S¨¢nchez Vara sale airoso de una dura e ilidiable encerrona de Reta

¡°Nunca se hab¨ªa visto un ambiente igual en Tafalla¡±, dec¨ªa la gente habitual del tendido. El motivo era claro: la encerrona de S¨¢nchez Vara con seis toros de Reta Casta Navarra. El diestro cumpli¨® con el objetivo y sali¨® por su propio pie de la plaza. Los exigentes y duros, pero interesantes animales de esta ganader¨ªa eran casi imposibles para su lidia. El matador y su cuadrilla se emplearon poco para que la tarde quedara en la retina de los aficionados, que asistieron desde muchos puntos de Espa?a y Francia.

Los cinco animales de Reta, uno tuvo que volver a corrales, eran dif¨ªciles de lidiar, algo que se esperaba debido a la singularidad de esta ganader¨ªa. Pudo hacer faena en el tercero, de nombre Rab¨®n, al que consigui¨® darle unos muletazos por bajo y, posteriormente, le rob¨® una tanda profunda y con algo de temple. Fue la segunda vez que S¨¢nchez Vara sonri¨® en toda la tarde (la primera fue cuando apareci¨® en el albero). Dio la vuelta al ruedo, pero el torero era conocedor de que a ese toro se le podr¨ªa haber hecho mucho m¨¢s.

De los dos primeros y del cuarto y el quinto, S¨¢nchez Vara no quiso saber nada de ellos. En estos cuatro toros, el matador apenas estuvo 10 minutos con la muleta en total. Con la espada tambi¨¦n dej¨® que desear: pinchazos, descabellos, medias estocadas y sartenazos, pero ninguna en su sitio. Estuvo m¨¢s tiempo con el acero que con el estoque simulado. Eso no quita que cualquiera del escalaf¨®n no se pone delante de esos enemigos tan peculiares.

S¨¢nchez Vara lo intent¨® con el capote probando a los de Reta, pero la malicia y la fea embestida hac¨ªa que no se transmitiera nada a los tendidos de la plaza, fundada en 1888. Cierto es que el viento que hac¨ªa en Tafalla tambi¨¦n se pon¨ªa en contra del diestro de Guadalajara.

Por otro lado, fue un desprop¨®sito la lidia de la cuadrilla de S¨¢nchez Vara, culpa en parte del matador. Se masticaba el miedo de los subalternos ante tales animales, quer¨ªan salvar su integridad y dejaron de lado el buen hacer del espect¨¢culo. El cuarto toro fue tan mal picado que un joven aficionado a punto estuvo de darle una colleja al varilarguero cuando este abandonaba el ruedo.

El sexto toro tuvo que volver a corrales por una dolencia en una pata y se lidi¨® un sobrero de la ganader¨ªa Hermanas Azcona, situada en Olite. El animal, con cuerpo de novillo, fue algo comercial y con poco inter¨¦s. Una faena densa y con poca gracia le sirvi¨® a S¨¢nchez Vara para cortar una oreja y salir airoso de una encerrona de una ganader¨ªa que a¨²n le falta mucho por crecer.

En algo m¨¢s de una hora y 40 minutos, S¨¢nchez Vara hab¨ªa acabado con los cinco de Reta: r¨¢pido y eficaz. Demasiado tiempo estuvo con el de Hermanas Azcona, pero ese toro sirvi¨® para que el matador, de azul marino y oro, se luciera un poco m¨¢s y pudiera saborear el poner fin a una heroicidad tras superar a una ganader¨ªa con una casta fundada en el siglo XVII y que figuras como Joselito El Gallo no se atrevi¨® a lidiar.

S¨¢nchez Vara volver¨¢ a Las Ventas el 1 de septiembre, junto con Dami¨¢n Casta?o y Rub¨¦n Pinar, en un desaf¨ªo de ganader¨ªas de Saltillo y Valdell¨¢n.