¡®La infiltrada¡¯: Carolina Yuste y alguna otra cosa meritoria
La directora Arantxa Echevarr¨ªa cuenta una historia real y lo hace de forma correcta, aunque no apasionante para mis gustos
El tema de La infiltrada inicialmente me atrae. Es cine de acci¨®n. Cada vez m¨¢s escaso y mayoritariamente infame. Y habla de la pesadilla que tuvo en vilo a un pa¨ªs durante d¨¦cadas. Aterrorizados est¨¢bamos todos, aunque algunos mas que otros en funci¨®n de la cercan¨ªa del depredador, con la prolongada barbarie de ETA contra los opresores de Euskal Herria. Y trata en vano de imaginar cu¨¢l era la culpa, la encarnaci¨®n de la represi¨®n, el papel de verdugos, de aquellas personas muertas, tullidas y masacradas que recibieron su b¨ªblico castigo por ir de compras un d¨ªa al Hipercor de Barcelona. Esa matanza de inocentes fue la m¨¢s cruenta, pero cerca de 900 personas tambi¨¦n fueron enviadas al cementerio, fr¨ªamente, sin motivos personales, en la perversa existencia del monstruo. ETA mataba todo lo que pod¨ªa, aunque hubiera querido m¨¢s sangre. A pesar de sus f¨¦rreos cuidados, estos profesionales del terrorismo no pudieron evitar la infiltraci¨®n de la polic¨ªa. Hasta el momento conoc¨ªamos la existencia de El Lobo. Tuvo que haber m¨¢s. La directora Arantxa Echevarr¨ªa, alguien que se estren¨® venturosamente con la bonita y cre¨ªble Carmen y Lola, cuenta en Infiltrada una historia real con el conveniente anonimato de la protagonista y necesarios elementos de ficci¨®n en lo que est¨¢ narrando.
Y lo hace de forma correcta. No apasionante para mis gustos. La primera parte la veo y la escucho pero me sabe a poco. Describe la laboriosa integraci¨®n de esta polic¨ªa en el n¨²cleo suave de la banda, sus andanzas por las herriko tabernas, la dura necesidad de convencer a los abertzales de que es fiel a su causa y posteriormente de que puede asumir responsabilidades mayores en los atentados que ETA va a perpetrar. Durante ocho a?os vivir¨¢ el infierno y la angustia de la simulaci¨®n absoluta, conectada subterr¨¢neamente y recibiendo ¨®rdenes de un jefe de la polic¨ªa que tambi¨¦n tiene contacto privilegiado con el Ministerio del Interior.
Esta mujer vivir¨¢ tiempos muy duros, en los que debe hacerse una profesional de la simulaci¨®n, anular las dudas de la organizaci¨®n ante su personalidad, practicar un juego de apariencias en el que puede morir, desvincularse de su familia y de sus amigos, tragar mucha soledad mientras que espera ¨®rdenes.
Mi inter¨¦s por lo que me est¨¢n narrando sube notablemente cuando aparecen los asesinos de altura. El primero, con el que acaba compartiendo casa y cama, est¨¢ haciendo m¨¦ritos para trepar en ETA, tiene su punto de humanidad, hasta se puede enamorar. Aunque haya matado a una persona y viva en la clandestinidad, sigue siendo un aprovechable pringado para los jefes del criminal negocio. Y el segundo da mucho miedo y debe de aproximarse mucho a la realidad. Arrogante, sanguinario, tan chungo en su expresivdad como en sus males macarriles, enamorado exclusivamente del poder de esa pistola de la que no se despega ni cuando duerme, una bestia que ante cualquier propuesta de sus compa?eras les amenaza con el fatuo e implacable: ?pero vosotros sab¨¦is con quien est¨¢is hablando? Con la aparici¨®n de ese personaje siniestro la tensi¨®n crece, el volc¨¢n va a derramar lava.
La que no me decepciona en ning¨²n plano es esa actriz espl¨¦ndida llamada Carolina Yuste. Me la creo en todo tipo de situaciones. Habla con la mirada: es capaz de meterse en la piel y en el alma de personajes muy variados. Su trabajo aqu¨ª es de primera clase. Pero verla me compensa siempre. Incluso en pel¨ªculas que no me gustan.
La infiltrada
Dirección: Arantxa Echevarría
Intérpretes: Carolina Yuste, Luis Tosar, Víctor Clavijo, Nausicaa Bonnín, Iñigo Gastesi.
Género: Drama. España, 2024
Duración: 118 minutos.
Estreno: 11 de octubre.
Babelia
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