El saber cambia de forma
Dado que ven¨ªa de saludar al saber torcido, un cierto trastorno me caus¨® el choque, el contraste, con los libros de l¨ªnea recta tan a la orden del d¨ªa
Se cumplen veinte a?os de la publicaci¨®n de Biblioteca, de Gon?alo M. Tavares, libro en el que, en lugar de viajar por pa¨ªses, se viaja por escritores, se viaja por Kafka y por Highsmith y por Swedenborg y por tant¨ªsimos otros. En la introducci¨®n, Tavares dice que le agrada la idea de que ¡°alguien pueda leer algunos de estos fragmentos hoy, y otros de aqu¨ª a algunos a?os¡±...
Se cumplen veinte a?os de la publicaci¨®n de Biblioteca, de Gon?alo M. Tavares, libro en el que, en lugar de viajar por pa¨ªses, se viaja por escritores, se viaja por Kafka y por Highsmith y por Swedenborg y por tant¨ªsimos otros. En la introducci¨®n, Tavares dice que le agrada la idea de que ¡°alguien pueda leer algunos de estos fragmentos hoy, y otros de aqu¨ª a algunos a?os¡±. Har¨¢ unas horas, he recogido el guante y he vuelto al libro veinte a?os despu¨¦s, y he reparado en que a Wittgenstein le describe as¨ª: ¡°Lateral mentalmente, como todo individuo interesante¡±.
Al instante, he visto que tres de los libros le¨ªdos ¨²ltimamente hab¨ªan sido urdidos por grandes mentes laterales. Obras de Mariana S¨¢ndez, de Mois¨¦s Mori, de Mar¨ªa Negroni. Las tres, con estilos en los que la literatura es esencial, se desmarcan de lo aburridamente fiel a la uniformidad de lo pasajero.
He pensado en lo lateral, con su capacidad de activar lo estancado, y en la desaparecida revista Lateral, que tom¨® su nombre de un agudo punto de vista de Elias Canetti, para quien el saber, a medida que crece, cambia de forma, porque no hay uniformidad en el verdadero saber: ¡°Todos los aut¨¦nticos saltos se realizan lateralmente, como los del caballo en el ajedrez. Lo que se desarrolla en l¨ªnea recta y es perceptible resulta irrelevante. Lo decisivo es el saber torcido y, sobre todo, lateral¡±.
Dado que ven¨ªa de saludar al saber torcido, un cierto trastorno me caus¨® el choque, el contraste, con los libros de l¨ªnea recta tan a la orden del d¨ªa, todos con su menosprecio o simple ignorancia de los problemas de estilo y con su abandono de cualquier tensi¨®n del pensamiento. Me salv¨¦ volviendo a La idea natural, de Mar¨ªa Negroni, donde se indaga en lo ¡°escrito¡± sobre la naturaleza a lo largo del tiempo ¡ªun bello cat¨¢logo de archivo¡ª y se hace evidente el inter¨¦s de la escritora de Rosario por lo lateral, por aquellas escrituras en las que destaca la singularidad de las propuestas y los desaf¨ªos a lo establecido.
Cualidades que tambi¨¦n se dan en Doble Autorretrato Mundo, de Mois¨¦s Mori, donde una sucesi¨®n de lecturas e investigaciones van construyendo la vida de quien las relata. Quien habla ah¨ª es un narrador¨Cpersonaje al que vemos ir entrelaz¨¢ndose con las historias del franc¨¦s ?douard Lev¨¦ y el peruano Jos¨¦ Mar¨ªa Arguedas, dos escritores que, en sus respectivos libros p¨®stumos y sin saber nada el uno del otro, anunciaron lisa y llanamente su suicidio.
M¨¢s que una novela, el libro de Mois¨¦s Mori es un ¡°tejido de huellas, un campo de citas, sombras¡±, una po¨¦tica de investigaci¨®n de senderos que se bifurcan huyendo de lo uniforme. Tendencia que est¨¢ de fondo en un libro emocionante y de gran maestr¨ªa t¨¦cnica: La vida en miniatura, de Mariana S¨¢ndez, novela conducida por las voces de dos mujeres que alternan su discurso y, al desplazarse a todos los laterales posibles de su f¨¢bula sobre c¨®mo mandarlo todo al diablo, nos revelan que en realidad s¨®lo la literatura, con sus insignificantes pero dorados secretos laterales, est¨¢ en el centro de la casa grande de la vida.