Mayra Montero, escritora: ¡°Mi noche con Bobby Fischer fue una suerte, no una violaci¨®n¡±
La narradora cubana relata el encuentro que tuvo con el ajedrecista a los 14 a?os en una novela dolorosa por el sufrimiento familiar
Mayra Montero es maestra en novelas er¨®ticas de calidad que le han valido importantes premios. Pero esta vez ha puesto sobre la mesa una historia personal que escarba en la intimidad que comparti¨® con Bobby Fischer en 1966, cuando acudi¨® al hotel en el que el ajedrecista se quedaba en La Habana en busca de un aut¨®grafo y acab¨® en sus brazos. Ella ten¨ªa 14 a?os. ?l, 23. La autora, nacida en Cuba hace 72 a?os, lo narra en La tarde que Bobby Fischer no baj¨® a jugar (Tusquets), una historia de...
Mayra Montero es maestra en novelas er¨®ticas de calidad que le han valido importantes premios. Pero esta vez ha puesto sobre la mesa una historia personal que escarba en la intimidad que comparti¨® con Bobby Fischer en 1966, cuando acudi¨® al hotel en el que el ajedrecista se quedaba en La Habana en busca de un aut¨®grafo y acab¨® en sus brazos. Ella ten¨ªa 14 a?os. ?l, 23. La autora, nacida en Cuba hace 72 a?os, lo narra en La tarde que Bobby Fischer no baj¨® a jugar (Tusquets), una historia de amor y dolor que no juzga, sino que bordea y desaf¨ªa el andamiaje que hoy delimita el consentimiento. Y un retrato de un pa¨ªs turbulento rendido al ajedrez.
Pregunta. Le ha costado m¨¢s de 50 a?os contar esta historia. ?Por qu¨¦ ahora?
Respuesta. Aunque yo no era consciente, hoy veo que ten¨ªa que esperar ciertas condiciones en mi vida: que fuera vieja, viuda y hu¨¦rfana. Estas son p¨¢ginas muy duras porque mi madre enloqueci¨® y hasta que ella no muriera yo no pod¨ªa hacerlo. Con mi marido vivo tampoco habr¨ªa podido hacerlo, pero ¨¦l muri¨® hace 11 a?os. Una cosa es escribir novelas er¨®ticas que para ¨¦l eran inventadas y divertidas, aunque saques episodios de la vida real, y otra escribir sobre un hombre al que amaste, aunque fuera un amor plat¨®nico tras una relaci¨®n de una noche. Ha sido una novela muy dolorosa en la parte familiar porque tuve una adolescencia muy triste, mi mam¨¢ no andaba bien. Pero la parte feliz de la novela fue hacer memoria de esa ¨¦poca.
P. ?C¨®mo era Bobby Fischer? ?Maleducado, loco, encantador?
R. Era un nene que parec¨ªa de mi edad, aunque ¨¦l ten¨ªa 22 o 23 a?os. Era como un ni?o. Los muchachos de 15 y 16 con los que yo me relacionaba eran m¨¢s maduros que ¨¦l. Era raro, muy raro, pero cari?oso a la vez, falto de cari?o. Lo recuerdo con mucha ternura. S¨¦ que me criticar¨¢n mucho porque es una novela a contrapelo de las reivindicaciones actuales. Es una historia agradable y positiva de ese tipo de relaci¨®n que se daba entre una ni?a y un adulto.
P. Esto hoy se llama pederastia.
R. ??l hubiera ido preso! Y yo tambi¨¦n porque era un delito meterse en la habitaci¨®n de un gringo en plenas olimpiadas de ajedrez. Todo fue muy r¨¢pido.
P. ?Y c¨®mo definir¨ªa lo que ocurri¨®? ?Seducci¨®n, enamoramiento, violaci¨®n?
R. S¨ª, seducci¨®n, yo vi muy natural lo que pas¨®. Jam¨¢s sent¨ª violencia. Por eso digo que es una novela a contrapelo. Fue muy natural. ¡°?Quieres un helado?¡±, me dijo. ¡°S¨ª, de pi?a glas¨¦¡¡±, ped¨ª, porque me pareci¨® que as¨ª yo era m¨¢s interesante. Y me bes¨® y pens¨¦, qu¨¦ lindo es. No me pareci¨® un caso de abuso, de violaci¨®n, en que el tipo te parece siempre asqueroso y te est¨¢ forzando. No. Yo qued¨¦ deslumbrada por aquel chico tan bello, era bell¨ªsimo, y tan distinto a todos los cubanitos que yo conoc¨ªa. Era como que me hab¨ªa ca¨ªdo Dios del cielo. Y as¨ª lo recuerdo: ?Qu¨¦ suerte tengo!
P. Usted lo define como consentido. ?Pero hasta qu¨¦ punto consiente una ni?a de 14 a?os?
R. Quiz¨¢ hoy d¨ªa se piensa que yo no pod¨ªa consentir porque ¨¦l era mayor.
P. Y una autoridad. Usted era fan.
R. Pero no era una posici¨®n de poder porque yo no era ajedrecista, yo no lo vi as¨ª. Yo lo vi, ese muchacho rubio tan hermoso, me dije: lo quiero ver, lo quiero conocer. No s¨¦ qu¨¦ decirte. Mi prima se cas¨® a los 15. La hermana de mi abuela se cas¨® a los 13. Yo fui feliz, de verdad. ?Consent¨ª, no consent¨ª? En aquel contexto de aquellos a?os uno no se planteaba eso. Para m¨ª era haber estado con un muchacho, no con un abusador viejo, baboso, que te manosea, que te entrampa.
P. Tambi¨¦n se enamor¨®. Pero ¨¦l nunca contact¨®.
R. ?l no ten¨ªa mi nombre ni mi direcci¨®n. Quedamos al d¨ªa siguiente, pero me encerraron despu¨¦s de pasar la noche fuera y no pude verle. Fue una pena muy grande y despu¨¦s ¨¦l se fue.
P. ?C¨®mo sigui¨® su carrera y tambi¨¦n su deriva, su desequilibrio?
R. Al principio s¨ª lo segu¨ª, despu¨¦s ya no tanto. M¨¢s tarde me enter¨¦ de que estaba mal, tan trastornado, ¨¦l no quer¨ªa ni que le arreglaran los dientes porque pensaba que le iban a poner un micr¨®fono, tuvo una vida muy triste.
P. ?Usted intent¨® ponerse en contacto despu¨¦s?
R. No ten¨ªa ni d¨®nde. Estuvo preso en Jap¨®n, lo sacaron e Islandia lo acogi¨®, lo fueron a buscar en avi¨®n privado. ?l ven¨ªa como un nene, viejo ya, acabado. No era viejo, pero la c¨¢rcel lo hab¨ªa matado. Y ven¨ªa cantando We are the people.
P. Lo primero que le dijo a usted fue: ?Te mandan los rusos?
R. ?l ten¨ªa esa obsesi¨®n. Est¨¢bamos en plena Guerra Fr¨ªa y sus principales contrincantes eran rusos. Despu¨¦s se obsesion¨® con los jud¨ªos, a pesar de ser jud¨ªo por parte de padre y madre. Fue parte de su trastorno mental severo.
P. ?l era antisemita.
R. Fue muy antisemita. El punto culminante de su delirio es que celebr¨® el ataque a las Torres Gemelas y ah¨ª le cerraron totalmente la posibilidad de regresar a EE UU. Dio mucha gloria a su pa¨ªs, pero no pudo ni ir a los funerales de su madre o su hermana.
P. ?Qu¨¦ es el ajedrez para usted?
R. Mi padre me ense?¨®, pero nunca fui constante. Es un proceso de abstracci¨®n e imaginaci¨®n muy grande y exige ser muy, muy creativo. Fischer era un genio, definitivamente. ?l me dijo que ve¨ªa las jugadas aqu¨ª (se?ala la cabeza). Y estaba muy bueno.
P. ?Es su libro m¨¢s personal, el m¨¢s dif¨ªcil?
R. No s¨¦ lo de dif¨ªcil, pero s¨ª el m¨¢s personal, el m¨¢s doloroso. Me ha costado mucho. Es autobiogr¨¢fico y autorreferencial. Todos los libros tienen algo m¨ªo, pero este el que m¨¢s.
P. Usted dej¨® Cuba hace muchos a?os. ?Ha vuelto?
R. De un tiempo a esta parte no he querido volver. La situaci¨®n es ca¨®tica, pero como el mundo est¨¢ tan revuelto, lo de Cuba ha pasado a segundo plano. La v¨¢lvula de escape es terrible, que es irse. Y, si todo el mundo se va, las cosas no se pueden arreglar.