Grave cornada al banderillero Jos¨¦ Mora
Oreja barata para Sergio Flores y corrida muy desigual de Jos¨¦ Escolar
Lo m¨¢s aut¨¦ntico y valiente de la tarde lo protagoniz¨® un torero de plata frente al complicado y peligroso tercero. Jos¨¦ Mora, de la cuadrilla de G¨®mez del Pilar, ech¨® mano de coraje y torer¨ªa y, pese a las dificultades del astado de Jos¨¦ Escolar, quiso lucirse, arriesg¨® y puso un primer par de banderillas en todo lo alto.
El toro cortaba mucho, pero al subalterno murciano no le import¨® y repiti¨® la haza?a. Pese a lo mucho que le esper¨® el animal, Mora aguant¨® hasta el final y puso otro par en toda la cara, arriesgando una barbaridad. Fue entonces cuando, en un traspi¨¦, cay¨® al suelo y qued¨® a merced de los pitones. Y el de Escolar no le perdon¨®. Hizo por ¨¦l y le infiri¨® una grave cornada que le perfor¨® la vejiga.
Con el rostro dolorido y sangrando abundantemente, se lo llevaron r¨¢pidamente a la enfermer¨ªa entre un mar de capotes y desconcierto.
El percance de Jos¨¦ Mora fue la demostraci¨®n de que, aun jugando la suerte un papel fundamental, cuando se apuesta frente a un toro-toro sin ventajas, se corre un riesgo evidente. Y esa es precisamente la grandeza de esta fiesta.
Por su propio pie, en cambio, se marcharon el resto de toreros. Claro est¨¢, ellos no expusieron lo que el hombre herido. Ante una muy desigual corrida de Jos¨¦ Escolar, que lidi¨® varios toros muy serios y otros de muy escaso remate y trap¨ªo, prevalecieron las precauciones y la falta de compromiso.
Ejemplo de ello fue la actuaci¨®n de G¨®mez del Pilar, que tir¨® por la calle de en medio y abrevi¨® ante el lote m¨¢s complicado. Es verdad que sus dos oponentes desarrollaron listeza, peligro y fueron acortando el recorrido a la velocidad de la luz, pero tambi¨¦n lo es que un profesional de su experiencia debe hacer frente a las dificultades con mayor dignidad.
Nadie ¡ªsalvo alg¨²n insensato, quiz¨¢s¨D esperaba que el toledano se pusiera a dar derechazos y naturales templados y bellos; pero s¨ª que ense?ara a su lote y pudiera con ¨¦l. Lidiar un toro; algo que no hizo G¨®mez del Pilar. Contagiado de la psicosis de su cuadrilla, se fue inmediatamente a por la espada en medio de la indignaci¨®n de numerosos aficionados.
Tampoco fue la tarde de Sergio Flores. Y eso que le dieron una oreja tras matar de una estocada ca¨ªda al mejor ejemplar de la corrida, el segundo, de encastada nobleza y transmisi¨®n. Al igual que frente al reserv¨®n quinto, el mexicano abus¨® descaradamente del pico y anduvo acelerado y vulgar.
Ante un lote noble, pero soso ¡ªespecialmente el primero¨D, Fernando Roble?o no pas¨® de correcto. Unas veces m¨¢s al hilo del pit¨®n, otras m¨¢s ajustado, sobresali¨® en una buena tanda al natural que ejecut¨® en el ecuador de su segunda faena.
Al final, y ante unos tendidos divididos entre las palmas y los pitos, se marcharon todos juntos camino de sus respectivas furgonetas. Todos, salvo Jos¨¦ Mora, que pag¨® con sangre el arrojo y torer¨ªa que otros no tuvieron.
Escolar / Roble?o, Flores, G¨®mez del Pilar
Toros de José Escolar, desiguales de presentación (algunos, como 5º y 6º, muy justos por su escaso remate) y juego. Tomaron 17 varas, pero sin terminar de emplearse. Destacó en el último tercio el 2º, de encastada nobleza; 1º y 4º, nobles y sosos; 5º listo y reservón, no terminó de humillar; muy complicados y con peligro 3º y 6º.
Fernando Robleño: estocada ligeramente desprendida y contraria (silencio); pinchazo hondo, tres descabellos -aviso- dos descabellos más y se echa el toro (silencio).
Sergio Flores: estocada caída (oreja); tres pinchazos en los blandos y estocada atravesada -aviso- (silencio).
Gómez del Pilar: estocada contraria (silencio); pinchazo, estocada corta delanterilla, contraria y desprendida, y dos descabellos (pitos).
Plaza de toros de Céret (Francia). 7 de julio. 3ª y última de abono. Más de tres cuartos de entrada.
Babelia
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