Todo empez¨® con El¨ªas
La filosof¨ªa del derecho, la memoria democr¨¢tica y hasta el art¨ªculo 1 de la Constituci¨®n le deben mucho al pensamiento de El¨ªas D¨ªaz, fallecido tras una larga enfermedad

No hace mucho que uno de nosotros (Manuel Atienza) utilizaba las palabras: ¡°Todo empez¨® con El¨ªas¡±, para subrayar su aportaci¨®n, porque El¨ªas D¨ªaz, fallecido el pasado lunes 3 de febrero, tras una larga enfermedad, ha sido en efecto el principio de muchas cosas importantes.
El¨ªas D¨ªaz public¨® en 1966 un libro, Estado de derecho y sociedad democr¨¢tica, que fue, para toda una generaci¨®n de estudiantes, la formulaci¨®n de un nuevo ideal, en el que se hac¨ªa compatible la libertad con la igualdad, la democracia con el socialismo. Para nosotros supuso la posibilidad de superar la contraposici¨®n entre la libertad sin igualdad y la igualdad sin libertad, que oscurec¨ªa el pensamiento occidental durante la guerra fr¨ªa. Para El¨ªas supuso un per¨ªodo de confinamiento en un pueblo de Ja¨¦n durante el estado de excepci¨®n declarado en enero de 1969.
El¨ªas D¨ªaz inici¨® a principios de los a?os setenta un programa de investigaci¨®n con el prop¨®sito de recuperar la memoria ¡ªmemoria democr¨¢tica¡ª de los intelectuales espa?oles silenciados por la dictadura. Esta iniciativa produjo sus frutos en dos libros suyos (La filosof¨ªa social del krausismo espa?ol, 1973, y Notas para una historia del pensamiento espa?ol actual, 1974) y en varias tesis doctorales: Emilio Lamo de Espinosa sobre Juli¨¢n Besteiro (1972), Francisco Laporta sobre Adolfo Posada (1973), Virgilio Zapatero sobre Fernando de los R¨ªos (1973), Manuel N¨²?ez Encabo sobre Manuel Salas y Ferr¨¦ (1975), y Eusebio Fern¨¢ndez sobre marxismo y positivismo en el pensamiento espa?ol (1978).
El¨ªas D¨ªaz renov¨® la filosof¨ªa del derecho en Espa?a cuando public¨®, en 1971, su Sociolog¨ªa y filosof¨ªa del derecho. Abandonaba en ella el iusnaturalismo escol¨¢stico dominante en la filosof¨ªa jur¨ªdica y el formalismo dominante en la ciencia jur¨ªdica. Nos introdujo as¨ª en el pensamiento de Hans Kelsen, Herbert L. A. Hart, Alf Ross, Norberto Bobbio y Renato Treves, y, con ellos, en los debates que entonces estaban abiertos en Europa. Tambi¨¦n ello dio pronto sus frutos en tesis doctorales: Manuel Atienza sobre la filosof¨ªa jur¨ªdica argentina (1976), Liborio Hierro sobre el realismo jur¨ªdico escandinavo (1979), Alfonso Ruiz Miguel sobre Norberto Bobbio (1982), Joaqu¨ªn Almoguera sobre Umberto Cerroni (1983), Juan Ruiz Manero sobre Antonio Labriola (1983) y Juan Ram¨®n de P¨¢ramo sobre H. L. A. Hart (1982, dirigida esta por Gregorio Peces Barba).
Tambi¨¦n esto tuvo, para El¨ªas, un precio: el sector m¨¢s reaccionario de la disciplina, encabezado por el profesor El¨ªas de Tejada, consigui¨® rechazar una y otra vez el acceso a la c¨¢tedra de El¨ªas D¨ªaz. Contratado por la Universidad Aut¨®noma de Madrid en 1972, gracias al Decano Aurelio Men¨¦ndez, pudo finalmente acceder a la c¨¢tedra dos a?os despu¨¦s, en 1974.
Vinculado inicialmente al grupo socialista dirigido por Enrique Tierno Galv¨¢n, de quien fue estudiante en la Universidad de Salamanca, El¨ªas se distanci¨® para incorporarse al PSOE en 1968. No fue nunca, sin embargo, un activista pol¨ªtico, sino un intelectual comprometido. Llegada la transici¨®n democr¨¢tica, rechaz¨® m¨¢s de una vez la oferta de ser senador y acept¨® el nombramiento de Director del Centro de Estudios Constitucionales, cargo en el que estuvo pocos meses pues a?oraba tanto la investigaci¨®n y la docencia como le horrorizaba la gesti¨®n y la burocracia.
Una an¨¦cdota define bien su personalidad. ?l y tres de nosotros asist¨ªamos a una comida con Matilde Fern¨¢ndez, ministra de Felipe Gonz¨¢lez, junto a un grupo bastante numeroso de profesores de la Aut¨®noma de Madrid cercanos al PSOE. Nos ¨ªbamos presentando sucesivamente, ¡°Yo soy Fulanito, de tal especialidad, y soy militante¡± o ¡°Soy Menganito y soy simpatizante¡±, hasta que, ya entre los ¨²ltimos en hablar, El¨ªas se present¨® como ¡°militante pero no simpatizante¡±.
El art¨ªculo 1 de nuestra Constituci¨®n le debe mucho al pensamiento de El¨ªas D¨ªaz.
Nosotros le debemos casi todo, porque El¨ªas ha sido tambi¨¦n, y siempre, un hombre bueno y sencillo: un maestro que trataba a sus disc¨ªpulos como amigos y a sus amigos como familiares. Por eso le debemos tanto a ¨¦l y a Maite, que le ha acompa?ado siempre y ha sufrido junto a ¨¦l la larga y penosa enfermedad que ha terminado este lunes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.