¡®La virgen roja¡¯: Paula Ortiz retrata con poder¨ªo a la madre y la hija m¨¢s fascinantes de la historia espa?ola
Aurora Rodr¨ªguez Carballeira y su hija Hildegart, figuras en la Segunda Rep¨²blica, son un gran ejemplo de c¨®mo el fanatismo enturbia las ideas
Hasta que no venga alguien a desvelar un testimonio mejor, Aurora Rodr¨ªguez Carballeira y su hija Hildegart son los dos seres humanos m¨¢s fascinantes de la historia espa?ola del siglo XX. El adjetivo fascinante lo envuelve todo. Y todo quiere decir muchas cosas. Porque lo que hizo la madre con la hija (y el verbo hacer encierra aqu¨ª otros muchos: procrear, educar, moldear, ense?ar, mostrar, convencer, obligar, recluir y hasta matar) compete a tantos temas de importancia que el relato de sus vid...
Hasta que no venga alguien a desvelar un testimonio mejor, Aurora Rodr¨ªguez Carballeira y su hija Hildegart son los dos seres humanos m¨¢s fascinantes de la historia espa?ola del siglo XX. El adjetivo fascinante lo envuelve todo. Y todo quiere decir muchas cosas. Porque lo que hizo la madre con la hija (y el verbo hacer encierra aqu¨ª otros muchos: procrear, educar, moldear, ense?ar, mostrar, convencer, obligar, recluir y hasta matar) compete a tantos temas de importancia que el relato de sus vidas resulta incluso inabarcable. La primera vez que lo escuchas, no das cr¨¦dito. Las siguientes, te envuelve siempre una sensaci¨®n de inasumible perplejidad. En los primeros a?os del siglo XX, una mujer gallega engendr¨® a su hija como un plan preconcebido, como un experimento cient¨ªfico con un objetivo ¨²nico y trascendental: que esta fuera la mujer del futuro, la primera verdaderamente libre de la historia, una superdotada, una feminista de vanguardia con vocaci¨®n p¨²blica. Lo m¨¢s incre¨ªble no es que intentara tama?a quimera en un mundo como aquel: es que lo logr¨®. La intelectual Hildegart era una figura internacional a los 16 a?os. Hasta que todo se torci¨®.
Ahora bien, qu¨¦ dif¨ªcil es contar bien en dos horas toda esta historia: en lo art¨ªstico, en lo social, en lo pol¨ªtico, en lo moral, en lo sexual. Las mejores historias reales no siempre acaban conformando las grandes pel¨ªculas. La virgen roja, quinto largometraje de Paula Ortiz, sin embargo, alcanza un nivel de excelencia. Con guion de Clara Roquet y Eduard Sol¨¤, la directora de La novia y Teresa ha compuesto una obra a la altura de la sugesti¨®n que ejercen Hildegart y Aurora. La misma que sintieron otros artistas en novela, ensayo, teatro y cine; nombres tan relevantes como Eduardo de Guzm¨¢n, Rafael Azcona, Fernando Fern¨¢n G¨®mez, Fernando Arrabal, Almudena Grandes, Carme Portaceli y Carmen Domingo.
Ortiz arma su pel¨ªcula sobre una base: el fanatismo. Las ideas radicales que superan cualquier racionalidad. Ese momento en que los extremismos se tocan. El contrasentido m¨¢ximo de la b¨²squeda de la libertad m¨¢s absoluta a trav¨¦s de la pura obligaci¨®n. Y envuelven esa esencia en una ¨¦poca de la historia espa?ola casi tan compleja como la cabeza de Aurora, de ideas eugen¨¦sicas, y el coraz¨®n de Hildegart, a la que su poderosa inteligencia, y tambi¨¦n la pr¨¢ctica de la vida que no hab¨ªa podido experimentar, le llev¨® a querer cortar lazos con su madre. O c¨®mo el amor y el sexo (aqu¨ª se apuesta por lo primero, a diferencia de Mi hija Hildegart, la pel¨ªcula de Fern¨¢n G¨®mez), adem¨¢s de la identidad propia, forman parte de nuestras vidas, de nuestro raciocinio y nuestro m¨¢s profundo interior. Para Aurora, Hildegart era su creaci¨®n, su ¡°escultura de carne¡±, y Ortiz recoge la frase en una simb¨®lica imagen que ejerce de hilo conductor: una estatua que se resquebraja hasta su destrucci¨®n. Todo ello, en medio de la pobreza de la sociedad, del avance del socialismo, de las contiendas anarquistas y, sobre todo, de la lucha por los derechos de la mujer.
Con producci¨®n de Mar¨ªa Zamora (Alcarr¨¤s, O corno, Creatura¡), la pel¨ªcula es art¨ªsticamente impecable en todos sus apartados: la fotograf¨ªa de Pedro J. M¨¢rquez; la m¨²sica de Guille Galv¨¢n y Juanma Latorre, de Vetusta Morla, en modo instrumental; la hermosa canci¨®n final de Maria Arnal; el vestuario y la direcci¨®n art¨ªstica. Najwa Nimri, siempre tan alternativa con su voz, sus gestos y esa mirada entre el arrojo y la turbiedad, es una espl¨¦ndida Aurora. La joven Alba Planas aporta una singular dulzura al personaje de Hildegart. Y los formidables Aixa Villagr¨¢n y Patrick Criado, con dos roles preciosos, contrarrestan con aire terrenal y de calle la excepcionalidad de las protagonistas.
Dos impresionantes planos, uno en la puerta del Congreso, otro en la calle Alcal¨¢, conforman lo que supone la suma de una gran producci¨®n y una elegante puesta en escena como espejo de una ¨¦poca seductora. La direcci¨®n de Ortiz, que en la excelente Al otro lado del r¨ªo y entre los ¨¢rboles se hab¨ªa desecho de ciertos manierismos vacuos de La novia y Teresa, es a un tiempo delicada y poderosa. Capaz de reflejar con arrebato y criterio el interior de dos mujeres apasionantes en un tiempo tumultuoso y, sobre todo para la mujer, de atroces injusticias.
La virgen roja
Dirección: Paula Ortiz.
Intérpretes: Najwa Nimri, Alba Planas, Aixa Villagrán, Patrick Criado.
Género: drama. España, 2024.
Duración: 114 minutos.
Estreno: 27 de septiembre.