Una divina Dua Lipa transforma Mad Cool en una gozosa discoteca
En la primera jornada del festival madrile?o tambi¨¦n tocaron Smashing Pumpkins (aguantando el tipo), Janelle Mon¨¢e (sensacional) o Garbage (agobiados)
En la primera canci¨®n, Training Season, cuatro bailarines formaron un trono de m¨²sculos y alzaron a la reina al cielo de Madrid. La percusi¨®n disco golpeaba en el est¨®mago de la gente. Con ning¨²n cabeza de cartel de sus siete ediciones mut¨® el festival Mad Cool de una forma tan clara en discoteca como con Dua Lipa. Una pista de baile con m¨²sica sofisticada, molona, que provocaba sudores mezclados con perfumes, incluso alguno caro. Una especie de Studio 54 gigantesco con una reina divina, tocada por la diosa de la elegancia (¡°t¨² eres la elegida¡±) que se movi¨® como una n¨ªnfula seduciendo aqu¨ª y all¨¢ y convirtiendo un mi¨¦rcoles cualquiera de verano t¨®rrido y somnoliento en una estimulante noche para darle alborozo al cuerpo y a la mente.
Se inaugur¨® Mad Cool 2024 en el espacio Iberdrola Music, en el distrito de Villaverde, sur de Madrid, que se desarrollar¨¢ en cuatro jornadas: 10, 11, 12 y 13 de julio. Es el segundo a?o que el festival se despliega en este terreno, pol¨¦mico por las quejas vecinales el verano pasado (exceso de decibelios y un plan de movilidad congestionado) y por el p¨²blico (masificaci¨®n). Desde la organizaci¨®n llevan meses asumiendo como reales esos problemas y trabajando para solucionarlos. Para paliar la masificaci¨®n se ha reducido el aforo, de 70.000 de la edici¨®n pasada a los 58.000 de esta. Al cierre de esta cr¨®nica la organizaci¨®n no hab¨ªa emitido informaci¨®n del n¨²mero de espectadores de anoche (?tan dif¨ªcil es aportar este dato?), pero, aunque hab¨ªa mucha gente, se vivi¨® con cierta comodidad.
Y triunf¨® Dua Lipa con una sesi¨®n para el disfrute y el bamboleo. No son conciertos memorables los suyos, de esos que recuerdes pasados los a?os. Tampoco ponen la piel de aquella manera. Pero no pasa nada por no ser intenso si lo que viene del escenario es tan gozosamente divertido. Es de esos conciertos en los que los m¨²sicos permanecen en penumbra, como si diese verg¨¹enza mostrarlos (quita, bicho) y el protagonismo lo toman los bailarines. Es verdad que Lipa present¨® a su banda (cinco instrumentistas), pero delante siempre estuvo un cuerpo de baile de hasta doce elementos, acompa?ando a la diva en las tropecientas coreograf¨ªas que se exhibieron.
Levitating son¨® humana, con el bajista bombeando sudor a su instrumento. La encadenaron con These Walls, fant¨¢stico tema pop, bajando las revoluciones discotequeras. Con Pretty Please aquello se convirti¨® en una desmadrada sesi¨®n house. Pero, un momento ?d¨®nde est¨¢ Lipa? No hace falta: se trata de bailar y all¨ª danzaba mucha gente. Ella sali¨® 10 minutos despu¨¦s para interpretar Hallucinate. ¡°Qu¨¦ calor¡±, dijo en castellano. ¡°Tiene una mirada que me quiero morir¡±, respondi¨® un aficionado para s¨ª. As¨ª de devoto era el ambiente. ¡°Necesito saber m¨¢s palabras en espa?ol para expresar lo que siento por estar en Espa?a¡±, a?adi¨®, y pareci¨® sincera despu¨¦s de ver en algunos art¨ªculos de la secci¨®n de Gente de los peri¨®dicos lo bien que se lo pasa la artista inglesa en discotecas y restaurantes cuando visita nuestro pa¨ªs.
El recital dur¨® 90 minutos. ?Poco? No para ella, que se peg¨® un paliz¨®n de campeonato. Ejecut¨® decenas de est¨¦ticas danzas, corri¨® varios kil¨®metros y cant¨® de maravilla, casi siempre con la red de apoyo de dos coristas excepcionales. Fue un espect¨¢culo que no puede no gustar. A todo el mundo. Y es ah¨ª donde se echa de menos una sorpresa, provocar alg¨²n ¡°guau¡±, incluso cazar alg¨²n error... Termin¨® con Houdini arrodill¨¢ndose ante el guitarrista en plan David Bowie y Mick Ronson. Y se march¨®, sin decir adi¨®s, de golpe, plaf, como un truco de ilusionismo de... Houdini.
Justo despu¨¦s actuaron Smashing Pumpkins, puntales del rock alternativo noventero y desaparecidos en los 2000. Se barrunt¨® el desastre cuando a la tercera canci¨®n el bater¨ªa se atrevi¨® con un solo. S¨ª, un insufrible solo de bater¨ªa. Pero la cosa se enderez¨®. Billy Corgan, con una t¨²nica negra de cura sat¨¢nico, y James Iha comenzaron a bromear entre ellos y con el p¨²blico y decidieron hacer lo que todo el mundo fue a escuchar: temas cl¨¢sicos como Today, Tonight, Tonight o Bullet With Butterfly Wings. Sonaron potentes, Corgan estuvo hasta simp¨¢tico y se mostr¨® en plena forma con su angustiada voz.
A las 19.00 Janelle Mon¨¢e desafi¨® a un sol que echaba llamaradas. Someti¨® a la estrella incandescente con un mejunje que parti¨® siempre de los ritmos africanos para derivar en funk, hip hop, reggae o soul. Con un estilismo colorista casi para cada canci¨®n consigui¨® que el p¨²blico se olvidase del abanico (ardua tarea) y menease el cuerpo. Demostr¨® la estadounidense unas cualidades vocales sensacionales y domin¨® el escenario con lemas como: ¡°El mundo se va a ir por la ventana, as¨ª que date prisa y vive la vida¡±. Estuvo acompa?ada por una banda casi exclusivamente de mujeres, que siempre es de agradecer por no ser la costumbre: una bajista y tecladista, dos trompetas, una bater¨ªa y a la guitarra el ¨²nico hombre. Vivificante concierto el de Mon¨¢e.
Sin embargo, Garbage tuvo un recital complicado. La cantante, Shirley Manson, no gestion¨® bien el calor, dijo que ¡°eso nunca lo hab¨ªa vivido en su pa¨ªs¡± (Escocia, aunque pasa muchas temporadas en Estados Unidos) y se coloc¨® en algunos momentos una bolsa (se supone que de hielo) en la cara para aliviar la elevada temperatura . Entre este agobio y que su m¨²sica suena bastante demod¨¦, el recital no levant¨® el vuelo.
Ma?ana nos espera, sobre todo, Pearl Jam...
Babelia
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