoneo de San Pelayo, correctos de presentación, bravos y nobilísimos, especialmente el primero y el quinto.
Sergio Galán: rejón contrario y trasero y tres descabellos (ovación); rejón muy trasero y rejón trasero (silencio).
Diego Ventura: dos pinchazos y rejonazo (ovación); rejón en lo alto (dos orejas).
Guillermo Hermoso de Mendoza: metisaca (ovación); rejón muy trasero y un descabello (gran ovación).
Plaza de La Maestranza. 14 de abril. Octava corrida de abono de la Feria de Abril. Lleno.
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