¡®Chinas¡¯, la aproximaci¨®n de Arantxa Echevarr¨ªa a la inmigraci¨®n que nunca sale en el cine
La directora de ¡®Carmen y Lola¡¯ retrata desde el mundo de los bazares y el de los ni?os adoptados el enorme choque cultural que se vive en las calles espa?olas
Luc¨ªa siempre le ped¨ªa a Arantxa Echevarr¨ªa (Bilbao, 55 a?os) un aut¨®grafo de Mario Casas. ¡°Pensaba que como yo curraba en el mundo de cine, se lo pod¨ªa conseguir¡±, recuerda algo tristona la cineasta. En aquel tiempo, la directora de Carmen y Lola viv¨ªa en Lavapi¨¦s. Durante d¨¦cadas Echevarr¨ªa ha trabajado en distintos puestos t¨¦cnicos en todo tipo de producciones, y por sus horarios imposibles compraba en la tienda de alimentaci¨®n de la familia china de Luc¨ªa, que usaba ese nombre espa?ol. ¡°Era una ni?a muy divertida, y yo le ayudaba con sus deberes. Un d¨ªa su madre, que no sab¨ªa mucho castellano, me ense?¨® un papel: era la carta de Reyes Magos de Luc¨ªa, donde ped¨ªa una monster high. La madre no entend¨ªa nada: ponte t¨² a explicarle lo de tres sabios de Oriente y lo de que traen regalos a los cr¨ªos, porque ni siquiera era un bazar con productos navide?os, solo era de alimentaci¨®n. La madre me dijo que no se la iba a comprar, que ya ten¨ªan el A?o Nuevo chino. Y Luc¨ªa me rogaba que le urgiera a enviar la carta; su madre se negaba en redondo¡±.
Echevarr¨ªa tom¨® una decisi¨®n ante en el enconamiento del conflicto: fue a El Corte Ingl¨¦s, compr¨® ella misma la mu?eca y la col¨® por dentro del cierre met¨¢lico de la tienda. ¡°Me met¨ª en la cama, y de repente me pregunt¨¦ que qui¨¦n era yo para inmiscuirme en la educaci¨®n de esa familia. Baj¨¦ corriendo a las seis de la ma?ana, intent¨¦ sacar la mu?eca de la verja y no pude. Volv¨ª a casa, y por verg¨¹enza jam¨¢s regres¨¦ a la tienda¡±.
As¨ª naci¨® Chinas, la pel¨ªcula que este mi¨¦rcoles se estrena en la gala TVE del festival de San Sebasti¨¢n, antes de su estreno comercial el 6 de octubre. Esa an¨¦cdota est¨¢ ¨ªntegra en mitad del filme, pero en vez de una directora de producci¨®n aparece una enfermera, Amaya, a la que da vida Carolina Yuste, actriz fetiche de Echevarr¨ªa. ¡°Me gustan mucho los retos. Este proyecto era... un embolado porque lo protagonizan ni?os y porque retratamos una cultura muy cerrada para los espa?oles, con la que yo tampoco ten¨ªa mucha relaci¨®n. Pero soy una cotilla y una curiosa, y me gusta indagar. Y adem¨¢s, yo una vez fui esa Amaya¡±.
En pantalla se entrecruzan tres historias: primero, las de dos ni?as chinas de 9 a?os que coinciden en el patio del colegio. F¨ªsicamente, son muy similares, aunque proceden de mundos opuestos: Luc¨ªa es hija de inmigrantes. Se siente espa?ola, pero sus padres no hablan castellano y trabajan todo el d¨ªa en un bazar: no quieren abandonar su ecosistema cultural. Xiang es adoptada. De padres espa?oles (en pantalla, Pablo Molinero y Leonor Watling), ni se siente china ni aceptada por los ni?os en su clase. En realidad, la primera vez que cruzan sus pasos, Xiang entra en la tienda de la familia de Luc¨ªa a comprar un helado y la madre le habla en mandar¨ªn, idioma del que la cr¨ªa no sabe ni una palabra. ¡°Hay un mote terrible para esos ni?os: bananas, porque son amarillos por fuera y blancos por dentro. Es un conflicto brutal, porque no pueden esconder que son adoptadas¡±. ?Y su reverso, esas ni?as que estudian y ven la tele detr¨¢s de los mostradores de bazares? ¡°Albergan otro conflicto enorme. Son la inmigraci¨®n invisible. Y en el cine, ni te cuento. Hablamos de la integraci¨®n magreb¨ª, de la subsahariana, de la latinoamericana. Pero ?cu¨¢ndo pensamos en esas familias chinas? Que, es cierto, adem¨¢s casi ni se mezclan con el resto, que viven de acuerdo a sus propios valores culturales, que trabajan a destajo para darle educaci¨®n a sus hijos y ganar dinero para volver a China¡±.
Echevarr¨ªa, mujer extravertida a la que le gusta explicar vehementemente sus opiniones, prosigue: ¡°En ninguna otra tienda en Espa?a regateamos. Sin embargo, la gente entra en los bazares y suelta eso de: ¡®Esto es car¨ªsimo, b¨¢jame un euro¡¯. ?C¨®mo hemos perdido la visi¨®n de que son seres humanos? Sufren multitud de robos, de violencia en sus tiendas, algo que en el proceso de selecci¨®n del reparto me fueron confesando muchos inmigrantes. No somos conscientes de lo que pasa ah¨ª¡±.
Toda esa lista de desventuras aparecen en Chinas para reforzar la verosimilitud de un drama que contiene una tercera trama: la de los adolescentes asi¨¢ticos ¡ªcomo la hermana mayor de Luc¨ªa¡ª que quieren salir por la noche, comportarse como los espa?oles y que sufren la sobreprotecci¨®n, incluso la prohibici¨®n de pisar la calle, de sus progenitores. ¡°Eso me dio pie a hablar de una nueva sexualidad en esa edad que me da miedo¡±, apunta la cineasta. ¡°Ellas juegan a excitarles porque dicen que eso las empodera, o te aseguran que si un novio les mira el m¨®vil es porque les quiere. Siento que tienen un l¨ªo de conceptos y actitudes... Estamos dando pasos hacia atr¨¢s¡±. Y apostilla: ¡°Cuidado, esto no es cuesti¨®n de barrios obreros o clases trabajadoras, esto est¨¢ pasando en toda Espa?a¡±.
En el fondo, Chinas habla de miedos: de padres, de hijos, de sentirse aceptados, de no olvidar tus ra¨ªces, de no saber c¨®mo encarar estos conflictos emocionales y sociales. ¡°El personaje de Molinero calma a su esposa en un momento dici¨¦ndole que Xiang tiene los ojos rasgados, pero no es china. Cierto, pero luego dudan si comunicarse con la madre biol¨®gica. Bueno, ninguna vida es f¨¢cil¡±, resuelve la directora, que para completar el reparto entrevist¨® a 1.750 chinos en diversos barrios de Madrid. ¡°Todo ese mestizaje urbano, todo lo que ocurre en los institutos, por ejemplo, no lo estamos contando. Desde luego, no lo reflejamos en el audiovisual. Y, por eso, no los entendemos¡±.
En San Sebasti¨¢n Echevarr¨ªa no solo estrena Chinas, sino que forma parte del jurado del Premio Sebastiane y presenta su pr¨®ximo rodaje: La infiltrada. Es cierto que le van los retos, porque en primavera filmar¨¢ la historia de Aranzazu Berradre, seud¨®nimo con el que se infiltr¨® en ETA la polic¨ªa nacional Elena Tejada, siendo la ¨²nica mujer que convivi¨® con la banda terrorista y que as¨ª logr¨® la desarticulaci¨®n del comando Donosti a finales de los noventa. Ella fue quien alert¨® de que el anunciado par¨®n de atentados de la banda en 1998, tras el asesinato de Miguel ?ngel Blanco, era en realidad una tregua trampa. ¡°Imag¨ªnate el viaje. Ocho a?os de tu vida en los que le das al stop, que no ves a tus padres, a tus amigos, a nadie. Que te metes en el piso franco en la calle Urbieta en San Sebasti¨¢n, para cualquier polic¨ªa el sitio m¨¢s peligroso de toda Espa?a. Sin viajar, sin salir, sin pareja, encerrada en un mundo hostil. Y conviviendo con dos etarras un a?o entero... ?sin un arma!¡±. Por supuesto, Echevarr¨ªa cuenta con Carolina Yuste. ¡°Es que es la mejor actriz de su generaci¨®n. ?Para qu¨¦ quiero otra?¡±.
Por cierto, por Chinas, ?ha vuelto a la tienda de la familia de Luc¨ªa? Echevarr¨ªa resopla resignada: ¡°Han cambiado el negocio, ya no s¨¦ nada de ella¡±.
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