?Son unos pesados¡!
Silenciada, triste y preocupante actuaci¨®n de los tres novilleros ante una bien presentada y noble novillada de Fuente Ymbro
Cuando las mulillas se dispon¨ªan a arrastrar al segundo novillo de la tarde, el reloj marcaba las siete de la tarde. Hac¨ªa una hora que hab¨ªa comenzado el festejo. Justo en ese momento, un nutrido grupo de turistas orientales se levant¨® de sus asientos y de modo diligente y sin hacer ruido se march¨® de la plaza. Fueron, sin duda, los m¨¢s listos del lugar.
Los que se quedaron aguantaron una de las tardes m¨¢s sopor¨ªferas y preocupante de la temporada: tres chavales de no m¨¢s de veinte a?os, con unas incipientes y exitosas carreras a sus espaldas echaron unos borrones de los que tardaran en recuperarse si es que lo consiguen.
Ni una sola ovaci¨®n escuch¨® ninguno de los tres, ni un muletazo para el recuerdo, ni un detalle torero; los tres naufragaron peligrosamente ante una novillada bien presentada, cumplidora en general en los caballos y noble en el tercio final. Pero todo surgi¨® desordenado, embarullado, sin pies ni cabeza, sin ideas.
Es cierto que Romero destac¨® en un quite por ce?idas gaoneras en el primero, al igual que su compa?ero Chicharro en el segundo, al que le respondi¨® Romero por chicuelinas; y Valent¨ªn lo intent¨® por tafalleras en el tercero, pero ninguno fue capaz de captar la atenci¨®n del p¨²blico.
Hubo, al menos, buenos pares de banderillas a cargo de Ra¨²l Ruiz, Jes¨²s Robledo Tito, V¨ªctor del Pozo y, especialmente, de Juan Carlos Rey en el sexto de la tarde, pero no m¨¢s.
Hay que tener paciencia para soportar una tarde como la de hoy. Hasta siete avisos escucharon los toreros, prueba concluyente de que son unos pesados y que aburrieron a las ovejas con faenas tan insulsas como largas, y sin fundamente alguno. Ser¨¢ verdad que existe una corriente de pensamiento en el programa de formaci¨®n de los novilleros que defiende que las faenas de muleta no deben estar delimitadas por el reloj, a fin de que cada cual les dedique el tiempo que considere necesario. Si alguna vez se impusiera esa norma, la desaparici¨®n de la fiesta ser¨ªa inminente, porque no habr¨ªa alma humana que las aguantara.
Muy superficial Valent¨ªn Hoyos, molestado por el viento en su primero; comenz¨® de rodillas su faena al cuarto y dio pases y m¨¢s pases sin inter¨¦s alguno. Alg¨²n muletazo suelto de Romero con la mano derecha en el segundo, y nada ante el quinto, el m¨¢s parado; unos estatuarios ce?idos de Chicharro ante el tercero dieron paso a una labor muy desordenada, y fue incapaz de dar un muletazo limpio ante el repetidor sexto. Y los tres toreros alargaron hasta la extenuaci¨®n sus faenas y mataron muy mal. Un horror.
La tarde de hoy merecer¨ªa que los tres novilleros reflexionaran seriamente sobre su presente y futuro. O cambian de actitud o tendr¨¢n que pensar en otra profesi¨®n antes de que sea demasiado tarde.
Fuente Ymbro/Hoyos, Romero, Chicharro
Novillos de Fuente Ymbro, bien presentados, mansos primero y cuarto en varas, cumplidores en general los demás, nobles y con escaso celo en el tercio final.
Valentín Hoyos: tres pinchazos _aviso_ cuatro descabellos y el novillo se echa (silencio); metisaca y estocada _aviso_ (silencio).
Nek Romero: pinchazo _aviso_ pinchazo, media estocada, un descabello _2º aviso_ y tres descabellos (silencio); pinchazo y estocada baja (silencio).
Alejandro Chicharro: dos pinchazos _aviso_ dos pinchazos, casi entera trasera y caída _2º aviso_ (silencio); estocada baja _aviso_ dos descabellos y el novillo se echa (silencio).
Plaza de Las Ventas. 3 de octubre. Tercer festejo de la Feria de Otoño. Tres cuartos de entrada (16.274 espectadores, según la empresa).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.