Un Puccini escabroso y sentimental
El teatro de la Zarzuela presenta 'Il Trittico', el estreno m¨¢s ambicioso de la temporada
La producci¨®n m¨¢s ambiciosa de la temporada del Teatro L¨ªrico Nacional de la Zarzuela, Il Trittico, de Giacomo Puccini, una obra que concilia lo escabroso con lo sentimental, se estrena ma?ana en Madrid. Se trata de tres ¨®peras distintas, enlazadas por lev¨ªsimas coincidencias argumentales, pero fuertemente trabadas por el estilo musical de Puccini. Il Tabarro, Suor Angelica y Gianni Schicci son los t¨ªtulos de las tres piezas, que forman un conjunto que ha sido calificado de tr¨ªptico de la muerte porque en cada una hay un cad¨¢ver. La direcci¨®n esc¨¦nica es de Llu¨ªs Pasqual y la musical, de Miguel ?ngel G¨®mez Mart¨ªnez. La escenograf¨ªa, una diferente para cada pieza, la firma Ezio Frigerio y ha sido realizada en Italia. Juan Pons y Diana Soviero encabezan los repartos.
Los bi¨®grafos de Puccini han barajado varias explicaciones para este Trittico, desde la intenci¨®n de imitar la moda del gran gui?ol par¨ªsiense, que conjugaba, como lo hace la obra, lo sentimental y lo escabroso, hasta la influencia de la Divina comedia. Roger Alier recuerda la costumbre del compositor de leer a Dante en una edici¨®n de bolsillo durante sus frecuentes viajes en ferrocarril. La idea inicial de recrear el ¨ªnfiemo, el purgatorio y el para¨ªso se qued¨® al final en la elecci¨®n, de la estancia menos deseable. El personaje de Gianni Schicci, t¨ªtulo de la tercera de las piezas, est¨¢ tomado del infierno del Dante, al que el poeta cita de pasada. El libretista Giuseppe Adami le asigna una divertida peripecia. Il Tabarro se refiere a un tri¨¢ngulo amoroso y transcurre en una gabarra amarrada en un muelle del Sena que ha sido reconstruida en el escenario. Fuentes del teatro ten¨ªan dificultades para facilitar el coste total de la producci¨®n, que al final evaluaron en 20 millones de pesetas. La escenograf¨ªa, una para cada pieza, ha sido dise?ada por Ezio Frigerio, que ha colaborado estrechamente con el director de escena Giorgio Strehler.
La composici¨®n de Suor Angelica revela el inter¨¦s de Puccini por el verismo. Visit¨® repetidamente a su hermana mayor, madre superiora de un convento, para contagiarse del ambiente conventual. Incluso hizo escuchar la partitura a las monjas para convencerse de que hab¨ªa logrado captar la atm¨®sfera y las diversas personalidades escondidas tras los h¨¢bitos. Parece que la emoci¨®n de las religiosas le convenci¨® de su acierto.
Tristeza flotante
Llu¨ªs Pasqual, el director de escena, consciente de las diferencias argumentales de las tres obras, aventura, sin embargo, que se puede percibir "como una tristeza flotante, una imposibilidad de tener lo que uno quiere. Hay como algo que pesa en el ambiente. Puccini escribi¨® la obra en una ¨¦poca de tensi¨®n que desemboca en la II I Guerra Mundial, y esto puede haber influido en ¨¦l. Se ha hablado de un tr¨ªptico de la muerte, ya que hay un muerto por obra, resuelto de forma distinta en cada pieza, desde la bufa a la dram¨¢tica".
A la hora de enfrentarse a una ¨®pera, Pasqual, director del Centro Dram¨¢tico Nacional, tiene claro que "la ¨®pera y el teatro son dos oficios distintos. Se parecen, pero cuando se dirige ¨®pera hay un director que est¨¢ por encima del de escena y del director musical, que es el compositor".
Pasqual cree que "la m¨²sica ha conseguido, a trav¨¦s de unas notas, un lenguaje, codificar el tiempo, cosa que no ocurre en el teatro. Se puede decir que un director de ¨®pera es un int¨¦rprete de los tiempos y de las atm¨®sferas del compositor. Cuando un compositor, Puccini o Verdi, escriben un d¨²o de amor, en la m¨²sica ya est¨¢ decidido si ese d¨²o es triste, es nost¨¢lgico, qu¨¦ respiraci¨®n tiene. El teatro se dirige con un texto en la mano; en la ¨®pera, con la partitura en la mano".
"El director musical asiste a todos los ensayos de escena, porque hay que contar la misma historia, no podemos ir cada uno por nuestro lado. No puede plantearse ¨¦l un Tabarro melodram¨¢tico y yo al rev¨¦s. No puede haber un abismo entre la escena y el foso". Admite Pasqual que la ¨®pera permite, no obstante, interpretaciones de los tiempos marcados por el compositor. "No es lo mismo ser director de escena que agente de tr¨¢fico".
Miguel ?ngel G¨®mez Mart¨ªnez coincide con el director de escena en la veneraci¨®n al compos¨ªtor. Ha dirigido en ocasiones alguna de las tres obras, e incluso Il Trittico entero en Viena. El director asociado del teatro de la Zarzuela y titular de la orquesta de Radiotelevisi¨®n Espa?ola considera que su misi¨®n es f¨¢cil: "No hab¨ªa que buscar un concepto nuevo. El compositor nos lo ha dicho todo, y mucho m¨¢s cuanto m¨¢s cercano est¨¢". "Se trata de reproducir lo que el compositor ha escrito", concluye el director musical
Que la m¨²sica respire
Por su parte, Ezio Frigerio, responsable de una escenograf¨ªa que a buen seguro despertar¨¢ admiraci¨®n, asegura que ante Il Trittico y ante cualquier ¨®pera su pretensi¨®n es que "la m¨²sica respire a trav¨¦s de la escenograf¨ªa". Reconoce que ha evitado las in dicaciones estrictamente temporales, que iban desde el siglo XIII en Gianni Schicci hasta el XIX en Il Tabarro, para bucear en su propia memoria y tratar de "buscar una fuerte ligaz¨®n con la realidad" que fuera casi contempor¨¢nea al momento en que Puccini compone. "Es una realidad del siglo XIX, aunque un poco enfatizada, un poco sentimental, como las fotograf¨ªas de la ¨¦poca". Los trajes, dise?ados por Franca Squarciapino, han roto tambi¨¦n con la tradici¨®n historicista de anteriores versiones del Trittico.
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