Enga?abobos
Tom¨¢s Rufo cort¨® una generosa oreja; Castella pas¨® de puntillas y Manzanares naufrag¨® ante una corrida de Victoriano del R¨ªo desigual de presentaci¨®n, noble y con escaso fondo
El espect¨¢culo vivido en Las Ventas, colgado el cartel de ¡®no hay billetes¡¯ y ante un p¨²blico ¨¢vido de diversi¨®n y triunfalismo barato, ha sido un enga?abobos, un camelo, un timo¡
La tarde comenz¨® a naufragar en el primer toro, con el hierro de Toros de Cort¨¦s, de la misma casa que los dem¨¢s; era evidente que no ten¨ªa trap¨ªo para esta plaza y muchos novillos se han lidiado aqu¨ª con m¨¢s presencia que ese. Lo extra?o es que muchos espectadores se percataran de ello nada m¨¢s aparecer el animal en el ruedo y no hubiera captado tan importante detalle el equipo veterinario que mira y remira a los toros en los reconocimientos. Incomprensible, pero cierto. Ese toro, novillo, mejor dicho, era impresentable. Hubo protestas, s¨ª, pero pocas, y de liviano ruido, lo que da a entender que cada vez son menos los aficionados exigentes de otras ¨¦pocas.
Fue una enga?ifa la corrida entera, de muy desigual trap¨ªo, que cumpli¨® en los caballos, es verdad, y derroch¨® nobleza y soser¨ªa y muy corta duraci¨®n en el tercio final.
Y un enga?abobos fue la actuaci¨®n de la terna de figuras.
Muy preocupante el caso de Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares, que conserva su singular elegancia, pero ofrece una imagen de des¨¢nimo, desconfianza, incapacidad y oscuridad de ideas que distorsiona su carrera. No le cort¨® la oreja a su primero, un bendito de dulce embestida, porque no pudo, pero no porque el animal no se la ofreciera con mucho gusto y respeto. Embisti¨® con ritmo, con buen son, humillado, y el torero se empe?¨® en dar pases y m¨¢s pases acompa?ando el viaje, siempre al hilo del pit¨®n y muy despegado. Y as¨ª no es posible el toreo. No hubo entrega y s¨ª excesiva superficialidad.
Noble y bondadoso era tambi¨¦n el quinto, de corta duraci¨®n, como todos, pero un bendito, y Manzanares se mostr¨® como un pegapases vulgar que sorprendi¨®, incluso, a los muchos partidarios que buscaron afanosos, y no encontraron, una raz¨®n para la alegr¨ªa.
De puntillas pas¨® Castella, el triunfador de la feria del a?o pasado. Pas¨® desapercibido ante el birrioso y sos¨ªsimo primero, pero brind¨® al respetable el cuarto, confiado, se supone, en que era posible el triunfo. Comenz¨® entusiasta, bien plantado en el tercio, por alto, primero, un par de derechazos, un cambio de manos, una trincherilla y un pase de pecho, despu¨¦s, presididos por el buen gusto. Y tore¨® con prestancia a continuaci¨®n con un pase de las flores, y un elegante y muy templado cambio de manos. Y se acab¨® la fiesta. Tom¨® la muleta con la zurda, abus¨® del pico del enga?o, y toda la ilusi¨®n inicial se desdibuj¨®. Tambi¨¦n el animal se comport¨® como un boxeador noqueado, y Castella opt¨® por un arrim¨®n que no interes¨® a casi nadie.
Y Tom¨¢s Rufo sali¨® a matar al sexto con la convicci¨®n de que podr¨ªa abrir la Puerta Grande. P¨²blico fogoso hab¨ªa para eso y m¨¢s. Hab¨ªa cortado una oreja en su primero tras una espectacular voltereta que lo dej¨® maltrecho y una tanda de naturales bien trazados a un toro moribundo. No se le niega su disposici¨®n -comenz¨® de rodillas entre las dos rayas con cinco derechazos emocionantes-, pero cont¨® con el benepl¨¢cito de unos tendidos bullangueros, conmovidos ante la paliza que recibi¨® el torero en la paliza.
Por estatuarios comenz¨® ante el sexto, pero toro ten¨ªa escaso recorrido y Rufo prefiri¨® el toreo despegado y aquello fue de m¨¢s a menos.
Lo verdaderamente torero de la tarde lo protagonizaron los subalternos; por un lado, los picadores Manuel Jos¨¦ Bernal y Paco Mar¨ªa, y, por otro, Fernando S¨¢nchez, Rafael Viotti, Juan Jos¨¦ Trujillo, Sergio Blasco y Daniel Duarte, con las banderillas, a quienes acompa?¨® Jos¨¦ Chac¨®n, con los palos, tambi¨¦n, y en la lidia del primer toro.
Del R¨ªo/Castella, Manzanares, Rufo
Cinco toros de Victoriano del Río, desiguales de presentación, cumplidores en los caballos, nobles, sosos y blandos; el primero, de Toros de Cortés, anovillado y sosísimo.
Sebastián Castella: pinchazo y estocada corta y caída (silencio); _aviso_ estocada (ovación).
José María Manzanares: media estocada en la suerte de recibir (ovación); tres pinchazos y estocada que provoca derrame (silencio).
Tomás Rufo: media estocada que provoca derrame (oreja); dos pinchazos y estocada caída (silencio).
Plaza de Las Ventas. 16 de mayo. Sexta corrida de la Feria de San Isidro. Lleno de ‘no hay billetes’ (22.964 espectadores, según la empresa).
Se guardó un minuto de silencio en homenaje a Joselito 'el Gallo'.
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