¡®Il trittico¡¯, una maravillosa ¡®bilbainada¡¯ para conmemorar el centenario de Puccini

La m¨²sica de Giacomo Puccini siempre hace su magia. Pudimos comprobarlo en Bilbao, el pasado s¨¢bado, 23 de noviembre, al final de Suor Angelica, con la ardiente encarnaci¨®n de Chiara Isotton de la monja suicida. La joven soprano italiana elev¨® los ¨²ltimos quince minutos con una bell¨ªsima aria Senza mamma y especialmente con su descarnada interpretaci¨®n del envenenamiento y la plegaria final. El p¨²blico se emocion¨® hasta las l¨¢grimas en el milagroso reencuentro de la monja y ...

La m¨²sica de Giacomo Puccini siempre hace su magia. Pudimos comprobarlo en Bilbao, el pasado s¨¢bado, 23 de noviembre, al final de Suor Angelica, con la ardiente encarnaci¨®n de Chiara Isotton de la monja suicida. La joven soprano italiana elev¨® los ¨²ltimos quince minutos con una bell¨ªsima aria Senza mamma y especialmente con su descarnada interpretaci¨®n del envenenamiento y la plegaria final. El p¨²blico se emocion¨® hasta las l¨¢grimas en el milagroso reencuentro de la monja y su hijo muerto, en un luminoso do mayor, con una ovaci¨®n que arreci¨® antes de que se consumiera el acorde final en cu¨¢druple piano.

Esa escena fue lo ¨²ltimo que escribi¨® Puccini para Il trittico, un ambicioso proyecto que se estren¨® en 1918 y que aspiraba a aterrorizar, conmover y hacer re¨ªr al p¨²blico en tres ¨®peras breves durante una misma velada. Parti¨® de la adaptaci¨®n de una tragedia grand guignol de Didier Gold titulada Il tabarro. Despu¨¦s Giovacchino Forzano le facilit¨® la vidriera sentimental de Suor Angelica y tambi¨¦n la macabra comedia Gianni Schicchi sobre el astuto falsificador ubicado en el octavo c¨ªrculo del infierno de la Comedia de Dante, que existi¨® realmente e incluso se dice que estaf¨® a la familia Donati, a la que pertenec¨ªa la esposa del propio Dante.

A pesar de la atracci¨®n que supone experimentar todas estas sensaciones en una misma funci¨®n, Il trittico es uno de los t¨ªtulos menos frecuentados de Puccini. Es m¨¢s habitual ver alguna de sus tres partes por separado y en otras compa?¨ªas. En el Teatro Real se program¨® Suor Angelica junto a Il prigioniero de Dallapiccola en 2012, y tres a?os m¨¢s tarde Gianni Schicchi comparti¨® cartel con Goyescas de Granados, aunque en Madrid no se ha vuelto a representar completo desde 1987. El Liceu program¨® Il trittico en 2022, tras 35 a?os de ausencia en su escenario, si bien en una producci¨®n importada desde la ?pera de Baviera. Y el Teatro Principal de Palma lo incluy¨® en su pasada temporada en una sencilla producci¨®n propia.

ABAO Bilbao Opera ha optado por estrenar una nueva producci¨®n de Il trittico con un interesante protagonismo espa?ol, tanto en la direcci¨®n de escena como en la musical y el reparto, coincidiendo con el centenario de la muerte del compositor. Curiosamente, se ha anunciado la presencia de los Reyes en la funci¨®n del pr¨®ximo d¨ªa 29, fecha en la que se cumplir¨¢n exactamente cien a?os de la muerte de Puccini. Hablamos de la producci¨®n m¨¢s cara de la temporada con tres escenograf¨ªas y un total de veintiocho cantantes solistas para treinta y siete personajes, adem¨¢s del Coro de ?pera de Bilbao y de la Orquesta Sinf¨®nica de Navarra. Seg¨²n el director de escena, Paco Azor¨ªn, se trata de una ¡°aut¨¦ntica bilbainada¡± que ha implicado un mes de ensayos entre Bilbao y Pamplona.

En el reparto destac¨® el bar¨ªtono malague?o Carlos ?lvarez, que hizo doblete interpretando a Michele y a Gianni Schicchi, en la primera y tercera parte, al igual que en febrero en Viena. De hecho, fue lo mejor en el reparto de Il tabarro con una brillante encarnaci¨®n del barquero asesino, que tuvo su momento m¨¢s destacado en el dram¨¢tico mon¨®logo Nulla! Silencio!. La soprano madrile?a ?ngeles Blancas cant¨® una bien proyectada Giorgetta, a la que se uni¨® el poder¨ªo en los agudos del tenor italiano Marco Berti, como su amante Luigi, aunque ninguno de los dos consigui¨® elevar su personaje. Entre los secundarios habr¨ªa que destacar la atractiva Frugola de la mezzosoprano valenciana Ana Ibarra, que hizo un triplete al sumar La Badessa de Suor Angelica y la Zita de Gianni Schicchi.

Isotton fue el centro musical indiscutible, en Suor Angelica. Por debajo quedaron todas las dem¨¢s monjas, incluida La zia Principessa interpretada por la legendaria Karita Mattila. La soprano finlandesa, ahora limitada por su condici¨®n vocal a roles secundarios de mezzosoprano, comenz¨® algo destemplada en un papel bastante inc¨®modo para su vocalidad, aunque encontr¨® con maestr¨ªa esc¨¦nica las dosis necesarias de malevolencia y vulnerabilidad. Y no podemos olvidar aqu¨ª la brillante actuaci¨®n del Coro de ?pera de Bilbao.

En Gianni Schicchi, el reparto fue m¨¢s compacto y cont¨® con Ibarra junto al veterano bajo barcelon¨¦s Stefano Palatchi. Destac¨® la frescura vocal del tenor rumano Ioan Hotea, en Avete torto!, que ya hab¨ªamos escuchado en Il tabarro como Amante 2. ?lvarez tambi¨¦n fue un brillante Gianni Schicchi, tal como demostr¨® en Si corre dal notaio con ese gui?o pucciniano al foxtrot. Y la joven soprano navarra Sof¨ªa Esparza, que hab¨ªa cantado como Amante 1 en Il tabarro, fue una exquisita Lauretta y cosech¨® la ¨²nica interrupci¨®n por aplausos al final de su famosa aria O mio babbino caro.

La direcci¨®n musical de Pedro Halffter result¨® bastante mon¨®tona y escasa de imaginaci¨®n, aunque el rendimiento musical de la Sinf¨®nica de Navarra fue ¨®ptimo en las tres ¨®peras. El madrile?o prim¨® la claridad desde el foso con tempos bastante morosos. Ello afect¨® a la tensi¨®n en Il tabarro, donde tampoco se lograron esos ambientes parisienses que retrata la partitura. El misticismo de Suor Angelica son¨® epid¨¦rmico, y fue la entrega vocal de Isotton lo que elev¨® el final de la ¨®pera. El trabajo orquestal m¨¢s depurado se escuch¨® en Gianni Schicchi, aunque le falt¨® chispa e imaginaci¨®n.

Por el contrario, la propuesta esc¨¦nica de Paco Azor¨ªn funcion¨® bien a nivel teatral. El r¨¦gisseur yeclano sit¨²a las tres ¨®peras en 1945, aunque sin alterar sus ubicaciones originales. Esa licencia no desentona con la dramaturgia, ya que se busca un inicio com¨²n con un ni?o que proyecta fotos y un final con una instant¨¢nea aderezada con confeti. Esos figurantes parecen los hijos muertos de Michele y Giorgetta junto al de Suor Angelica y el personaje de Gerardito en Gianni Schicchi. Azor¨ªn completa su escenograf¨ªa con una plataforma giratoria que resuelve los diferentes ambientes parisinos y conventuales, pero tambi¨¦n a?ade dinamismo a la comedia final. A esto se suman videoproyecciones y una cuidada iluminaci¨®n de Pedro Chamizo junto con el acertado vestuario de Ana Garay. Y la direcci¨®n de actores destaca especialmente en Gianni Schicchi, con el a?adido de un improbable final, en donde Buoso Donati no ha muerto y est¨¢ asociado con el astuto falsificador.