El pecio del XVII rescatado del puerto de C¨¢diz era un barco robusto y transoce¨¢nico de 50 metros de eslora
Los arque¨®logos se centran ya en desmontar y documentar pieza a pieza del gale¨®n para descubrir su sistema constructivo, su nombre o procedencia
Un carpintero aburrido mat¨® el tiempo en un momento ignoto de principios del siglo XVII con el juego del cuchillo y la mano, dibujando s¨ªmbolos en la madera y con el tres en raya. Ese enorme tabl¨®n de roble termin¨® colocado como el suelo de la bodega de un barco que debi¨® tener m¨¢s de 50 metros de eslora. Y, a finales de ese siglo, el enorme gale¨®n, robusto y preparado para navegaciones transoce¨¢nicas, acab¨® naufragado a 19 metros de profundidad por un motivo a¨²n desconocido, mientras estaba fondeado en las inmediaciones del puerto de C¨¢diz. Hasta que este pasado 27 de julio emergi¨® de las profundidades en una maniobra pionera en Espa?a para protagonizar un estudio pormenorizado sobre los sistemas de construcci¨®n naval de la ¨¦poca.
?C¨®mo se llamaba el barco? ?Cu¨¢ndo y qu¨¦ le pas¨® para acabar siniestrado? ?De d¨®nde ven¨ªa y a d¨®nde iba? Son algunas de las preguntas que las especialistas del Centro de Arqueolog¨ªa Subacu¨¢tica de C¨¢diz (CAS) se han propuesto resolver sobre el Delta I, el nombre que recibi¨® cuando en 2012 fue localizado mientras se ejecutaban unas obras de ampliaci¨®n del puerto de C¨¢diz. ¡°Es la primera vez en Espa?a que se estudia fuera del agua un barco de esta ¨¦poca¡±, ha resaltado este lunes la consejera de Cultura, Patricia del Pozo, en una visita a la carpa que aloja a la parte conservada y extra¨ªda del pecio, unos 20 metros de eslora por siete de manga que se corresponden a su parte inferior, conocida como el plan del barco.
Pero la primera evidencia que arroja ese gran resto arqueol¨®gico compuesto por madera de roble ¡ªadem¨¢s de otra especie m¨¢s clara a¨²n por identificar¡ª es que era mucho m¨¢s grande que lo que hoy se contempla. ¡°En la quilla faltan los siete metros de la roda [una gran pieza que se curva hasta hacerse vertical], pero por la popa faltan otros 20 metros m¨¢s¡±, ha explicado Milagros Alzaga, jefa del CAS, instituci¨®n dependiente del Instituto Andaluz del Patrimonio Hist¨®rico. De hecho, en la parte posterior del trozo extra¨ªdo del agua quedan vestigios de la carlinga, donde iba ubicado el m¨¢stil principal del barco. Las cuadernas juntas de la estructura hablan de un gale¨®n recio y robusto, de bodega plana para admitir importantes cargas y capacitado hacer ¡°viajes transoce¨¢nicos¡±, como ha a?adido la arque¨®loga subacu¨¢tica.
Ya en 2013 los arque¨®logos localizaron bajo el mar 27 ca?ones de hierro procedentes de Suecia; y 22 lingotes de plata, originarios de las minas del alto Per¨² (hoy Bolivia), con marcas que los datan en 1651. Ahora en tierra, a esos hallazgos se ha sumado la aparici¨®n de 10 fragmentos de viejos ca?ones y piedras que viajaban como lastre en la bodega equilibrar el barco, 75 balas de ca?¨®n y madera de guayac¨¢n americano, muy apreciado en la ¨¦poca por la creencia de que infusionado curaba la s¨ªfilis o el re¨²ma. Sin embargo, esa carga americana de plata y madera no asegura al completo que el gale¨®n procediese de ultramar cuando se hundi¨®. ¡°C¨¢diz era uno de los grandes puertos con Am¨¦rica y aqu¨ª se desembarcaba mercanc¨ªa para embarcarla en otros barcos¡±, ha explicado Alzaga.
De aqu¨ª a noviembre, las especialistas del CAS tienen previsto desmontar los restos del barco pieza a pieza, a la par que documentan cada fase y elemento con fotogrametr¨ªa y escaneos en tres dimensiones que har¨ªan posible su reproducci¨®n a cualquier escala. El objetivo final es conocer los detalles constructivos de un gale¨®n del siglo XVII, dados ¡°los pocos ejemplos que hay en el mundo¡±, como ha apuntado Del Pozo. En las primeras semanas, el equipo de Alzaga ya ha descubierto que el Delta II no tuvo estrecheces econ¨®micas durante su construcci¨®n, ¡°ya que se usaron clavos de hierro cuadrangulares, m¨¢s caros¡±, pero s¨ª hubo ¡°escasez de madera de grandes troncos que hizo que se reutilizase madera de otros barcos¡±. En uno de los tablones de roble ya extra¨ªdos, en su cara interna, es donde han aparecido hendiduras compatibles con un carpintero que mat¨® el aburrimiento probablemente jugando al tres en raya y a clavar un cuchillo entre los dedos.
La llegada del barco a tierra ¡ªdonde se conserva en constante humedad bajo una carpa¡ª ha sido una odisea posible gracias ¡°a la oportunidad de las propias circunstancias¡±, como ha explicado Del Pozo. Las obras de la terminal de contenedores del puerto de C¨¢diz ya hicieron en 2013 que el pecio acabase desplazado bajo el agua desde donde apareci¨® a una zona menos profunda de entre seis y ocho metros. Las cinchas y la estructura que se us¨® entonces es lo que ha servido ahora a los t¨¦cnicos de la Autoridad Portuaria de la Bah¨ªa de C¨¢diz para la extracci¨®n, en una maniobra que costar¨¢ 2,6 millones de euros y que ha sufragado al completo esta instituci¨®n.
Los 20 metros desaparecidos del gale¨®n introducen a¨²n m¨¢s inc¨®gnitas sobre qu¨¦ fue lo que hizo que el barco se hundiese cuando se encontraba fondeado en las inmediaciones del puerto gaditano. Las arque¨®logas del CAS no descartan ninguna hip¨®tesis y la rotura pudo ser antes, durante o posterior al naufragio. Lo que s¨ª parece seguro es que el gale¨®n debi¨® enfrentarse alg¨²n tipo de evento disruptivo, como un ataque o un gran temporal. A esa l¨ªnea ha apuntado Alzaga al plantear la duda de si una campana aparecida en la excavaci¨®n de 2013 en la que rezaba ¡°Jes¨²s, Mar¨ªa y Jos¨¦ 1671¡å est¨¢ vinculada a un fuerte cicl¨®n que por aquel entonces entr¨® por la bah¨ªa de C¨¢diz y produjo varios hundimientos de barcos en la zona.
De los estudios de las pr¨®ximas semanas depender¨¢ si el equipo consigue despejar la inc¨®gnita del nombre o la bandera del buque con nuevos hallazgos que aparezcan en el desmontaje. Luego quedar¨¢n los estudios de dendrocronolog¨ªa ¡ªque realizar¨¢ el IAHP y la Universidad de Gales Trinity Saint David¡ª, que podr¨¢n arrojar luz sobre la procedencia de la madera y cu¨¢ndo fue cortada. Con el desmontaje tabla a tabla completado, la catalogaci¨®n lista y la toma de muestras realizada, el Delta I volver¨¢ al mar, fondeado en un dep¨®sito georreferenciado. La Consejer¨ªa de Cultura ha descartado por ahora su musealizaci¨®n, dado que ¡°no existen t¨¦cnicas que garanticen la conservaci¨®n¡±, como ha asegurado Del Pozo. Tras de s¨ª, en tierra, dejar¨¢ tanta informaci¨®n que garantiza trabajo de investigaci¨®n para meses u a?os. Quiz¨¢s ah¨ª, en cualquier resquicio de la historia, encaje finalmente el puzle del robusto gale¨®n de 50 metros que emergi¨® de los mares de C¨¢diz casi 400 a?os despu¨¦s.
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