Chris Whitaker, escritor: ¡°Mi mayor logro es poder darles a mis hijos la infancia que yo no tuve¡±
El autor londinense, que vivi¨® una adolescencia de abusos y adicciones, vuelve con ¡®Todos los colores de la oscuridad¡¯ despu¨¦s del ¨¦xito cosechado por ¡®Empezamos por el final¡¯
Es Blue Monday, el tercer lunes de enero, para algunos el d¨ªa m¨¢s triste del a?o, y eso se nota en Londres: hace fr¨ªo, el cielo est¨¢ encapotado, la gente camina con prisas con la cabeza gacha. Donde no hay rastro de desaz¨®n es en el brillante rostro de Chris Whitaker (Londres, 43 a?os), estrella ascendente del firmamento literario mundial, que en 2022 deslumbr¨® con Empezamos por el final y ahora reafirma su talento con Todos los colores de la oscuridad (Salamandra). ¡°Estoy feliz, jet lag aparte¡±, bromea. Acaba de volver de Nueva York.
Recibe a EL PA?S en las ...
Es Blue Monday, el tercer lunes de enero, para algunos el d¨ªa m¨¢s triste del a?o, y eso se nota en Londres: hace fr¨ªo, el cielo est¨¢ encapotado, la gente camina con prisas con la cabeza gacha. Donde no hay rastro de desaz¨®n es en el brillante rostro de Chris Whitaker (Londres, 43 a?os), estrella ascendente del firmamento literario mundial, que en 2022 deslumbr¨® con Empezamos por el final y ahora reafirma su talento con Todos los colores de la oscuridad (Salamandra). ¡°Estoy feliz, jet lag aparte¡±, bromea. Acaba de volver de Nueva York.
Recibe a EL PA?S en las oficinas de su agencia en un viaje pagado por la editorial para hablar de su nueva novela, ambientada en 1975, en la ficticia localidad de Monta Clare, en Misuri, donde varias j¨®venes han desaparecido. ¡°La idea principal lleg¨® de repente¡±, cuenta Whitaker. ¡°Me imagin¨¦ a dos adolescentes secuestrados, chico y chica, y que el chico se enamora de ella. Nunca la ha visto, pero s¨ª escuchado, y cuando se libera, inicia un viaje de tres d¨¦cadas en busca de ese amor misterioso¡±. No es mal punto de partida.
?C¨®mo se inicia una novela cuando la anterior ha sido un ¨¦xito rotundo que ha dejado el list¨®n bien alto? ¡°Afortunadamente, empec¨¦ este libro antes de que la otra novela saliera. Comenc¨¦ a escribirla en el confinamiento. El peor confinamiento del mundo, por cierto: acababa de nacer mi hija y hab¨ªamos quitado el techo de la casa el d¨ªa antes de la prohibici¨®n de salir. Est¨¢bamos sin techo, tuvimos que cubrirlo con pl¨¢stico, se colaba agua¡ la casa era una ruina¡±, explica. ¡°Y la promoci¨®n de aquella fue toda por Zoom. Nunca m¨¢s; prefiero mil veces estar aqu¨ª sentado hablando contigo¡±, r¨ªe. Adem¨¢s, durante el confinamiento fue detenido: Whitaker, que trabaj¨® como operador de Bolsa, fue acusado de manipulaci¨®n del mercado. ¡°Los cargos fueron descartados, pero la investigaci¨®n dur¨® 10 meses. Los m¨¢s estresantes de mi vida¡±, lamenta. En ese magma escribi¨® Todos los colores de la oscuridad.
Su anterior novela tambi¨¦n segu¨ªa las andanzas de una adolescente problem¨¢tica, Duchess, aunque solo durante un a?o. ¡°Quer¨ªa seguir la senda de un personaje mucho m¨¢s tiempo, ver c¨®mo lidia con un hecho traum¨¢tico en el futuro¡±. Y menudo personaje: uno de los grandes aciertos de Todos los colores¡ es su protagonista, Patch (en realidad Joseph Macauley, pero todos le llaman patch porque lleva un parche; naci¨® con problemas en un ojo y su madre le fabricaba parches para que en vez de sentirse mal se identificara con un pirata). ¡°Si eres un adolescente, y algo terrible te pasa, ?c¨®mo lidias con ello en tu vida? ?Hasta qu¨¦ punto te marca?¡±, se pregunta el escritor, que sabe bien de lo que habla.
Porque, a pesar de la cara de ni?o y el sentimiento de gratitud que envuelve cada una de sus frases, Whitaker no lo ha tenido f¨¢cil. Cuando era un ni?o, el novio de su madre le golpeaba: lleg¨® a partirle un brazo, a apagarle cigarrillos en la piel. ¡°Yo hab¨ªa guardado todo eso en una parte de mi mente que hab¨ªa cerrado, pero brot¨® cuando estaba escribiendo estas dos novelas¡±. Comenz¨® a conectar los puntos. ¡°Cuando escrib¨ªa la parte en la que Patch est¨¢ atrapado en un s¨®tano, sent¨ªa¡ No era p¨¢nico, pero s¨ª estaba ansioso. No lo disfrutaba, algo iba mal. Ca¨ª en la cuenta de que ten¨ªa que ver con mi propia infancia¡±.
Su adolescencia no fue mejor: abuso de drogas y alcohol, mala vida. Incluso lleg¨® a ser apu?alado a los 19 a?os, cuando se encar¨® con el tipo que intentaba robarle el m¨®vil. ¡°Puedo rastrear lo bueno y lo malo que me ha pasado en la vida y todo est¨¢ vinculado con esa infancia traum¨¢tica. Yo me encar¨¦ con aquel ladr¨®n porque ten¨ªa un miedo visceral a sentirme impotente, a sentirme una v¨ªctima¡±, explica. ¡°Si todo eso no hubiera pasado, no ser¨ªa escritor. Me di cuenta de que, si puedes extraer alguna ense?anza, entonces ha merecido la pena. Quiz¨¢ este libro pueda ser cat¨¢rtico para quien haya vivido alguna situaci¨®n similar¡±, dice, y se encoge de hombros. ¡°Gracias a estos libros ya no siento esa verg¨¹enza, puedo hablar de ello¡±, expone. ¡°Podr¨ªa inventar una mentira, decir que Patch vino de otra parte¡±, cuenta, emocionado. ¡°Pero habl¨¦ con la editorial sobre c¨®mo encarar la promoci¨®n y decidimos ser honestos. Tambi¨¦n por mis hijos. Especialmente el de 11 a?os [el mediano de tres], que me pregunta c¨®mo era mi vida a su edad. ?Pues muy distinta!¡±, r¨ªe. ¡°?l se preocupa de que gane el Arsenal, de sus amigos del colegio. Es de lo que deber¨ªa preocuparse un ni?o, y mi mayor logro es poder darles a mis hijos la infancia que yo no tuve¡±.
Cuenta que sus hijos no sueltan Tik Tok. ¡°Es una locura, intento que no pasen demasiado tiempo con las redes sociales, pero es dif¨ªcil. De todos modos, comprend¨ª que cuando leen un libro siempre es algo parecido, con cap¨ªtulos cortos; creo que es la ¨²nica forma de mantener el inter¨¦s hoy, por eso he intentado imitarlo¡±. De nuevo, sacar algo positivo de una mala situaci¨®n. ¡°Las redes son una pesadilla. Mi prop¨®sito de A?o Nuevo fue dejarlas. Borr¨¦ Twitter y ahora solo uso mi tel¨¦fono para responder los mensajes de Instagram¡±. ?Responde a los mensajes de sus lectores? ¡°A todos y cada uno. No es gran cosa, a veces solo pongo un simple ¡®Gracias¡¯, pero ellos se han tomado la molestia de leer el libro. Se lo debo¡±.
Whitaker usa una prosa que vuelve a las grandes narraciones totalizadoras de autores como John Steinbeck, Jonathan Franzen o John Irving. ¡°Es curioso que lo digas: ayer recib¨ª un mensaje de una lectora. Dec¨ªa que ten¨ªa miedo porque John Irving en alg¨²n momento dejar¨¢ de escribir. Me dec¨ªa que, despu¨¦s de leer mi libro, ten¨ªa un poco menos de miedo¡±, r¨ªe. ?Hay un nuevo John Irving en la ciudad? ¡°Fue el mejor cumplido que me pueden hacer, Irving es alguien muy especial para m¨ª¡±. ?Qu¨¦ ley¨® creciendo Whitaker? ¡°Stephen King, claro, me ense?¨® mucho de construcci¨®n de personajes y ambientes. Tambi¨¦n muchos thrillers: James Patterson, Lee Child¡ de lo ¨²ltimo que he le¨ªdo lo que m¨¢s me ha gustado es Ma?ana, y ma?ana, y ma?ana, de Gabrielle Zevin. Se lo recomend¨¦ a mi padre. Tuvo dudas cuando vio que trataba sobre videojuegos, pero luego lo ley¨® y qued¨® fascinado. Es un libro sobre la amistad a lo largo de los a?os¡±. Como Todos los colores de la oscuridad.
Durante meses se public¨® que Disney preparaba una adaptaci¨®n de Empezamos por el final, pero Whitaker tiene noticias: ¡°Recuperamos los derechos de Disney y los hemos vendido a David E. Kelley [creador de Ally McBeal o Boston Legal] y Universal tiene los derechos de Todos los colores¡ vamos a hacer una serie de tres temporadas¡±, celebra. ?Y c¨®mo torea con este ecosistema transmedia donde lo que parece que importa es la propiedad intelectual m¨¢s que el libro en s¨ª? ¡°Personalmente, a m¨ª me encanta que una historia pueda existir en varios formatos. Mis hijos quiz¨¢ nunca se acercar¨ªan a mi novela, pero podemos alcanzarlos en otro formato; si pueden llegar a esta historia de trauma y superaci¨®n por otros medios, me parece perfecto¡±.
?Se puede dar, entonces, carpetazo al trauma? ¡°Creo que s¨ª¡±, contesta. ¡°Al menos, en mi caso, creo que he encontrado mi sitio escribiendo. Seguir¨ªa escribiendo, aunque no ganara dinero con ello¡±, confiesa, antes de echarse a re¨ªr: ¡°Bueno, ?ten cuidado con esa frase, porque mis editores se van a aprovechar de m¨ª!¡±.