¡®No Other Land¡¯: el coraje de un palestino y un israel¨ª para denunciar la segregaci¨®n en Cisjordania

Solo un peligroso fan¨¢tico podr¨ªa acercarse a la realidad visual y sonora de un documental como No Other Land y no sentir el dolor de los hechos, la ira ante la confirmaci¨®n fehaciente de su causa, o la verg¨¹enza m¨¢s insultante ante el derrumbe de la contraria. Pero el mundo est¨¢ demasiado lleno de peligrosos fan¨¢ticos.

En las guerras y en los conflictos (casi) siempre caben los matices, las complejidades, las gamas de grises. En el cine tambi¨¦n deber¨ªan, si no encontrarse, al menos buscarse, porque la propaganda cinematogr¨¢fica (casi) siempre resulta perversa. Y, sin embargo, pese a las acusaciones de antisemitismo y de unilateralismo por parte del gobierno israel¨ª y otros frentes de ataque, ante la multitud de im¨¢genes rodadas por los directores de este documental a lo largo de cinco a?os, completadas con otras grabaciones que se retrotraen a 20 a?os atr¨¢s, solo cabe un pensamiento, y este resulta atroz para la causa de Israel: para sus gobiernos, su poder judicial, su ej¨¦rcito y parte de su ciudadan¨ªa, representada en los colonos que, armas de guerra en mano, acompa?ados por los soldados de su pa¨ªs, vienen destruyendo las casas de los habitantes de Masafer Yatta, zona de 19 aldeas en Cisjordania, para arrebatarles el terreno y obligarles a abandonar su hogar durante generaciones. Y si hay que matar impunemente, se mata. Incluso ante la presencia de las c¨¢maras.

Todo ello est¨¢ en el impactante No Other Land, dig¨¢moslo ya, dirigido por el palestino Basel Adra y el israel¨ª Yuval Abraham. Un joven activista y licenciado en derecho que, desde ni?o, ha vivido en primera persona los arrestos de su familia, la demolici¨®n de sus casas, las manifestaciones de protesta. Y otro joven, este periodista, descendiente de asesinados en el Holocausto jud¨ªo, al que se le cae la cara de la verg¨¹enza ante lo que est¨¢n haciendo los suyos en aquel lugar al que un buen d¨ªa viaj¨® Tony Blair, por el que camin¨® ¡°durante siete minutos¡±, y cuya visita provoc¨® que no se demoliera el colegio en el que hab¨ªa estudiado Adra.

En la pel¨ªcula, gracias a las grabaciones de sus autores (hasta octubre de 2023; se estren¨® en febrero de 2024 en Berl¨ªn), se ven impunes asesinatos en directo por parte de militares y colonos; camiones hormigonera llenos de cemento que tapan pozos de agua; excavadoras que desmoronan una humilde escuela de un solo piso construida con alabastro; l¨¢grimas de ni?os peque?os ante la violencia y el odio de los de enfrente. B¨¢sicamente, personas que se aferran a la vida. Pero tambi¨¦n mucha calma en el tono. Incluso calidez. Ni?os que juegan y r¨ªen en descampados en los momentos en que la barbarie les deja en paz. En ese contraste, el de la violencia israel¨ª y la amistad de uno de los suyos con un palestino, encuentra algunos de sus momentos m¨¢s conmovedores No Other Land, premio al mejor documental en la Berlinale, y uno de los grandes favoritos al galard¨®n de la categor¨ªa en los pr¨®ximos Oscar. En las conversaciones entre ambos amigos y directores (que firman la pel¨ªcula junto al fot¨®grafo palestino Hamdan Ballal y la directora de fotograf¨ªa y editora israel¨ª Rachel Szor), reflexionando sobre su presente y su futuro, cualquier ser humano deber¨ªa emocionarse. La modulaci¨®n otorgada por sus directores y la cadencia que tiene el relato es admirable.

¡°Pero, ?de verdad a los israel¨ªes les interesa leer estas cosas?¡±, pregunta Adra ante una de las piezas period¨ªsticas de denuncia escritas por su colega. ¡°No a muchos, la verdad¡­¡±, admite Abraham. Poco despu¨¦s, ante uno de los desalojos, un colono israel¨ª graba a su compatriota con soberbia, intimidaci¨®n y hasta recochineo: ¡°?Vete a escribir un art¨ªculo, imb¨¦cil!¡±. Otro va m¨¢s all¨¢: ¡°Lo voy a colgar en Facebook y cuando vuelvas a tu casa te van a hacer una visita¡±. La ruindad individual, que puede ser incluso m¨¢s sobrecogedora que la bestialidad colectiva. ?Un documental unidireccional? Es obvio que s¨ª. ?Una pel¨ªcula antisemita? Por supuesto que no. ?Una tragedia injusta y tristemente emocionante? S¨ª, y punto.