Cuando naci¨® el mito de Bobby Fischer
Hace 60 a?os, el estadounidense gan¨® con solo 14 el Campeonato absoluto de ajedrez de su pa¨ªs
![Leontxo Garc¨ªa](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fcd125f6d-44b3-4c5f-ae95-aa3bc97318b6.png?auth=6d22f2f55024283aaffda86113e8e7d601d19030d56a16b56634508afff5fccc&width=100&height=100&smart=true)
![Bobby Fischer, a su llegada a Nueva York en agosto de 1958, después de un torneo en Yugoslavia.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/6VTOCI7MSFT24MKH5G6E4Z3YTM.jpg?auth=cdfbd7fd1d179e6bbec8fe935ac7df969625a745575f63192b931d74f41684d5&width=414)
Lo que Bobby Fischer hizo el 7 de enero de 1958 en Nueva York roza lo imposible incluso hoy. A pesar de que la enorme influencia del entrenamiento con computadoras ha causado que la precocidad en el ajedrez sea aun mayor que en m¨²sica y matem¨¢ticas, aquella proeza sigue asombrando. Ganar el Campeonato absoluto de EE UU a los 14 a?os fue la primera haza?a de un genio cuya vida y muerte (2008) son de pel¨ªcula.
"A los 14, convierte en peones a los 13 mejores [jugadores de EE UU]", era el titular de una cr¨®nica de Douglas Sefton en el Daily News del 9 de enero. "El ajedrecista del siglo" y "Su pr¨®xima jugada ser¨¢ el t¨ªtulo mundial" eran otras descripciones dedicadas al portento que pocos meses antes hab¨ªa ganado el campeonato nacional juvenil y el prestigioso Abierto de un pa¨ªs donde apenas se hab¨ªa hablado de ajedrez desde el siglo XIX, cuando otro genio, Paul Morphy (1837-1884), fue considerado campe¨®n del mundo oficioso.
Pero Fischer no fue campe¨®n del mundo hasta 1972. En gran parte, porque eso supon¨ªa una haza?a todav¨ªa mayor: doblegar el imperio sovi¨¦tico en ajedrez (el 75% de los mejores del mundo eran de la URSS). Pero tambi¨¦n porque el car¨¢cter d¨ªscolo y exc¨¦ntrico de "la gran esperanza occidental" provoc¨® su retirada de varias competiciones clave (mucho antes de renegar de su doble condici¨®n de jud¨ªo, por parte de madre y padre, Fischer se negaba a jugar los viernes por motivos religiosos) y demor¨® su llegada a la cumbre del deporte mental.
Eso s¨ª, Bobby solo viv¨ªa para el ajedrez, obsesivamente. Aunque la cr¨®nica de Sefton destaca que "fue al colegio normalmente" el d¨ªa 8 por la ma?ana a pesar de que no fue proclamado campe¨®n hasta pasada la medianoche, sus profesores hab¨ªan hecho un pacto con ¨¦l: "Sabemos que est¨¢s siempre pensando en partidas y no nos atiendes, pero al menos no pongas el tablero de bolsillo encima del pupitre". Eso no era un gran problema, porque aquel adolescente pod¨ªa memorizar cientos de partidas y analizarlas a ciegas. Adem¨¢s, eso le ayudaba a superar el trauma que sufri¨® a los nueve a?os, cuando su madre, Regina, le dijo que su verdadero padre no era el oficial, el alem¨¢n Gerard Fischer, residente en Chile, sino el eminente f¨ªsico h¨²ngaro Paul Nemenyi, reci¨¦n fallecido tras haber visitado a Bobby con frecuencia los dos a?os anteriores como "un amigo" de Regina.
Entre las gestas de Fischer, que dan para varios folios, destacan sobremanera las sendas palizas (6-0 y 6-0) que propin¨® a dos astros del tablero, el sovi¨¦tico Mark Taim¨¢nov y el dan¨¦s Bent Larsen, en los cuartos de final y semifinales del Torneo de Candidatos de 1971. Luego gan¨® con claridad en la final a otro as sovi¨¦tico, Tigr¨¢n Petrosi¨¢n, y se convirti¨® en el retador del campe¨®n, Bor¨ªs Spassky, en el famoso duelo (1972) de Reikiavik (Islandia), s¨ªmbolo de la guerra fr¨ªa entre EE UU y la URSS, que fue primera p¨¢gina durante meses en todo el mundo.
Fischer gan¨® y se convirti¨® en uno de los grandes h¨¦roes de su pa¨ªs, orgulloso de haber doblegado a los sovi¨¦ticos en un terreno que estos consideraban el escaparate de la pretendida superioridad intelectual del comunismo sobre el capitalismo. Pero la ca¨ªda de Fischer, trufada de graves trastornos mentales, fue tan estrepitosa como su ascensi¨®n a la fama. Renunci¨® a defender su t¨ªtulo ante Anatoli K¨¢rpov a pesar de que el dictador filipino Ferdinand Marcos hab¨ªa garantizado una bolsa de premios de cinco millones de d¨®lares de 1975. Desapareci¨® de la vida p¨²blica durante 20 a?os.
Reapareci¨®, en 1992, en un duelo contra Spassky en Yugoslavia en plena guerra, lo que implicaba violar el embargo internacional contra ese pa¨ªs; rodeado de c¨¢maras de televisi¨®n, Fischer escupi¨® sobre un documento enviado por la Casa Blanca donde se le advert¨ªa de las consecuencias. Nueve a?os despu¨¦s se alegr¨®, durante una entrevista con la emisora filipina Radio Bombo, del atentado contra las Torres Gemelas. Fue detenido en Tokio en 2004, para ser extraditado a EE UU, pero el Parlamento de Islandia le concedi¨® asilo en una sesi¨®n extraordinaria. Muri¨® en Reikiavik el 17 de enero de 2008 a los 64 a?os, uno por cada casilla del tablero, tras negarse a que le curasen un c¨¢ncer de pr¨®stata.
Ning¨²n aficionado deja de incluirlo en la lista de los mejores de todos los tiempos, a pesar de que algunas de sus marcas de precocidad ya han sido batidas, debido a que un ni?o ajedrecista, con ayuda de computadoras e Internet, puede aprender hoy en un d¨ªa lo que hace 30 a?os costaba un mes de duro trabajo. Por ejemplo, Fischer fue el gran maestro m¨¢s joven de la historia con 15 a?os y 6 meses, pero esa marca ha sido batida 20 veces; el actual poseedor es el ruso Sergu¨¦i Kariakin, quien logr¨® esa categor¨ªa (la m¨¢s alta en ajedrez) a los 12 a?os y 7 meses. Pero s¨®lo K¨¢rpov y Gari Kasp¨¢rov alcanzaron tanta fama como ¨¦l. Y nadie, ni siquiera ellos, fascina tanto a los aficionados, incluso hoy.
La clave de la precocidad
Cabe preguntarse por qu¨¦ en ajedrez, matem¨¢ticas (Gaus, Pascal, Galois, Wiener¡) y m¨²sica (Mozart, Menuhin, Schubert, Rameau, Haendel¡) ha habido muchos casos de genialidad con menos de 15 a?os; en cambio, la literatura ha producido muchos menos ejemplos y no tan precoces (Borges, Goethe, Rimbaud y Truman Capote no escrib¨ªan genialmente a los 14). La clave es la experiencia: para escribir como un genio hay que leer, escribir y vivir con intensidad casi imposible a esa edad; pero un ni?o superdotado para el ajedrez, la m¨²sica y las matem¨¢ticas s¨ª mostrar¨¢ su genialidad a edad muy temprana. A los 13, el actual campe¨®n del mundo, Magnus Carlsen, gan¨® a K¨¢rpov en un torneo de partidas r¨¢pidas en Islandia. Al d¨ªa siguiente jug¨® dos partidas con Kasp¨¢rov; empat¨® una y perdi¨® la otra; tras la derrota, se lament¨®: "He jugado como un ni?o".
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