Tom¨¢s del Rey, escritor de relatos: ¡°El humor en literatura no se considera algo serio o prestigioso¡±
El autor ha publicado ¡®La arrogancia de los ventiladores¡¯, un delicioso libro que trufa risa fina y nostalgia
En un precioso patio de un c¨¦ntrico hotel de Sevilla el escritor y profesor Tom¨¢s del Rey (Madrid, 56 a?os) y el fot¨®grafo piden permiso para un retrato. La respuesta es que hay que pagar una generosa tasa y ambos huyen perplejos de la ¨²ltima secuela de la turistificaci¨®n. Del Rey ha publicado La arrogancia de los ventiladores (Maclein y Parker), un libro de relatos con humor fino y nostalgia de su infancia madrile?a que deja un exquisito sabor de boca. En su d¨ªa a d¨ªa, Del Rey, profesor de lengua y literatura, tiene un estupendo radar para ver la que se avecina: contacto directo con sus estudiantes adolescentes de un instituto de secundaria y del grupo de teatro que dirige. Sus relatos rezuman una sensibilidad que conmueve a los muebles.
Pregunta. Su prosa chapotea en los a?os ochenta.
Respuesta. La nostalgia me preocupa porque es un fondo muy interesante para un libro, pero tambi¨¦n es enga?osa porque blanquea el pasado, aquellos maravillosos a?os ochenta, que est¨¢n muy sobrevalorados. Luego lo miras con la mirada de hoy y muchas cosas no se sostienen. El libro parte de esa nostalgia del ni?o que uno fue, pero vista desde el adulto actual, con un toque de iron¨ªa y humor. El humor sirve para desmitificar muchas cosas, para re¨ªrte de aquello que te hizo sufrir o que te tuvo sin dormir.
P. ?Qu¨¦ diferencia ve entre su infancia y la actual de sus hijas?
R. Pr¨¢cticamente ninguna. Yo hablo de c¨®mo ten¨ªas que llamar a la ni?a que te gustaba desde el tel¨¦fono en mitad del pasillo de casa, pasando por el filtro de tu padre. Y mis hijas tendr¨¢n la misma nostalgia hacia el ligue de hoy porque lo importante para el ni?o es el descubrimiento del amor y la sexualidad. Ese momento es importante y ese tel¨¦fono fijo lo sigo viendo hoy con una pantallita de m¨®vil, pero b¨¢sicamente es lo mismo.
P. Es decir, sobrevivir¨¢ la a?oranza a pesar de Instagram.
R. Claro, claro, es la nostalgia de que aquello fue lo que a m¨ª me sirvi¨® para lo que yo hice. Yo he hablado con gente nost¨¢lgica de Tuenti o de Facebook como la forma para empezar a hablar y ligar. Voy notando que lo esencial es lo que vives en esta ¨¦poca, el descubrimiento de muchas cosas. Un ni?o que empieza a descubrir otro sexo y las relaciones, o el desorden del cuarto y el imposible orden, o las relaciones de pareja. No me interesaba hacer un libro solamente pop y ochentero, aunque est¨¦ lleno de alusiones pop y ochenteras. Le dedico una parte a la televisi¨®n ya que era el centro del mundo. Hablo del descubrimiento de la muerte, el amor, el crecimiento, el dejar atr¨¢s lo que hemos sido.
P. Hace dos a?os su microrrelato Telecomunicaciones gan¨® ante 26.330 competidores el concurso de la Cadena SER. ?Qu¨¦ ten¨ªa para triunfar?
R. Una mezcla de punter¨ªa y suerte. Adem¨¢s, fue un microrrelato de humor, que es m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa. El humor en literatura se considera que no es algo serio o prestigioso, frente al crimen, por ejemplo. El microrrelato es un trabajo de orfebrer¨ªa y el comienzo obligatorio era H¨ªgado con destino Houston. A partir de ah¨ª ten¨ªas que crear una m¨¢quina de 100 palabras que funcione para conseguir un efecto humor¨ªstico. Es elaborar, elaborar y corregir.
P. ?Qu¨¦ cuerpo le ha dejado el esc¨¢ndalo Errej¨®n?
R. Uf (respira). Muy malo, pero no por ser inconsecuente, que lo vemos en todos lados, del que predica una cosa y hace otra. Mal cuerpo de que lo que muchas veces pensamos que est¨¢ superado, no est¨¢ conseguido. Yo debato mucho con los alumnos, sobre todo varones, que a veces dicen que la igualdad est¨¢ conseguida. Esos chicos han recibido determinadas publicidades y bulos extremistas. Los hombres tenemos que mirar nuestras actitudes, porque hay una cultura de ver las relaciones con el otro sexo como una dominaci¨®n. En resumen, esto es se?al de que queda mucho por andar, que no est¨¢ nada conquistado y que hay que seguir luchando.
P. ?Qu¨¦ hay en la cabeza de esos chicos adolescentes radicales?
R. Ellos repiten una serie de consignas que vienen de influencers, TikTok, o de la llamada machosfera, pero lo veo muy presente e imposibilita el debate. Eso es nuevo de estos ¨²ltimos a?os y estoy muy preocupado. Se cierran, repiten esos mantras, aparentan debatir, pero debaten sobre falacias o datos no reales, o cuatro argumentos aprendidos que no son argumentos.
P. ?C¨®mo reaccionan cuando les desmonta el discurso?
R. No se dejan desmontar. El problema es que tienen un miedo emocional. En ocasiones viene de casa y a veces no. Hoy se ha extendido como forma de reafirmarse: A los hombres nos persiguen y tenemos que defendernos, se ha extendido esa pertenencia a un grupo ideol¨®gico, una politizaci¨®n. En mi ¨¦poca pod¨ªa escuchar el Cara al sol en la escuela porque estaban las cosas muy enfrentadas, pero luego no lo he escuchado. Hasta ahora. Hay una radicalizaci¨®n y una polarizaci¨®n de la sociedad. Los adolescentes est¨¢n muy interesados por la pol¨ªtica, pero no por la verdadera pol¨ªtica, sino como si fueran hinchas de una afici¨®n de f¨²tbol.
P. ?C¨®mo lleva la velocidad de las redes sociales?
R. Venimos de una cultura libresca, partimos de la referencia del libro y hab¨ªa una forma de corroborar lo bueno y lo malo. Cuando se ha popularizado Internet, que era una extensi¨®n de la cultura y el saber, mi decepci¨®n es que se ha convertido en el para¨ªso de TikTok o del porno, de las ideas simplificadas y el eslogan f¨¢cil. El algoritmo se dedica a reforzar lo que pienso y a veces al que piensa lo contrario, pero casi siempre el m¨¢s deforme o el que me puede indignar m¨¢s, para as¨ª reafirmarme. Las burbujas de pensamiento se separan. Eso s¨ª, cualquier tiempo pasado no fue mejor porque en los ochenta tenemos ejemplos claros de homofobia, racismo y clasismo.
P. ?Son mejores o peores los estudiantes de hoy que los de la EGB?
R. Quiz¨¢ hemos conseguido m¨¢s avances en trabajo en grupo, en que se valore cierta creatividad, en tareas m¨¢s diversas. Los contenidos no son importantes, importa el proceso. Eso es verdad, pero hay que darle comida al cerebro, ya sea los elementos de la tabla peri¨®dica o la alineaci¨®n del Madrid. El fallo es que se ha querido crear un pensamiento cr¨ªtico sin unos pilares, contenidos y conocimientos. En aquella ¨¦poca lo importante era el contenido, el conocimiento a toda costa y ahora las competencias. La idea es muy buena, pero la lectura y la escritura est¨¢n peor y el disfrute de leer como se ve un cuadro, se est¨¢ perdiendo.
P. ?Hay alguna clave para alimentar ese esp¨ªritu cr¨ªtico?
R. Las leyes son bienintencionadas, pero tambi¨¦n muy farragosas. Tenemos la gran desgracia de haber mezclado pol¨ªtica con educaci¨®n, no hay un pacto educativo ni duran las leyes, lo que crea muchos problemas. Hace falta un pacto de Toledo por la educaci¨®n.
P. Esta ma?ana la plaza de Espa?a de Sevilla estaba sin turistas, ni siquiera paraguas, por primera vez en meses. ?Se lleva bien con la masificaci¨®n tur¨ªstica de la ciudad?
R. No, no lo llevo nada bien. Estoy preocupado por eso. Tengo la suerte de vivir en el centro y lo noto por d¨ªas. Me preocupa mucho que se est¨¢n vendiendo las ciudades a los lobbies de hoteles y alojamientos tur¨ªsticos, de una forma m¨¢s o menos disimulada, pero estamos perdiendo la esencia de las ciudades para hacerlas todas iguales. No aporta tanto beneficio econ¨®mico, porque se lo siguen llevando las grandes empresas y solo tenemos camareros y gente limpiando los pisos en condiciones tremendas. No nos aporta tanto como nos quita. Sospecho que hay intereses patronales y amistades que no se rompen. Y se trata de no convertirnos en Venecia.
Babelia
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