El c¨®mic contempor¨¢neo revisa el Holocausto
Diez ilustradores nacidos a partir de los a?os sesenta recrean en un libro y una exposici¨®n historias reales de los campos de tr¨¢nsito y de concentraci¨®n nazis abiertos en Pa¨ªses Bajos, B¨¦lgica y Alemania
Odisea, Los tres mosqueteros o Moby Dick son grandes cl¨¢sicos de la literatura adaptados al c¨®mic. Hay muchos m¨¢s, y la fuerza narrativa de las vi?etas ha servido tambi¨¦n para abordar hechos reales. Maus, la novela gr¨¢fica publicada entre 1986 y 1991 por Art Spiegelman ¡ªestadounidense de origen polaco¡ª, es una de las obras del g¨¦nero m¨¢s conocidas sobre el Holocausto. Presenta a los nazis como gatos y a los jud¨ªos como ratones. Pero ?c¨®mo se ilustrar¨ªa hoy esa tra...
Odisea, Los tres mosqueteros o Moby Dick son grandes cl¨¢sicos de la literatura adaptados al c¨®mic. Hay muchos m¨¢s, y la fuerza narrativa de las vi?etas ha servido tambi¨¦n para abordar hechos reales. Maus, la novela gr¨¢fica publicada entre 1986 y 1991 por Art Spiegelman ¡ªestadounidense de origen polaco¡ª, es una de las obras del g¨¦nero m¨¢s conocidas sobre el Holocausto. Presenta a los nazis como gatos y a los jud¨ªos como ratones. Pero ?c¨®mo se ilustrar¨ªa hoy esa tragedia de la mano de 10 autores nacidos a partir de los a?os sesenta en B¨¦lgica, Alemania, Israel, Ir¨¢n y Pa¨ªses Bajos? Su esfuerzo compone un libro y una exposici¨®n abierta hasta septiembre en el Centro Conmemorativo del Campo de Westerbork, al noreste neerland¨¦s.
El libro se titula Het onvoorstelbare Verbeeld (La imagen de lo inconcebible), y recoge una decena de historias reales enmarcadas en el propio Westerbork y en otros dos campos similares: Neuengamme (Alemania) y Dossin (B¨¦lgica). Los autores han trabajado con total libertad art¨ªstica, ¡°y la emoci¨®n reflejada en el formato de c¨®mic presenta una visi¨®n del pasado que permite establecer una conexi¨®n con los personajes, algo muy poderoso¡±, dice, al tel¨¦fono, el historiador neerland¨¦s Kees Ribbens. Especializado en la cultura de la memoria de la II Guerra Mundial, es uno de los impulsores del proyecto y recuerda que el Holocausto ¡°es un fen¨®meno de persecuci¨®n con efectos distintos para cada persona¡±. ¡°No todo acab¨® con la liberaci¨®n de los pa¨ªses ocupados, sino que mucha gente sigui¨® sufriendo despu¨¦s¡±. Este c¨®mic del siglo XXI le parece ¡°una buena manera de acercar esa historia a los j¨®venes¡±.
En Westerbork y Dossin fueron internados jud¨ªos y miembros de las comunidades gitanas Sinti y Roma durante la II Guerra Mundial antes de acabar en los campos de concentraci¨®n y exterminio. En Neuengamme hab¨ªa trabajos forzados y los prisioneros proced¨ªan de varios pa¨ªses ocupados por el r¨¦gimen nazi.
La neerlandesa Melanie Kranenburg (1997) es la ilustradora m¨¢s joven del libro y se ha centrado en la deportaci¨®n de todos los varones de la localidad de Putten, en el centro de Pa¨ªses Bajos. Ordenada por Friedrich Christiansen, un comandante de las fuerzas armadas germanas, fue una represalia contra los civiles despu¨¦s de un ataque de miembros de la resistencia. De los 659 hombres sacados a la fuerza de su hogar, 13 pudieron saltar luego de los trenes que les llevaron a campos de concentraci¨®n. La autora recoge los hechos, incluida la destrucci¨®n de Putten por parte de las tropas ocupantes, a trav¨¦s de los ojos de Hannie, una madre de dos hijos que pierde all¨ª a su esposo. Sobrecogida por lo ocurrido, un vecino de otro pueblo le trae una nota lanzada desde el tren por su marido, Piet, que dice: ¡°Nos llevan a Alemania (¡) nos adaptaremos (¡) escribir¨¦ pronto (¡) mucho amor, Piet¡±. Tras la liberaci¨®n, a Putten solo regresaron 48 hombres.
Los c¨®mics empezaron a hacerse populares en los a?os treinta tanto en Estados Unidos como en Europa: Tint¨ªn apareci¨® en 1929 y Superman en 1938. Ribbens explica en el libro que en la Europa invadida los editores de c¨®mic evitaban hacer referencias concretas a la situaci¨®n pol¨ªtica. Sin embargo, en los pa¨ªses que no hab¨ªan sido ocupados, y en especial en las obras dirigidas al p¨²blico estadounidense, presentaban la victoria aliada como el horizonte deseado. Este mismo experto hall¨® en 2021 una octavilla con seis dibujos que inclu¨ªa una de las primeras ilustraciones de una c¨¢mara de gas en funcionamiento, en el campo de exterminio de Majdanek, al sur de Polonia. Fechada en 1945, se titula Nazi Death Parade (El desfile nazi de la muerte) y est¨¢ firmada por el ilustrador de origen austriaco August Froehlich.
Seg¨²n Ribbens, ¡°durante la guerra hab¨ªa muchos rumores y censura, y el retrato de lo ocurrido evolucion¨® en el formato gr¨¢fico¡±. Al principio, la gente quer¨ªa saber lo que hab¨ªa sucedido, ¡°y los dibujos reflejaban la c¨®lera contra los nazis y los que colaboraron con ellos¡±. Luego se despert¨® el inter¨¦s por la parte militar y de la resistencia. ¡°Solo despu¨¦s, hacia los setenta, empez¨® en serio la disposici¨®n para conocer los padecimientos de los jud¨ªos, y m¨¢s tarde los de la comunidad Roma y Sinti¡±.
La narraci¨®n en forma de historieta hecha por Froehlich es un documento hist¨®rico. Entre los autores de los 10 trabajos del libro hay historias personales que enlazan con la realidad del pasado. Es el caso del belga Wide Vercnocke (1985), cuyo abuelo, un poeta, colabor¨® con los alemanes. Ha ilustrado la huida a B¨¦lgica y posterior deportaci¨®n a Auschwitz del futbolista jud¨ªo austriaco Norbert Lopper. Obligado a llevar el uniforme de preso, juega al f¨²tbol mientras se pregunta sin cesar por su familia. Con aspecto atl¨¦tico, da unas cuantas patadas al bal¨®n pero es una enso?aci¨®n. Lo cierto es que le est¨¢ pegando un oficial nazi, y ¨¦l se da cuenta de que estaba pensando ¡°en vivir¡±. Lopper sobrevivi¨® y logr¨® rescatar a su madre.
Los ilustradores han contado con el apoyo del historiador y de los archivos de los tres campos de concentraci¨®n. Tambi¨¦n ha colaborado el Instituto de Estudios sobre la Guerra, el Holocausto y el Genocidio, de ?msterdam (NIOD, en sus siglas neerlandesas). ¡°El enfoque de los artistas era esencial y deb¨ªamos fiarnos de la profesionalidad de unos y otros¡±, subraya Ribbens. La autora B. Carrot (pseud¨®nimo de Anat Segal), nacida en 1985 en Jerusal¨¦n, mezcla en sus vi?etas la apertura del campo de Westerbork, en octubre de 1939, con la situaci¨®n actual de los solicitantes de asilo. Westerbork fue al comienzo un centro de refugiados jud¨ªos llegados a Pa¨ªses Bajos desde Alemania y Austria. En julio de 1942 los nazis tomaron las riendas y se convirti¨® en el lugar de tr¨¢nsito para la deportaci¨®n de m¨¢s de 100.000 jud¨ªos. Las primeras vi?etas recrean la construcci¨®n del complejo y las quejas por la molestia que supon¨ªa la llegada de los refugiados. En la ¨²ltima vi?eta, los antiguos barracones planean sobre el actual centro de asilo de Ter Apel, al norte de Pa¨ªses Bajos. En su explanada acamparon durante semanas unos 700 solicitantes de asilo en agosto de 2022.
En otro de los cap¨ªtulos, el ilustrador belga Jeroen Janssen (1963) y la periodista Arezoo Moradi (1984), nacida en Teher¨¢n, se han basado en las historias que les cont¨® la nieta de una mujer de la comunidad Sinti que escap¨® a la muerte. El tr¨¢gico destino de los Sinti y los Roma casi desapareci¨® de la memoria colectiva despu¨¦s de la II Guerra Mundial, a pesar de que los historiadores calculan que entre 250.000 y 500.000 de sus miembros fueron exterminados. ¡°Eso explica en parte el olvido del porrajmos [en lengua roman¨ª], el intento de exterminar a la mayor¨ªa de los pueblos roman¨ªes de Europa¡±, indica la obra. El libro tiene ediciones en neerland¨¦s, ingl¨¦s, alem¨¢n y franc¨¦s, y la exposici¨®n viajar¨¢ a B¨¦lgica a partir de septiembre. En diciembre llegar¨¢ a Alemania.