La misteriosa mano tras las exitosas novelas que han convertido a Gonzalo de Berceo en investigador de cr¨ªmenes
El seud¨®nimo de Lorenzo G. Acebedo oculta al escritor de los ¡®thrillers¡¯ ¡®La taberna de Silos¡¯ y ¡®La Santa Compa?a¡¯, que han logrado fortuna en ventas y cr¨ªticas con una mezcla de historia y humor
Dos novelas publicadas con 50.000 ejemplares vendidos hasta el momento, seg¨²n la editorial, y cr¨ªticas elogiosas. Tras esta fortuna se encuentra la conversi¨®n de Gonzalo de Berceo, el religioso y primer poeta de nombre conocido en lengua espa?ola, en un detective que resuelve asesinatos truculentos y al que le gustan bastante el vino y las posaderas (taberneras) rollizas. ?Qui¨¦n es su autor, Lorenzo G. Acebedo? No lo van a encontrar ni en la Wikipedia porque es el seud¨®nimo del ?escritor? ?escritora? ?escritores? que en poco m¨¢s de un a?o ha publicado una pareja de libros que, como dec¨ªa Horacio, consiguen prodesse et delectare (perd¨®n por el latinajo, ¡°ense?ar deleitando¡±). La taberna de Silos y La Santa Compa?a (Tusquets) ilustran tambi¨¦n c¨®mo viv¨ªan los monjes medievales en la Pen¨ªnsula.
Acebedo oculta su identidad, as¨ª que no se le ha podido ver firmando libros, ni en entrevistas. De ¨¦l se sabe lo que dice la solapa de ambos t¨ªtulos: ¡°Abandon¨® en su juventud los estudios teol¨®gicos por el retiro monacal y, tiempo despu¨¦s, el retiro monacal por una mujer. Reside en un pueblo de La Rioja¡±. Nos lo podemos creer... o no, como dir¨ªa Mariano Rajoy.
Se?or Acebedo, ?por qu¨¦ eligi¨® a Gonzalo de Berceo para protagonizar sus novelas? ¡°Quer¨ªa trasladar a la Edad Media a Bogart, un investigador esc¨¦ptico y c¨ªnico que busca criminales por los bajos fondos, donde se mueve con soltura, y se encuentra que detr¨¢s de ellos est¨¢n los verdaderos, los criminales de etiqueta¡±, responde el autor por correo electr¨®nico a un cuestionario enviado a su editorial.
En La Santa Compa?a, esos criminales, m¨¢s que etiqueta, llevan h¨¢bito. El libro, ambientado en la primera mitad del siglo XIII, comienza con Gonzalo de Berceo en la catedral de Santiago de Compostela, durante una misa de celebraci¨®n del jubileo. Un arcediano, que parece en trance, se cruza en el camino del famoso botafumeiro ¡ª¡°el mayor incensario del mundo¡±, seg¨²n la Xunta de Galicia, con metro y medio de altura y 54 kilos de peso¡ª. El resultado gore de semejante temeridad lleva al arzobispo compostelano, antiguo compa?ero de estudios y correr¨ªas de Berceo, a encargarle que resuelva el caso.
Juan Cerezo, editor de Tusquets, dice por tel¨¦fono que todo comenz¨® ¡°con un manuscrito [La taberna de Silos] que lleg¨® con ese nombre del autor¡±. ¡°Pens¨¦ que era chocante por el g¨¦nero, una novela hist¨®rica con componente detectivesco, pero empec¨¦ a leerla y vi que estaba muy bien escrita. Sin una gran campa?a publicitaria fue de los libros m¨¢s vendidos de nuestra caseta en la Feria del Libro en 2023¡±. Cerezo destaca como atractivo ¡°que el protagonista est¨¦ basado en un personaje real del que se sabe poco¡±.
Es verdad que del rapsoda nacido en Berceo (La Rioja) alrededor del a?o 1196 no hay muchos datos biogr¨¢ficos. ¡°Su vida es una ficci¨®n que se inventan los fil¨®logos a partir de documentos en los que aparece su supuesta firma¡±, asegura Acebedo. ¡°Tomo como cierto lo que se da por cierto, y a partir de ah¨ª invento cosas que encajen¡±. ?Como su afici¨®n a dar golpes a un saco colgado del techo para mantenerse en forma? Berceo fue probablemente un cl¨¦rigo, culto y vinculado toda su vida al monasterio de San Mill¨¢n de la Cogolla. De hecho, escribi¨® la vida del fundador de ese cenobio, pero sobre todo es conocido por las 911 estrofas en cuaderna v¨ªa de los Milagros de Nuestra Se?ora.
La librera Marina Sanmart¨ªn, de Cervantes y Compa?¨ªa (Madrid), fue de los primeros en advertir que algo suced¨ªa con La taberna de Silos. ¡°Se vend¨ªa muy bien, era un boca a boca, la gente ven¨ªa preguntando por ¨¦l¡±. Para Sanmart¨ªn, el gran acierto es que el autor ha sabido mezclar ¡°ingredientes que est¨¢n de moda en la novela negra, como el crimen amable, el cozy crime; el humor sarc¨¢stico, la combinaci¨®n de lo negro con lo hist¨®rico y el tono desenfadado del protagonista¡±. ¡°Divertida¡±, ¡°una alegr¨ªa¡±, ¡°deliciosa¡±, ¡°grata lectura¡± son algunos de los comentarios con los que los cr¨ªticos celebraron esa primera novela.
Sobre que el autor prefiera mantenerse en secreto, Cerezo apunta: ¡°Al principio pensamos que pod¨ªa ir en contra, pero ha favorecido¡±. El editor no suelta prenda de su identidad: ¡°Lo que est¨¢ claro es que no es un novel¡±.
S¨ª sabemos que Lorenzo G. Acebedo es un anagrama de Gonzalo de Berceo y que en sus libros pone tanto a la alta jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica como al bajo clero como chupa de d¨®mine por todas sus corruptelas y vicios. ¡°Quiero hablar de nuestros placeres y pecados, y de lo mal que nos hacen vivir a los del mont¨®n los que manejan los mandos, incapaces de dejar tranquilos a los dem¨¢s. La Edad Media y la actualidad se parecen m¨¢s de lo que se piensa¡±, escribe. Acebedo manifiesta en toda su crudeza las luchas de poder y por dinero en la Iglesia. ¡°Son como las que hay dentro del Estado o en un partido pol¨ªtico, que muestran dram¨¢ticamente la diferencia enorme que va de lo que pensamos a lo que hacemos¡±.
Otra se?a de identidad de sus libros es lo bien documentados que est¨¢n sobre la vida monacal: ¡°Hay muchos testimonios y relatos de ficci¨®n y autoficci¨®n de la ¨¦poca (autobiograf¨ªas m¨ªsticas, cartas, cr¨®nicas, vidas de santos...) adem¨¢s de los estudios de los historiadores. Pero la base fundamental es haber sufrido desde dentro el funcionamiento de una comunidad monacal. Un grupo humano en el que las mujeres est¨¢n prohibidas es un experimento ut¨®pico condenado a acabar en distop¨ªa¡±, asegura.
Sobre esa fidelidad a la vida de los monjes medievales, el historiador del arte Pablo Avella Villar, lector al que entusiasm¨® la primera entrega, dice por tel¨¦fono: ¡°Conforme le¨ªa, alucinaba porque ve¨ªa que el autor sab¨ªa muy bien de lo que estaba hablando¡±. Avella, que precisamente participa este fin de semana en un curso sobre el monasterio rom¨¢nico, organizado por la Fundaci¨®n Santa Mar¨ªa la Real en Aguilar de Campoo (Palencia), subraya que en todo el libro solo encontr¨® ¡°un par de errores en unas referencias¡±. Para ¨¦l, que en las tramas ¡°haya relaciones homosexuales y se vea a monjes dedicados sobre todo a comer y beber puede parecer histri¨®nico porque existe una imagen idealizada de ellos, siempre rezando y con privaciones, cuando no era as¨ª¡±.
Entonces, ?de verdad ha sido Acebedo religioso antes de escritor? ¡°No entiendo por qu¨¦ me met¨ª en un monasterio. Creo que porque de adolescente me daban mucho miedo las mujeres, nunca tuve una hermana o una prima cercana. La historia de c¨®mo conoc¨ª durante la clausura a la chica que me ayud¨® a romper con aquello es demasiado ¨ªntima para contarla aqu¨ª¡±.
Hoy vive en la intimidad su inesperada fama como escritor. ¡°Empec¨¦ a hacer esto por diversi¨®n. Me parece que me ha tocado la loter¨ªa¡±. Sin embargo, con los egos que hay en el mundo literario, ?no le tienta revelar su identidad? ¡°Cuando sal¨ª del monasterio no lo hice por la puerta grande, me temo, y hay un abad al que le encantar¨ªa hacerme una visita. Adem¨¢s, con esto del anonimato estoy a salvo de chascarrillos e invitaciones¡±.
Acebedo piensa ya en la tercera entrega de Gonzalo de Berceo investigador. ¡°Podr¨ªa ser en al-?ndalus, en busca de la f¨®rmula fenicia del jerez. Tambi¨¦n he pensado en una cr¨®nica de mi vida monacal¡±. Lo seguro es que habr¨¢ cr¨ªmenes, vino, sexo... y religi¨®n.
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